Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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miércoles, 14 de marzo de 2018

NO HAY OTRA ALTERNATIVA

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Te pasarás la vida buscando tus deseos de felicidad, porque, ¿supongo que buscas la felicidad? Y te ocurrirá como aquel hombre de la piscina de Betsaida, no tendrás quien te empuje hacia ese camino de felicidad porque se encuentra en el amor. Y un amor entregado, universal, es decir, incluyendo a los enemigos, y eso tú ni yo lo podremos cumplir. Necesitamos la acción del Espíritu Santo para poder llevarlo acabo.

Por lo tanto, así de claro y rotundo, si quieres ser feliz necesitarás amar de forma integra, al bueno y al malo; al amigo y al enemigo. La referencia es Jesús que nos ama a ti y a mí no mereciéndonoslo. Y, sabemos, que eso es irrealizable para nosotros. Por lo tanto, la alternativa es clara, creer en el Señor y fiarnos de su Palabra..

Hoy nos lo dice claro en el Evangelio: «Mira, estás curado; no peques más, para que no te suceda algo peor». Hoy, que tenemos vida estamos todavía a tiempo. Se trata de creer en Jesús y de seguirle. ¿Cómo? Tenemos a su Iglesia, con todos los defectos que quieras, pero es su Iglesia, y el Espíritu Santo la dirige y la protege. Y tenemos los sacramentos y las comunidades, donde podemos experimentar la vivencia del amor. Por lo tanto, se trata de confiar y creer. Y no hay más vueltas de hojas, porque cuando no quieres creer tendrás siempre justificaciones y excusa para evadirte.

De cualquier modo, quieras o no, nuestra hora llegará y tendrás lo que hayas cosechado. Pidamos la luz que nos abra los ojos y que nos ayude a ver claro. A desenterrar nuestras parálisis y nuestros prejuicios para levantarnos y seguir al Señor. Amén.

sábado, 10 de febrero de 2018

TODO LO BUENO LO MULTIPLICA EL SEÑOR

Jesús multiplica nuestras pobres y humildes oraciones; Él convierte en verdadero pan nuestro pobre y limitado esfuerzo, nuestros fracasos los transforma en éxitos. Nuestras preocupaciones por los que están enfermos las convierte en alivios y sanaciones. Él continúa haciendo milagros. Él hace fructificar nuestra escucha y atención al que lo necesita. Él está presente en todos nuestros actos y nos lo engrandece y multiplica para que den de comer al que está hambriento.

Confía en el Señor y entrega tu corazón al noble esfuerzo de amar. Porque el amor es la buena Noticia de salvación que trae Jesús. El amor salva y establece la paz y la concordia fraterna entre los hombres. El amor es la semejanza entre Dios y los hombres, porque Dios es Amor. Y no tengas miedo, porque el Señor está siempre contigo. Él terminará l que tú no puedas terminar, y también lo multiplicará. Él dará sentido a tu vida y la orientará multiplicando sus frutos. 

Porque, Jesús, el Señor, es el primero y principal protagonista de tu vida, y también el primero que se preocupa por ti y por los problemas y necesidades de los demás. Y camina contigo acompañándote en el día a día y asistiéndote en el trabajo para aliviar el problema de los más necesitados y carentes de lo necesario para vivir.

Gracias, Señor, por estar presente y por manifestarte en los actos de cada día; gracias, Señor, por caminar junto a nosotros y multiplicar todos nuestros inútiles y pobres esfuerzos. Gracias, Señor, por convertir nuestras humildes obras en grandes y buenas obras, valga la redundancia, para y por los que las necesitan. Gracias, Señor, Gracias.

Pero, gracias también, Señor, por darnos tu pan. Ese pan transformado en oración, en fe, en alimento espiritual, en aliento de esperanza y en perseverancia. Ese pan comunitario con los hermanos, tanto en nuestras parroquias y comunidades, como virtuales en los diferentes grupos de Facebook o blogs. Gracias, Señor, porque ellos nos alimentan, combaten nuestras fatigas y continuo camino que, abandonado en tus Manos, nos llevan hacia el encuentro gozoso, pleno y eterno contigo. Amén.

domingo, 26 de noviembre de 2017

LAS CARTAS BOCA ARRIBA

Todo queda claro. No se trata de novenas, de celebraciones Eucarísticas, de preceptos y cumplimientos, de ser un buen soldado, de cumplir con todo lo que te mande, tal hizo el hermano mayor de la parábola del hijo pródigo -Lc 15, 11-32- y de muchas cosas más. Se trata de amar. Eso, simplemente amar. Y amas cuando te preocupas por las personas que lo necesitan. ¿Y quienes son?

