Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
Mostrando entradas con la etiqueta confianza. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta confianza. Mostrar todas las entradas

jueves, 12 de mayo de 2016

UN GRAN ALIVIO Y ESPERANZA DE SABER QUE TE PREOCUPAS Y REZAS POR MÍ, SEÑOR



Nuestro Dios es único, ¿qué Dios es Padre y recibe las oraciones del Hijo, enviado a revelarnos su Amor y a ofrecernos la salvación ? ¿Qué Padre envía y encarga a su Hijo que nos cuide y rece por nosotros para que nos mantengamos unidos y que sea esa unidad el sello y la identidad que convenza a los demás? Sólo lo hace un Dios Padre Bueno, Verdadero y dispuesto a amarnos hasta el extremo de entregar a su Hijo para nuestra salvación.

Pero, ¿se puede desear más? Imposible, porque mayor gozo y esperanza no cabe en nuestro corazón. Saber y tomar conciencia, porque el Hijo nos lo revela, que reza al Padre por nosotros es la mayor gloria que podamos aspirar. Porque eso nos da confianza, esperanza y nos hace fuerte ante las adversidades de la vida y nos capacita para superar nuestras diferencias y pecados y perseverar unidos como Él nos propone y pide al Padre. Es ahí donde damos el verdadero testimonio de amor que nos identifica y convierte.

Y, sabiéndonos, Padre, tan pobres, tan imperfectos, tan débiles y a merced de las tentaciones y seducciones de este mundo, queremos dejarnos recomendar por tu Hijo Jesús, nuestro Mediador y Salvador, que, sabiendo de nuestra naturaleza humana caída, te pide que nos des la misma gloria que a Él para perseverar en la unidad y el amor.

Porque sólo así el mundo creerá que tu Hijo, nuestro Señor, es el enviado por Ti para la redención y perdón de todos los pecados cometidos por el hombre. Porque así, todos los hombres conoceremos la Misericordia que, por los mérito de tu Hijo, Tú, Padre Bueno, nos ofrece.

Gracias Señor Jesús por darnos tu gloria y depositar en nosotros, pobres y pecadores, la confianza de, incluso, pedirle al Padre que seamos uno como Tú y el Padre son uno. Gracias, Señor, por esa gran confianza que pones en cada hombre. Danos la capacidad y la sabiduría de no defraudarte y de despertar a esa llamada gratuita de tu Gracia. Amén.

miércoles, 30 de marzo de 2016

EXIGENCIAS Y RECOMPENSAS



Posiblemente, el problema de muchos de nosotros será el no entender casi nada. Empezando por la fe y por la Palabra. Y continuando porque muy poco concemos de la Escritura y de la Vida de Jesús. En principio no sabemos que es la fe. Porque aunque nos parezca que lo sabemos, en lo más profundo de nosotros, no lo entendemos. Lo que significa que no lo sabemos.

Sí, entendemos por fe fiarnos de algo que no se ve, pero eso no se entiende cuando ponemos muchas exigencias para creer. Cuando se nos dice que creamos, en contrapartida queremos razones que nos den pruebas para creer. ¿Qué fe es entonces la que entendemos? La fe es fiarse sin exigencias y, posiblemente, sin entender nada o muy poco.

Y, nosotros, exigimos razones, pruebas y que la vida nos sonría. Muchos decimos que no existe Dios porque la vida se nos pone cuesta arriba; muchos nos alejamos porque experimentamos que al acercarnos al Señor las cosas de nuestra vida parecen que empeoran. Y muchos le rechazamos, porque nos suceden cosas en nuestra vida de la que le echamos la culpa a Dios. ¿Es so fe? ¿O es eso una fe que exige purebas y recompensas? Luego, repito, ¿qué fe es la nuestra?

Llegamos al convencimiento que no sabemos que es realmente tener fe. Aquellos discípulos de Emaús, posiblemente, su fe era como la de muchos de nosotros. Una fe de exigencias y recompensas; una fe que necesita ver y comprobar para creer; una fe apoyada en criterios humanos y realidades. Y Jesús nos pide una fe confiada y esperanza en nuestro Padre Dios, que nos ama con locura y le ha enviado a Él, al Hijo, para descubrirnos su Amor y rescatarnos de la esclavitud del pecado.

