Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 1 de diciembre de 2014

NO FALLA EL MENSAJE, FALLA NUESTRA FE



Casi siempre nos acusamos de no dar testimonio, de no evangelizar bien o de otras muchas cosas, pero lo que ocurre es que falla la fe. Quizás nos falta a nosotros fe para dar testimonio y evangelizar, y quizás también les falta fe a los que no se dejan evangelizar.

Hay pruebas y testimonios de todos los tipos. De quienes reciben testimonio coherente y sincero y de los que no. Tanto en uno u otro caso la respuesta del posible evangelizado es negativa. No hay fe, y si no hay fe no se puede creer ni actuar coherentemente. Así, la mayoría de las respuestas creyentes son aparentes o débiles, que al menor titubeo o tempestad se desvanecen.

De esa forma se explica cómo se aprueba el divorcio y otras relaciones equiparándolas a la familia...etc. Si tuviéramos una fe cercana a la de aquel centurión, nuestras repuestas de fe serían diferentes. Por eso, hoy  te pedimos, Señor, que nos aumente nuestra fe y nos ilumine para, confiados como aquel centurión, podamos abandonarnos en tus Manos y responderte tal y como Tú nos pides.

Danos, Señor, sabiduría, paz y fortaleza, y embriagamos de fe. Fe en Ti y en tus Palabras. Queremos ser pacientes, comprensivos, humildes, suaves y buenos, para ver el mundo con los ojos llenos de amor, y responder a tu Amor y a la confianza que Tú pones en cada uno de nosotros. Hasta el punto de entregarte a una muerte de Cruz para salvarnos.

No permitas, Señor, que me fe se debilite y deje de responderte. Porque yo quiero hacerlo, pero el mundo me tienta para que no lo haga. Dame, Señor, la luz que fortalezca mi fe y me agarre fuertemente a Ti. Así podré vencer a los peligros que azotan a mi alma: mundo, demonio y carne. Amén.

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