Pues, más claro todavía. Los pobres, los excluidos, los marginados, los encarcelados, los necesitados, los enfermos, los disminuidos... aquellos que necesitan de una mano amiga para aliviar su sufrimiento. Se trata de discernir a este respecto, porque muchos, en situaciones de apuros, no son necesitados, sino aprovechados. Por lo tanto, no se trata de ser bobo, sino de discernir quienes en realidad son necesitados y pobres.

El Evangelio de hoy nos descubre realmente quienes son. Y nosotros aprovechamos para pedirle al Señor que nos dé la sabiduría de saber discernir quienes realmente necesitan de nuestro humilde y pequeño amor. y, llegado el momento y la ocasión, tener la fortaleza y la voluntad para actuar desinteresadamente y por verdadero amor. Porque, no nos van a preguntar ni a pedir otra acción o acto. 

Claramente, el Evangelio de hoy lo explicita muy claramente y no deja lugar a duda: Entonces dirá el Rey a los de su derecha: ‘Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme’. Entonces los justos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber?’. ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?’. Y el Rey les dirá: ‘En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’.

domingo, 4 de junio de 2017

TE VAS, PERO TE QUEDAS, SEÑOR, EN EL ESPÍRITU SANTO

En realidad nunca te has ido, Señor. Y así es, porque lo has prometido. Te has ido como segunda Persona de la Trinidad, el Hijo, pero ha llegado la tercera, El Espíritu Santo. Dios permanece con nosotros y entre nosotros, y Tú, aunque no estás corporalmente, sí te has quedado y permaneces en Espíritu. Gracias, Señor, por tu permanente presencia y por tu acompañamiento, que nos hace fuerte y nos alienta a seguir tu camino.

Porque la fe que recibimos, no es un fogonazo de hoy para mañana. Tu Vida nos lo enseña así. Has estado tres años preparando a tus discípulos. Los has escogido y les has ido enseñando, día a día, el mensaje de la Buena Noticia que traes. Y los has ido formando, dándole esperanza y testimonio de tu Palabra. Y a todos aquellos que han perseverado y creído en Ti, les ha dado, por último, la Luz del Espíritu Santo.

Y con Él nos has revestido de los dones del Espíritu Santo:  Sabiduría, entendimiento, ciencia, consejo, fortaleza, piedad y temor de Dios, para enviarnos a proclamar la Buena Noticia. Buena Noticia de salvación. La Fe, pues, es un proceso, un camino, que va madurando en nosotros y nos va revelando tu Palabra y tu Amor. La fe es un periodo en el que a todos aquellos que se abren a tu Palabra, Tú los iluminas y te revelas. 

Gracias, Señor, por tu paciencia, por tu misericordia y por tu amor. No se puede entender de otra forma. Ahora, te pedimos, Señor, que ese don que Tú has decidido darnos, sea aprovechado y utilizado para bien de todos. Cada cual irá experimentando lo que podrá hacer por los demás y lo que mejor puede realizar para construir un mundo a su derredor de paz, justicia y amor. Y esa es la vocación que tendremos que descubrir y vivir.

Esa es tu Voluntad Padre, nos ha dicho el Hijo, nuestro Señor Jesús, que nos amemos todos tal y como el Padre y el Hijo se aman. Y para eso hemos recibido en nuestro Bautismo el Espíritu Santo, para, convertidos en sacerdotes, profetas y reyes, proclamar el mensaje de la Buena Noticia. Una Noticia de salvación que nos libera y nos hace eternos en gozo y plenitud. Amén.

viernes, 2 de junio de 2017

¡SEÑOR, TÚ SABES QUE TE AMO!

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDA

Con esas mismas palabras quiero empezar hoy mi humilde oración: ¡Señor, Tú sabes que te amo! Y en tus Manos están puestas todas mis esperanzas. Porque no puedo amarte de otra forma. Mi pobre corazón está contaminado por los egoísmos de este mundo, y no entiende otra cosa que dar para recibir. Y, a pesar de saberlo y decirlo, en lo más profundo de mi corazón subyace el pecado que me arrastra y me limita.