Y da testimonio con su Palabra y con su Vida. Nos enseña y transmite la Voluntad de su Padre, su Perdón y Misericordia, y nos explica todo el Plan de Salvación desde Moisés, los profetas hasta su venida, la plenitud de los tiempos, donde en Él se cumple todo. Por su Pasión y Muerte somos rescatados del pecado y salvados, y por la Resurrección nacemos con Él a una Vida Nueva y Eterna.

Pidamos esa Gracia al Señor, y que nos llene de paciencia y escucha atenta como aquellos discípulos de Emaús, para que atentos a su Palabra dejemos que su Espíritu inunde nuestros corazones y, abriéndonos los ojos, veamos claramente la presencia de Jesús Resucitado entre nosotros. Amén.

jueves, 14 de enero de 2016

¿TENGO LA CONFIANZA EN EL SEÑOR DE QUE ME PUEDE CURAR?



La cuestión está en la confianza. Quién tiene confianza se fía y pide confiado de obtener lo pedido. Y esa confianza no sabe de impedimietos ni obstáculos. Se pone en marcha y busca el encuentro y lugar para pedir y solicitar lo deseado. Son los pasos que dio el leproso hasta conseguir su curación.

Ahora, no es fácil tener confianza, porque no es cosa de un momento, sino que cuesta ganarla. Tenemos confianza en nuestros padres porque hemos crecidos con ellos, y hemos experimentado el amor que nos tienen y como nos cuidan y protegen. Sin embargo, esa confianza se puede perder en un momento, al no comprender algunas de sus actuaciones.

Igual nos sucede con Jesús. La confianza en Él la tendremos que buscar, y ganarla al convivir y relacionarnos con Él cada día. Conocerlo en su Palabra de cada día, y visitándolo y alimentándonos de su Espíritu en la Eucaristía. Eso nos ayudará a pedirle también que nos limpie y nos haga participe de la Vida de la Gracia que Él nos ofrece. Y experimentando su Amor y su Misericordia, podremos confiar en que Él nos salvará de la esclavitud del pecado.

Gastemos parte de nuestro tiempo en escuchar al Señor guardando silencio en nuestras vidas, y tratando de oír sus Palabras y sus sugerencias. La reflexión y meditación nos servirán de mucha utilidad para encontrar espacios de paz y serenidad donde poder oír la Voz del Señor. Y dónde encontrar momentos de solicitar su intervención en nuestras vidas rogándole que nos limpie y nos purifique, tal y como hizo aquel leproso.

Señor, aumenta nuestra fe y nuestra confianza. Estamos esclavizados por nuestros pecados, y nos cuesta enormemente levantar nuestra mirada hacia Ti. El mundo puede con nuestra humanidad pecadora, y nos tienta y seduce para apartarnos de Ti. Nosotros no queremos apartarnos de Ti, y, como este leproso del Evangelio de hoy, te rogamos y pedimos que "si quieres puedes limpiarnos". Amén.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

EL CAMINO DE MI VIDA NECESITA APOYO Y DESCANSO



Sin Ti, Señor, no podré llegar muy lejos. Ni siquiera llegaré a dar un paso, porque toda mi vida y tomo mi hacer descansa y se sostiene en Ti. Es posible que muchos no nos demos cuenta, pero, incluso rechazándote todo nuestro ser y obrar nos viene y depende de Ti. Otra cosa es que no nos demos cuenta.

Y es que, aun viendo, estamos ciegos. E incluso oyendo, estamos sordos. No sabemos a dónde vamos, y si lo supiésemos, seríamo muy tontos de seguir ese camino, porque no conduce a ningún lugar que no sea la perdición y la misma muerte.

Y eso lo comprobamos cuando después de ese día o noche tan feliz que nos lo prometíamos, pasado el éxtasis del momento, y llegada la calma y el sosiego, descubrimos lo disparatado de nuestra vida y el poco sentido común que hemos tenido. Por mucho que queramos disimular, experimentamos vacio y tristeza. Nos invade una sensación de arrepentimiento y de experimentar que no hemos actuado como, quizás nos gustaría haber actuado.