Reconocer que no puedo liberarme, es reconocer que te necesito, Señor. Y eso me descubre como pecador, incapaz de levantar mis ojos hacia Ti y pronunciar palabra alguna. Sólo pedirte perdón porque soy un pecador y abandonarme en tu Misericordia. Es la actitud del publicano -Lc 18, 13- que reconociendo sus pecados pide perdón.

No puedo amar de otra forma, y aunque lo intento, mi materialidad desvía mis intenciones y, aunque lucho para apartarme, siempre está la tentación de mirar para mí mismo. Por eso, Señor, como Pedro quiero expresar mis buenas intenciones y mis esfuerzos por amar como Tú me amas. Pero, necesito tu Gracia, porque mi propio egoísmo me vence.

Dame, Señor, la fuerza y la capacidad de saber renunciar a todo lo que contamina mi humilde corazón, y a darme, renunciando a todo privilegio y honor en este mundo, al servicio de los demás. Sé que yo no puedo, pero confío, y te lo pido, Señor, que tu Gracia me transforme y me llene de tu Amor y Misericordia.

Señor, sé que las palabras, mis palabras, son fáciles de pronunciarlas, pero vivirlas y encarnarlas en mi propia vida es cosa más seria y más dificultosa. Y reconozco que dejo mucho que desear. Pero confío en tu Amor y en tu promesa para que insistamos y pidamos todo lo que necesitamos. Y es eso, Señor. No quiero nada, sino que me transformes mi corazón egoísta en un corazón misericordioso y generoso. Amén.

domingo, 19 de febrero de 2017

SENTIMIENTOS Y VOLUNTADES

Todos experimentamos sentimientos sin poderlo evitar. Entran y salen y vuelven hacerlo cuando les plazca según reciben estímulos o sensaciones del exterior. Y nos hacen sentirnos bien o mal dependiendo del resultado de lo que suceda o nos pase. A un estímulo malo nos enfurecemos y nos violentamos. Y quizás respondemos mal. Y lo contrario cuando recibimos buenos estímulos que nos agradan y nos sientan bien.

Eso hace que, algunas veces estemos bien y otras mal. Eso hace que, algunas veces sonriamos y otras nos pongamos huraños y enfadados. Eso hace que experimentemos odio y deseos de venganza. 

Por eso, es de sentido común pensar que Dios nos haya dotado de voluntad. Voluntad para decidir poner remedio a esos sentimientos. Y eso explica también lo de nuestra libertad. Somos capaces de poder decidir contra esos sentimientos, y tratar de dominarlos. Tanto los buenos como los malos. Porque tanto unos como otros pueden traer consecuencias graves. Los buenos, moderándolos y no dejarlos expresarse de forma muy efusiva o excesiva, y los malos, controlándolos y transformándolos en actos buenos.

Porque de eso se trata cuando hablamos del amor. Amar no consiste en buenas palabras, afectos, caricias, buenas caras...etc. Amar consiste en hacer el bien, y, fundamentalmente, devolver bien por mal. Amar consiste en convertir esos sentimientos malos que nos producen dolor, odio y venganza, en actos buenos, de solidaridad, de paz y bondad. Incluso, a pesar de que dentro sigamos experimentando ese sentimiento de odio y venganza. Es dejarte crucificar en tu propia cruz para devolver, por cada clavo que entra en tu cuerpo, un bien que pueda transformar el corazón del otro.

Pidamos esa sabiduría de saber amar, aceptando eso sentimientos que nos provocan odio y venganza, y, controlándolos, ir los convirtiendo en correspondencia de actos de bondad, de justicia, de paz y de amor. Porque en eso consiste el amar, y esa es la Voluntad de Dios. Amén.

jueves, 23 de junio de 2016

NUESTRAS HERRAMIENTAS SON LAS OBRAS Y LA CARIDAD


No podemos construir la casa con otro tipo de herramientas, porque sería como construir sobre arena. De las únicas armas que nos podemos servir para apoyar nuestra vida sobre roca firme son la caridad y las obras. Y eso es lo que te pedimos, Señor, en esta nuestra oración de hoy.

Sabemos que no son armas fáciles de manejar, y, a veces, tan difíciles de utilizar hasta el punto de no saber ni cómo ni cuándo. El tiempo y el momento oportuno se hacen a veces muy importantes y, ocurre, que en muchas circunstancias no sabemos medir. Danos, Señor, esa voluntad, esa sabiduría y ese sentido oportuno de utilizar la caridad y adornarlo con nuestras obras. Que no nos ocurra que empleando la palabra dejemos de poner las obras. Ambas herramientas deben utilizarse alternativamente y simultáneamente.

Pero, Señor, la misión es alta para cada uno de nosotros. Aunque sabemos que cada cual tendrá la suya según los talentos recibidos, pero también proporcionalmente difícil. Queremos aprovechar este ratito de oración y reflexión para pedirte todos juntos que nos des la capacidad de no hacer sin amar. Y no amar sin hacer. Y saber qué hacer, porque todo no se encuentra en obras materiales, también están las espirituales: una sonrisa; una paciente espera y complacencia; una atenta escucha y esfuerzo de comprender, y muchas cosas más.

Las obras de misericordia que el Papa Francisco nos ha recordado en este año de la Misericordia para acercarnos a ser Misericordiosos como el Padre, pueden servirnos de guía y de camino para tratar de vivir desde la Palabra a la Vida, y desde la Vida a la Palabra. 

Y ese camino, difícil, improvisado, sorpresivo, no carente de riesgo y aventura, pero siempre emocionante, hermoso y pleno de sentido, gozo y felicidad, queremos recorrerlo, nunca solo, sino acompañado del Espíritu Santo, que el Padre nos ha enviado para auxiliarnos en nuestro camino. Amén.

domingo, 13 de marzo de 2016

SUJETOS A LA LEY, LIBERADOS POR EL AMOR



Esa es nuestra historia, sometidos, por el pecado, a la ley y la justicia, y esclavos de su cumplimiento, que cargamos más en los pobres y excluidos, que en los poderosos y privilegiados. Porque estando la ley en manos de los hombres es administrada según sus intereses y egoísmos. Así, aquella mujer que quisieron lapidar, fue muchas veces gozo y placer de todos ellos. ¿Y quién nos da derecho a matarla, cuando la hemos usado cosificándola? La hipocresía nos tiñe de vergüenza hasta el punto que nos impide lanzar la primera piedra.

Hacen la ley, pero luego la cumplen según les convenga. Una ley que no es justa para todos, sino que regula sus intereses y egoísmos. Una ley que, a veces, cuando los interese lo demandan se hace flexible, tolerante, comprensiva y hasta misericordiosa. Pero que no actúa siempre así, dependiendo de privilegios y situaciones que diferencian a unos de otros. Todos tenemos el mismo Padre, pero, parece, que no nos trata, según el proceder de ellos, a todos por igual.

La diferencia está en el Amor. Dios nos ama, y aunque tengamos que pagar nuestros pecados, tenemos siempre la puerta abierta del arrepentimiento y del perdón. No estamos muertos ni condenados. Todo lo contrario, estamos perdonados y salvados. Ya ha pagado nuestro Señor Jesús por cada uno de nosotros, pero, no todo está hecho. Nuestro Padre Dios quiere que nosotros colaboremos. Esa es la razón de nuestra libertad, no hay otra.

Y, por el hecho de ser libres, tenemos la oportunidad de creer en Jesús o de rechazarle. Ese es nuestro dilema: 15 »Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal... leer más. Por eso, experimentamos deseos, Señor, de rogarte, postrados a tus pies, que nos des el don de tu Amor para liberarnos del pecado que nos domina y nos somete a la ley de las tinieblas. Danos esa capacidad de ser misericordiosos como el Padre y de estar en actitud de perdonar tal y como el Señor nos perdona a cada uno de nosotros.

Enséñanos, Señor, a hacer realidad en nuestra vida la oración del Padre nuestro, y de vivenciar el perdón que recibimos de tu Mano generosa, perdonando nosotros también a los que nos ofenden. Amén.

martes, 22 de septiembre de 2015

LA SALVACIÓN ESTÁ EN LA FRATERNIDAD

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El secreto y la clave es el amor. Nunca podemos considerarnos hermanos sin la Gracia que nos llena y nos da fuerzas para amar. Será difícil renunciar a nuestros egoísmos sin la Gracia que nos capacite para amar. Para ser el último necesitamos amar, pero amar en clave de como nos ama Jesús.