Es verdad, si somos sinceros, que nuestra soberbia y suficiencia no nos deja reflexionar, y menos de esa forma. Nos cuesta presentarnos equivocados y derrotados frente a nuestros amigos y conocidos. Quizás con alguien que no nos conozca a fondo, o que tengamos una relación fuerte de amistad, nos cuesta menos confesarnos y abrirnos. Pero, quieras o no, experimentas una sensación de insatisfacción y poco sentido. Sabemos que eso no nos lleva a ninguna parte y, además, tiene sus días contados.

¿Y en quién descansar? Ese es quizás el problema peor. Porque a nadie le importa nuestras sensaciones y sentimientos. Y menos como nos experimentamos en nuestro interior, en nuestro corazón. Y, quizás peor, lo más que pueden hacer es escucharnos, pero se sienten impotentes de poder ayudarnos y devolvernos la esperanza de encontrar respuestas y sentido a la conducta de nuestra vida. Sólo Jesús, el Señor, puede ser nuestra tabla de salvación, porque en Él encontramos apoyo, descanso y solución a nuestros problemas.

Danos, Señor, la Gracia de sabernos auxiliados por Ti, y ser nuestro apoyo y nuestro descanso. Danos la sabiduría de acudir confiados a tu vera y en Ti descansar y dar respuesta a todas nuestras preocupaciones e interrogantes. Gracias, Señor, por brindarte para ser mi descanso y mi apoyo. Amén.

lunes, 7 de diciembre de 2015

FORTALECE Y AUMENTA NUESTA FE, SEÑOR



Es la súplica diaria que tenemos que hacer: ¡Señor, aumenta y fortalece mi fe!, porque sólo Él puede hacerlo y darnos esa luz que nos mantenga firme en su presencia y su Misericordia. Su existencia no nos cabe en la cabeza. Nunca entenderemos su Resurrección, ni tampoco sus prodigios y poder. Por eso se ha hecho Hombre, y, acercándose a nosotros, sencillo, humilde y discretamente, nos ha revelado la locura de Amor de su Padre Dios, y el poder de su Misericordia.

Pero, tenemos su Palabra de salvación, y su promesa de poder hacer tantas cosas como Él, si depositamos nuestra confianza y fe en Él. Para eso se ha acercado a nosotros, para desde su Naturaleza Humana, tal como la nuestra, menos en el pecado, acercarnos a su Padre Dios y revelarnos su Misericordia.

Quizás tengamos parálisis más complicadas que la de aquel paralitico. Parálisis de visión, parálisis de oscuridad, parálisis de odio, de venganza, de suficiencia y de soberbia. Necesitamos el poder del Amor de Dios para curarnos de esas parálisis que inmovilizan nuestras vidas y las dejan muy alejadas del Amor y la Misericordia de nuestro Padre Dios.

Pero, como aquel y los compañeros que lo llevaron a Jesús, tengamos confianza y fe en que Jesús nos recibirá en cualquier lugar. Quizás sea este humilde pesebre de blog, "Un Rincón para orar", quien te esté llevando a la presencia del Señor. Al menos esa es su intención, para que puedas presentarles tus parálisis que te impiden seguirle y amarle en el servicio concreto a los hermanos.

Pidamos esa Gracia, y pidan por mí, porque todos corremos el peligro de confundirnos, de dejarnos tentar por las ofertas de este mundo y perder nuestra fe y esperanza en el Señor. Pidamos por todos los blogueros, por la Asociación de Blogueros con el Papa, por todos nosotros, para que la Gracia del Señor nos ilumine y nos ayude a preparar el Camino de salvación en este tiempo de Adviento. Amén.

sábado, 17 de octubre de 2015

UNA VEZ MÁS Y TODAS LAS QUE HAGAN FALTA



No me cansaré de repetirlo, y malo sería que me cansara. Aumente mi fe, Señor. Y también mi confianza, porque experimento que me falta mucha fe y confianza.