Y ESO SIN ÉL NOS SERÁ IMPOSIBLE. 
POR ESO, SEÑOR, A PESAR DE NUESTRO CANSANCIO, 
INSISTIMOS POR TU GRACIA Y MISERICORDIA, 
EN LLENARNOS DE TU GRACIA PARA PODER
 AMAR COMO TÚ NOS AMA. AMÉN.

lunes, 13 de julio de 2015

CUANDO ABANDONAMOS LA LEY DEL AMOR DECLARAMOS LA GUERRA



Simplemente, observamos, y experimentamos que nuestro corazón ha declarado la guerra. Hemos dejado a un lado la vivencia del amor y hemos seguido nuestros propios impulso. Algo extraño sentimos que miramos con rencor y enfado la conducta del otro. Experimentamos molestias que no sabemos su origen, pero nos fastidia que el otro diga, actúe, piense o se comporte de ésta u otra manera.

Si somos capaces de hacer una serena reflexión, decubriremos que la paz se nos ha ido. Hemos vaciado nuestro corazón del Amor del Señor, y hemos permitido que entrara el amor mundano del que es príncipe Satanás. Un amor centrado en ti mismo; un amor que busca tu exaltación; un amor que somete e inclina al otro y que te eleva a ti. ¡Claro!, de esa forma tú eres el mejor y lo que te amenace provoca envidia y soberbia dentro de ti.

Por eso, la paz que trae Jesús chocha con la paz que nace en tu corazón viejo y podrido por el desamor y el pecado. Necesitas una guerra amorosa para limpiarlo y, desechando lo viejo, pecaminoso y caduco, dar paso a lo sano, sencillo, humilde y limpio. 

Y eso no se produce así como así, sino con esfuerzo, lucha y guerras que, apartando lo malo, prevalezca lo bueno y quede simplemente la ley del amor. Del bueno y bien amor que nace del Corazón de Jesús y se, por su Gracia, transmite a nosotros. 

Danos, Señor, un corazón prudente, cargado de buenas intenciones y dispuesto a darse por amor, para, por tu Sabiduría, crear circunstancias de paz que favorezcan la conversión de los hombres.

jueves, 25 de junio de 2015

SENTIR EL AGUIJÓN DEL SACRIFICIO



Todo lo que supone amor esconde sacrificio. No hay amor fácil ni cómodo. En el amor experimentas gozo, pero el gozo de dar y darte por ayudar y aliviar el sufrimiento de otros. Porque el gozo de darte a ti mismo se llama egoísmo. Es bueno que lo que quieras para ti mismo lo desees y quieras también para los otros.

El amor no consiste en una piedad sensible, afectiva, con olor a rosas y canciones. Sí, es parte de eso, pero contiene también, y en grandes dosis, una piedad sacrificada, una piedad de renuncias, de entrega, de obras que dan sentido a la piedad de palabras y sentimientos sensibles y afectivos. Ambas complementan y definen el verdadero amor. El amor con el que nos amó y nos ama Jesús, y el que nos enseñó, con su Vida, a que también lo viviéramos nosotros.

Somos conscientes de la gran dificultad que nos supone amar en ese estilo. Nosotros criaturas imperfectas, apegadas, limitadas y egoístas estamos marcados por el fracaso y el pecado. Nunca podremos vencernos y ser capaces de morir a nosotros mismos. Necesitamos la Gracia del Señor sin la cuál no podemos hacer nada, y necesitamos pedírsela consciente de que nos la dará porque nos quiere y ha entregado a su propio Hijo para salvarnos. ¿Cómo no nos la va a dar?

Pero necesita nuestra colaboración, nuestra perseverancia, nuestro compromiso, nuestro esfuerzo, nuestra lucha, nuestra entrega y nuestra total disposición, apertura  y obediencia a su Gracia. Toma nuestra libertad, Señor, y danos esas cualidades para abrirnos a la acción del Espíritu Santo. Amén.

martes, 17 de junio de 2014

EL PELIGRO DE LA RUTINA



No está todo el peligro en nuestras debilidades y limitaciones. Somos pecadores, eso ya lo sabemos, y por lo tanto, reconocemos que fallamos y que dejamos mucho que desear. Pero eso no debe llevarnos a darnos por vencido y a pensar que siempre somos los mismos. Decimos y decimos y siempre igual, no cambiamos y la rutina nos empieza a meter en la cabeza que, o no podemos o siempre lo mismo. Así que para eso mejor abandonar y a vivir la vida a nuestra manera, que nos apetece.