Imagino que mi vida sería totalmente diferente si tuviera una fe como un grano de mostaza. Recuerdo que Tú ya me lo dijiste en una ocasión, Mt 17,20. Pero necesito oírlo muchas veces. Oírlo y repetirlo sin parar ni cansarme. También, Tú me lo propones y me animas a no desfallecer cuando me hablas en la parábola de la aquella viuda y el juez injusto, (Lc 18, 1-8).

No me voy a callar, Padre Bueno, y continuaré pidiéndote que esa fe y confianza en Ti, me ilumine y me dé la Gracia de creer en Ti fuertemente con la confianza que tuvo Abraham y Jacob.

Dame, Señor, la fe que necesito para servirte y vivir toda mi vida en y según tu Palabra. Soy consciente de mis debilidades. Un día sí, y otro también, tropiezo con y en la misma piedra. Experimento que estoy parado y que apenas adelanto. Mientras, a mi derredor, muchos samaritanos pidiendo ayuda, y yo quieto, impasible, o mirando para otro lado. ¿Qué puedo y debo hacer, Señor?

Aclárame el camino y dame la fuerza para recorrerlo llevándolo a mi vida. A la que tengo y vivo ahora, en estos momentos. Sí, soy débil, y mi corazón está esclavizado, encadenado a las pasiones y apetitos que inundan mi corazón de muchas cosas., pero Tú, Señor, puedes liberarme.

Y yo quiero dejarme liberar por Ti. Sólo por Ti, porque eres el Único que puedes hacerlo de verdad. No quiero las promesas falsas de un mundo mentiroso que, ni puede y engaña. Quiero sólo tu Palabra y tu Promesa en y con la que me dices que has venido a liberarme y lo demuestra entregando la vida por mí.

Dame, Señor, tu Gracia. Amén.

domingo, 21 de junio de 2015

AUMENTA SEÑOR MI CONFIANZA



Son los momentos difíciles los que nos ponen a prueba. Una frase bien conocida y que descubre nuestra verdadera intención es aquella que se refiere al bolsillo. Y es que cuando nos tocan el bolsillo salen a relucir nuestras verdaderas intenciones. De igual forma, sólo nos acordamos de Dios sino cuando la tempestad nos avisa.

Decimos que tenemos confianza, pero nunca podremos probarla hasta que nos pongan a prueba. Y eso ocurre en esos momentos difíciles que todos pasamos algunas veces en nuestra vida. Por eso, Señor, te pido hoy que me aumentes la confianza en Ti. Que nos aumente la confianza en Ti, Señor. Porque queremos creer pero nos traicionan nuestras debilidades humanas.

No entendemos muchas cosas que suceden y que nos hacen dudar. Nos preguntamos por qué dejas que ocurran tantas injusticias y muertes de inocentes. Sabemos que Tú mismo las has padecido hasta sufrir una muerte de Cruz, y sentimos miedos por tantas amenazas y sufrimientos que el camino nos presenta. Muchas veces lo comprendemos, pero otras nos asalta la duda y la desesperanza. Por eso nuestro ruego hoy es la petición de que nos aumente la confianza en tu presencia y tu protección.

Queremos sentir esas palabras que dirigiste a tus discípulos ese día de la tempestad. Queremos sentir tu presencia, porque sintiéndote y experimentándole nos sentimos bien, a gusto y con esperanza. Aunque no podamos evitar el sufrimiento de padecer como te ocurrió a Ti. Porque esa es la prueba de nuestra fe y de nuestra confianza. ¿Cómo podemos demostrarte nuestra confianza y fe si no padecemos las pruebas que dejan y descubren verdaderamente nuestra fe y confianza? Sólo así lo podemos testimoniar y contagiar.

El amor se prueba en los momentos de dificultad y dureza. Y eso es lo que Tú esperas de nosotros. Así lo hiciste con los discípulos provocando que te despertaran asustados. Pensaron que se iban a hundir sin que Tú lo impidieras. 

Señor, danos la fortaleza y la confianza de creer en tu Palabra y confiar en tu Amor. Amén.

jueves, 9 de abril de 2015

¡SEÑOR, A PESAR DE MIS SENTIMIENTO, EMPUJA MIS PASOS EN TU CAMINO!



Hay etapas en tu camino que sientes desfallecer. Ese desfallecimiento viene influenciado por tus dudas acerca de los frutos o de la cosecha que tu andar y peregrinar recoge. En el fondo es más de lo mismo. Te buscas, porque eso se descubre en los efectos de tu resultados. Quieres ser un triunfador, un buen apóstol, que consigue conversiones y que sus obras atraen y convencen.

 Indudablemente que eso no lo dices, y hasta quizás no lo piensas tan claramente, pero vive dentro de lo más profundo de tu corazón. Y cuando sientes desfallecer sale a la superficie y te hiere fuertemente en tu orgullo y tu egoísmo para que abandones y te retires. Total, ¿para qué? ¡Si nadie te hace caso y pasas desapercibido! Cuando hablamos de noches oscuras, estás son de esa clase, y quizás de las peores. Estás tocado y tu corazón no encuentra ningún sentido seguir hacia adelante.

Ahora, el Señor espera que tú decidas. Son las pruebas de tu fidelidad y tu amor. Supongo que aquellos hombres, pasaron por esto. Dudas y dudas, y peligros y complicaciones. El lunes pasado, una persona me comentó lo siguiente: Había salido en libertad y se encontró con el padre y una hija muertos. Cometió el error de un nuevo delito y volvió a entrar en la cárcel. Hoy sigue asistiendo a catequesis, pero confiesa que está enfadado con el Señor, y desconfía de Él. No entiende por qué le ocurrió eso cuando él consideraba que se portaba bien.

Una cosa debemos guardar con todo nuestro esfuerzo y confianza. Dios nos quiere, y ha enviado a su Hijo para rescatarnos. A pesar de lo que nos suceda, tengamos confianza en Él. Jesús fue Resucitado porque confió en el Padre. Y sufrió una muerte de Cruz. Confiemos también nosotros y resucitaremos como y con el Señor. Amén.

domingo, 22 de febrero de 2015

VIVIMOS EN TENTACIÓN



No podemos escapar a la tentación. Nuestra naturaleza caída está tocada y mal herida por el pecado, y por la tentación que nos provoca y nos lleva a pecar. Somos débiles y estamos salpicados por la imperfección. Y el diablo tiene permiso para tentarnos con la intención de alejarnos de Dios.

Pero el Señor, conocedor de esto, no nos deja solos, y nos acompaña. Está con nosotros y nos asiste en el Espíritu Santo. El recorrerá el camino junto a nosotros y nos defenderá de las tentaciones que el Maligno nos someta. Claro, necesita nuestro permiso, porque hemos sido creados libres, y será elección nuestra abrirle las puertas al Espíritu de Dios.

El núcleo de la tentación es alejarnos de Dios, no escuchar su voz, no realizar sus proyectos, no recorrer sus caminos. El tentador nos dirá siempre: "deja a tu Dios y elige otros caminos para ser feliz. Dios no te hará feliz; al contrario, será un obstáculo para tu felicidad". 

Con eso pretende alejarnos y que desistamos de seguir al Señor. Pretende también que nos cansemos y tiremos la toalla porque nos es imposible seguir. Quiere que, resignados, nos convenzamos que la vida debe ir por otro camino. Y que nadie nos la puede arreglar. Por lo tanto, lo mejor es desconfiar de todos y vivir según nuestras ideas y convicciones. Eso es lo mejor, nos dice el Maligno.

Y nosotros no queremos, Señor. Porque nosotros sabemos que Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Y en Ti creemos y confiamos. Sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna, y en Ti ponemos todas nuestras esperanzas.  Danos la sabiduría y la fortaleza de seguir fieles a tu Palabra, Señor. Amén.

viernes, 19 de diciembre de 2014

TAMBIÉN NOS HABLA EL SEÑOR A NOSOTROS

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DONDE PUEDAS




Es lógico suponer que si Dios se ha hecho Hombre en su Hijo Jesús, y ha entregado su vida para salvarnos pagando por nuestros pecados. Es lógico suponer que también se preocupará por nosotros y nos hablará para indicarnos el camino a seguir.