El diablo no pierde el tiempo y aprovecha nuestras limitaciones para hacernos ver que siempre lo mismo, que somos unos mentirosos y mejor hacer lo que nos gusta y nos apetece. ¡Nada de eso! Saber lo que somos nos identifica y nos descubre nuestra identidad, nuestra historia. Somos un pueblo redimido, hermanos menores del pueblo elegido por Dios y al que, enviando a su Hijo predilecto, redimió del pecado ofreciéndoles la salvación eterna.

Nos sabemos pecadores, indigno de ser amados y salvados por nuestro Padre Dios. Experimentamos la vergüenza de sentir que cansamos de fracasos y pecados a Dios, pero escuchamos, en su Hijo Jesús, el inmenso Amor que Dios nos tiene y de que Él ha sido enviado para salvarnos. Incluso hasta el extremo de una muerte de Cruz.

Y eso nos conforta, nos anima, nos llena de esperanza, nos levanta como al hijo prodigo, nos consuela y nos imprime fortaleza para continuar, aunque heridos el camino de salvación detrás de tu Hijo, Señor, que nos acompaña en su Espíritu y nos asiste a pesar de nuestra pobreza y pecados. Amén.

viernes, 23 de mayo de 2014

ME MANDAS A HACER LO QUE TÚ HAS HECHO Y HACES CADA DÍA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DONDE PUEDAS




Sería dudoso y sospechosos que te mandara hacer algo aquel que no lo ha hecho. Eso ocurre mucho en nuestro mundo. Pregonan y proclaman aquellos que luego no se aplican lo que dicen y proponen que hagan los demás. El refrán lo deja bien claro: "Nadie se mira su propia corcova".

Jesús no actúa así, lo que el propone lo ha vivido Él antes. Esto lo cambia todo, porque nos habla Aquel que ha vivido primero lo que proclama y propone. Incluso ha compartido la muerte, muriendo a la soberbia, a la venganza, a la propia vanidad, a la tentación del poder, de la suficiencia... Se ha abajado hasta el límite de hacerse pobre e indefenso ante la ignorancia y suficiencia del hombre.

Ha amado primero, y luego te propone a ti y a mí que amemos también tal y como Él nos ha amado. Por lo tanto, Jesús no manda nada imposible, sino que nos comparte su propia experiencia de amor y nos invita a hacer lo mismo, porque sólo en el amor encontraremos respuesta a lo que todos buscamos:  "El gozo y la felicidad eterna". Gozo y felicidad que Él nos ha traído y nos la ofrece.

«No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros» (Jn 15, 16-17).

Amar es dar la vida. Es el extremo máximo al que se puede llegar. El amor insuperable. Y ese Amor nos lo ha dado Jesús. No hay Amigo mayor. Pidamos que nos dé un corazón semejante al suyo.



jueves, 19 de septiembre de 2013

NECESITO PERDONAR



Perdón y amor son dos palabras que van unidas. No significan lo mismo, pero sí se necesitan la una a la otra, pues sin amor no hay perdón, y sin perdón no hay amor. Es evidente quien más es perdonado, más amará. De tal forma hemos sido perdonados nosotros, con mucho amor por parte de nuestro Padre Dios, pues nos han sido perdonados todos nuestros pecados.

E incluso, nos sigue perdonando a cada instante, porque somos pecadores de cada día y cada momento. Nuestra débil humanidad necesita ser perdonada cada instante, y eso supone mucho amor. ¿Podemos, al menos imaginar, cuanto nos ama nuestro Padre Dios al perdonarnos gratuitamente tanto?

Demos gracias al Señor por revelarnos la Misericordia y el Amor de nuestro Padre, y pidámosle las fuerzas necesarias en el Espíritu Santo para también así, sin medida, podamos perdonar nosotros.

miércoles, 12 de junio de 2013

ENSÉÑAME PRIMERO A AMAR



Sí, Dios mío, primero necesito amar para luego cumplir por amor. Porque cumplir sin amor es amar la ley, pero no amar al hombre. Y Tú, Señor, has venido porque amas al hombre y al hombre vienes a salvar y liberar de las cadenas del pecado.