Es lógico y de sentido común pensar que Dios enviará a sus ángeles a avisarnos, a protegernos e indicarnos el camino a seguir. Y digo que es lógico porque es Él quien más interesado está en salvarnos. Él ha dado el primer paso y se ha comprometido con nosotros por Amor.

Y en cumplimiento de su Alianza nos envía profetas, que nos alertan y nos proclaman sus Planes salvíficos. Es de sentido común pensar que Dios nos guia y nos va hablando a lo largo de nuestro camino. Nos ha hablado a través de Abraham, Moisés, Juan el Bautista, María, José y muchos otros... Y nos sigue hablando ahora, quizás por ti o por mí, o por muchos otros que nos rodean y se relacionan con nosotros. Dios no va guiando día a día.

Hoy, a través de lo ocurrido a Zacarías nos alerta a estar vigilantes, a no distraernos y permanecer atentos a sus planes y proyectos. Quizás quiera que tú seas un hombre que con tu justicia, tu compromiso y fidelidad des ejemplo y sirvas de testigo para otros. Quizás quiere que proclames en tu familia, en tu trabajo, en tu parroquia, en tu... No dudes que no te faltará la luz y la sabiduría necesaria para que alumbres y guíes, según su Voluntad, y no según la tuya. 

Pero necesita tu corazón entregado y unido a Él para alimentarte y darte la capacidad y la fuerza de poder vencer al mundo y al pecado. 

En el augusto Copón
de tu pecho inmaculado
vivió Jesús encerrado
en prenda de redención.

Adorna mi corazón
con tus manos, ¡Madre mía!;
llévame en tu compañía
de la mano hasta el Altar
para poder comulgar
como tú sabes; María

Del Aniversario de mi
Primera Comunión
Verificada en la Parroquia del
Cristo de las Aguas de Guatiza
el 20 de Mayo de 1951
Mala - Lanzarote
 (Dario Mesa Pérez)

sábado, 10 de mayo de 2014

¡SEÑOR!, ¿A QUIÉN IRÉ?



Mi humanidad queda al descubierto ante la grandeza de tus palabras. Te haces Pan de Vida ofreciendo tu Carne y tu Sangre para que, comiéndola, tengamos Vida Eterna. Pero no podemos entenderlo. No es cuestión de darles vuelta ni de más explicaciones. No cabe en mi cabeza.

Por eso, Señor, yo, como Pedro, no sé a dónde ir, porque sólo Tú, Dios mío, tienes Palabra de Vida Eterna, y sólo en ti confío, y sólo a Ti me entrego y abandono. Dame Señor la Gracia de que mi fe aumente e ilumine mi vida para gozar de tu Amor y Misericordia. No la pido como condición para creer, pues en Ti, Señor, a pesar de mi ceguera, me abandono totalmente, sino para disfrute y gozo de tu compañía y de tu presencia. 

Quisiera sentirme a gusto como experimentaron Pedro, Santiago y Juan en el Tabor. Aumenta mi fe Señor y dame la sabiduría de experimentarme confiado y esperanzado en tu Amor. En tus Manos Señor pongo toda mi confianza y a ella me abandono.

lunes, 16 de septiembre de 2013

¡SEÑOR, AUMENTA MI FE!



Creo Señor que puedes sanarme, pero me tiembla el pulso mientras espero tu sanación. La tentación de dudar tambalea mi ser y acrecientas mis dudas, pero, a pesar de no ser digno de que vengas a mí, quiero seguir creyendo que lo haces y me salvas.

Aumenta nuestra fe Señor y fortalece nuestro espíritu. Llénanos de esperanza de salvación, pues solo en Ti podemos encontrar el Médico que sana eternamente a todas las almas. Dame perseverancia, constancia y confianza en permanecer en tu presencia esforzándome en vivir para servir y no para servirme o ser servido.

Confío en tu Gracia Señor y permanezco esperándote a pesar de mis indecisiones, debilidades o fracasos. Sé que solo en Ti puedo encontrar la curación que busco, la del cuerpo y la del alma, y en tus Manos me pongo. También, de la mano de tu Iglesia, camino junto a ella, porque en ella encuentro la fuerza de intercesión que me da el vivir amándonos como Tú nos has enseñado.

Aumenta nuestra fe para que fortalecidos en ella podamos demandar tu salvación seguros de que Tú puedes salvarnos Señor.


miércoles, 14 de agosto de 2013

DECIR LA VERDAD SIEMPRE AUNQUE CUESTE


 
Decir la verdad aunque resulte incómodo y deriven consecuencias ingratas y no deseadas. Porque la verdad está por encima de todo. Tú, Señor, eres la Verdad, y Tú estás por encima de todo.

Soy consciente de que yo no podré hacerlo sin Ti, y por eso Señor te invoco para que pongas en mi boca las palabras precisas y sabias que denuncien la vida que vivimos en contra de tu Voluntad. Danos Señor la serenidad y paciencia para saber buscar los momentos oportunos para proclamar la Verdad y todo aquello que la contradiga; para decirles a los hombres todo aquello que se opone a tu voluntad.

Dame Señor la Gracia de saber discernir y la valentía de saber advertir cuando se contraviene tu Voluntad. Y hacerlo con tacto, con caridad, con verdadero amor como Tú lo haces con cada uno de tus hijos. También, no permitas que me amilane, que desconfíe de tu ayuda, de tu compañía y cierre mi boca, y mire para otro lado... Desata mi lengua y resuelve mi preocupación para proclamar tu Voluntad y denunciar todo aquello que se opone.

martes, 6 de agosto de 2013

¡SEÑOR, FORTALECE MI CAMINO!








Se me nubla la mente y todo se hace oscuridad. Me fallan mis fuerzas y mis dudas se transforman en obstáculos que me impiden avanzar. ¡Necesito verte, Señor!, y reforzar mi confianza y fe en Ti. Necesito ver tu Luz y tu Resurrección, y recibir tu aliento que me fortalezca en el camino.

Hoy, apoyo mi confianza en el testimonio de esos tres apóstoles elegidos para subir contigo al Tabor. ¡Cuanto me hubiese gustado ser uno de ellos! ¡Que dicha haberte contemplado en toda tu Gloria! ¡Que emoción oír la voz del Padre señalándote como su Hijo amado y exhortándonos a escucharte!

Recobro fuerzas, recibo tu aliento y fortalezco mi camino. La subida es una delicia, pero hay que volver a bajar y el camino vuelve a ser duro, fatigado y cruz. Pero, ahora recuerdo que Tú no te has ido, que estás conmigo y me acompañas en el camino. Gracias Señor por tu aliento.

sábado, 15 de junio de 2013

SÓLO TÚ ME SOSTIENES, MI SEÑOR



Tú eres mi apoyo Señor. ¿Dónde puedo descansar de mis inquietudes, interrogantes y fracasos sino en Ti? ¿Y dónde tengo la fiabilidad de confiar en la única Verdad que da sentido y veracidad a mi vida? Sólo en Ti, mi Señor. Tú enciendes mi vida, me motivas y me pones en tu camino.

Nada es verdad si no viene de Ti. Sólo en Ti está la Verdad que construye nuestra vida  y la edifica en la justicia y la paz. Sin tu Luz, Señor, quedamos a la deriva, perdidos, sin rumbo y sin horizontes. Necesito tu Luz, Padre y Señor mío, para encontrar el camino, la verdad y la vida.

Creo Señor en tu Palabra, y ella me da Vida, Vida Eterna que me llena plenamente y colma todas mis aspiraciones. Me bastas Tú, Dios mío, y en Ti me abandono. Te pido sabiduría y luz para vivir en tu Verdad, pues estando en Ti estoy en la Verdad, y no necesito de juramentos que la testifiquen. Simplemente basta decir sí, sí; no, no, pues eres Tú la única y absoluta Verdad. Amén.

sábado, 13 de abril de 2013

¿POR QUÉ TE BUSCO SEÑOR?



Son preguntas que nacen en mi corazón y buscan respuestas por todo mi ser. Te busco Señor, pero, ¿por interés, porque me prometes la vida y felicidad eterna? ¿Es esa mi primera y única intención? En realidad, ¿te busco por propio egoísmo?

Son preguntas que se mueven dentro de mí y me hacen revolverme inquietamente. Confieso que algo de eso hay, mejor, creo que casi todo. Te busco para que me des de comer, esa comida, ¡también material!, pero sobre todo espiritual, que alimente mi alma hasta la vida eterna. Sí, confieso que me muevo por eso.

Soy un pobre pecador, un publicano más de los de tu época, miserable y pecador, que no trata de ocultar mis pecados ni tampoco esconderlos. Los pongo delante de Ti, y confío en tu Misericordia, Dios mío. Sé, y esa es mi confianza, que lo único que quieres de mí son mis pecados, porque Tú quieres purificarme y santificarme, y esa es la razón, ¡la única razón!, de entregarte a una muerte de Cruz para mi salvación y la de todos los hombres.

Y yo quiero entregártelos, Señor, porque sé que Tú los puedes transformar. Tú puedes hacer que mi corazón, ya no te busque por puro egoísmo de salvación, sino que desee corresponderte nada más que por tu Amor, hasta el punto que, como diría Teresa de Ávila, que si no hubiese Cielo te quisiera y si no Infierno, te temiere...

Por eso, mi preocupación no llega a desesperarme, porque sé que Tú Misericordia y tu Bondad lograrán transformarme por la acción de tu Espíritu. Amén.

sábado, 19 de enero de 2013

NO QUIERO AGOBIARTE, SEÑOR.


No quiero agobiarte con mis peticiones. Supongo que te tendré cansado, siempre el mismo rollo. Sólo una cosa quiero ahora, o mejor, pretendo ahora: "Estar contigo en silencio, tratar de escuchar lo que Tú quieras decirme y ponerme a tu disposición si llego a entender que quieres de mí".

Pero, en principio, solo permanecer a tu lado, frente a Ti, y sentir la alegría de tener la dicha de sentirme tu amigo, tu hermano e hijo del mismo Padre, por tus méritos y tu entrega gratuita de merecerlo por Ti. Me propongo no pedirte nada, simplemente que me permitas estar contigo, seguirte y recibirte todos los días. Tú dirás, ¿qué quieres de mí?

Tengo que decirte que me da un poco de miedo, porque no tengo confianza en mis fuerzas, me siento débil y frágil con mi pobre humanidad. Tú sabes que me cuesta vencerme, vencerme a los apegos y tentaciones de este mundo, pero tengo esperanza de que Tú me puedas ayudar en todo eso. No sé cómo, pero yo confío en Ti.

Por eso, no hablo, no digo nada porque metería la pata, ni tampoco sé que pedir. Yo solo a tu lado, en silencio, sin abrir la boca. Tratando de estar atento, expectante y dispuesto a escucharte y obedecerte. Simplemente, Padre, quiero permanecer en Ti. Amén.

jueves, 25 de octubre de 2012

ME DESESPERO, SEÑOR...

 Lucas 12, 49-53. Vine a traer fuego. ¿Será necesario pensar que el fuego
porque no veo los frutos. Quiero hacer y comprobar que lo que hago da su frutos, pero pierdo las esperanzas de comprobarlo y contemplarlo. Y eso me desespera y me hace pensar que lo hago mal, que estoy equivocado, que tu Mensaje no tiene validez actual y que a nadie le interesa.

Pierdo la fe y hasta la confianza porque los resultados no llegan. ¿Qué proyecto aguanta eso? Estoy desesperado, Padre, pero me consuela que hoy contemplo que a tu Hijo Jesús y veo que le pasó algo parecido. Tuvo momentos de desespero y hasta de impaciencia. Quería ver al mundo arder, arder en virtud y caridad.

Sin embargo, Jesús sabe esperar y aceptar la Voluntad del Padre y cumple con su compromiso de Cruz hasta entregar su vida por nosotros. Y ese camino que nos enseña es el que debemos desear y al que debemos aspirar. Ser perfectos como nuestro Padre Celestial es perfecto.

Sin miedos ni desconfianzas. Confiados en su Gracia que no nos faltará y nos alumbrará el camino para conseguirlo en su presencia y con la asistencia del Espíritu Santo.

No desesperemos y aguardemos con confianza en que la cosecha será obra de Dios en nosotros cuando Él quiera y crea conveniente. Amén.