Por eso, nos advierte que no se trata de cumplir preceptos y más preceptos, sino de amar a Dios y, en consecuencia, amar al prójimo, porque solo en el amor al prójimo demuestras, dices y expresar tu amor a Dios. Estamos cogido por la sabiduría y amor de nuestro Padre Dios. No podemos separar su amor del amor al prójimo. Si lo queremos a Él, también tenemos que querer al prójimo. Sin el uno no hay el otro.

En esa actitud, te suplicamos Señor que nos enseñes a amar. A amar en el servicio y la entrega a los demás, sobre todo en los que lo necesitan y abren sus corazones a ser servidos. Por eso, son los pobres, los marginados y excluidos, los que lloran, los que sufren y tienen hambre y sed de justicia, los que necesitan tu Palabra y abren sus corazones a la acción del Espíritu Santo.

Danos Señor la Gracia de convertir nuestro corazón de piedra, en un corazón de carne, de carne, que a pesar de sus debilidades y fracasos, es capaz de dejarse transformar por la fuerza de tu Amor. Amén.

jueves, 6 de junio de 2013

AMAR SUPONE SER ÚLTIMO



Ocurre que aquellos que se empeñan en amar son siempre los que ocupan el último lugar. El que ama se olvida de sí mismo, espera por todos y elige en el último lugar, así que recogerá lo que los otros dejen o desprecien. Siempre ocupará el último lugar y tomará de los restos que los demás rechacen.

Amar supone eso, quedarte relegado a tomar de lo que queda y nunca elegir lo que quieres sino lo que los demás te dejan. Porque el que ama solo da, pues ese darse le recompensa y le hace plenamente feliz. Lo experimentamos con nuestros padres. De manera especial y más notable con nuestras madres. No entendemos como las madres se dan y dan todo por sus hijos. Ese darse y entregarse por amor nos hace exclamar en muchos momentos que no hay amor como el de una madre.

En nuestro Padre Dios encontramos el Amor más grande, gratuito y generoso. Porque el amor si deja de ser gratuito, también deja de ser amor. Dios nos ama incondicionalmente, pues todo lo recibimos de Él y nada podemos darle a cambio. Solamente, recibida la libertad, podemos ponerla en su Manos para que, por su Gracia podamos amarle y regresar amorosamente a Él.

Por todo eso, unidos en fraternal comunidad, le pedimos suplicantes que nos inunde de su Amor para que podamos, volcándolo en los hermanos, regresar a Él según su Voluntad. Amén.

sábado, 25 de mayo de 2013

ORACIÓN DELANTE DEL SANTÍSIMO



Señor, una semana más insatisfecho, insatisfecho de las cosas de este mundo, pero también de mí. De mi actitud egoísta y posesiva; de mi pereza y comodidades; de mi falta de compromiso, de mis regateos, de mis esfuerzos y falta de asumir riesgos por Ti. De mis seguridades; del deseo de imponer mis ideas, mis pensamientos, y acomodar mi vida a mis gustos y caprichos, y a mi manera de entenderla y verla.

Pero no a tu Voluntad, que es como me gustaría ser y como quiero. Una vez más continúo haciendo lo que no quiero, y no hago lo que me gustaría y quiero. ¡Razón tenía y tiene San Pablo! Ahora, delante de Ti, Señor, y en tu presencia Eucarística, bajo las especies de pan y vino, quiero pedirte esa sabiduría que se esconde dentro del corazón de un niño, esa fe ciega de creer confiado y seguro de todo lo que Tú me dices y prometes. 

Y también la fortaleza que necesito para perseverar, soportar y caminar en tu presencia sin titubeos ni desfallecimientos. Porque solo quiero hacer tu Voluntad, pero experimento que me cuesta y necesito tu Gracia para sobreponerme a ello. Tú, me has prometido darme lo que te pida, y yo solo quiero pedirte eso, "hacer tu Voluntad". Ese es mi mayor deseo y mi mayor felicidad. 

Y mi mayor satisfacción. Sólo me sentiré dichoso cuando haya calmado en plenitud ese deseo de hacer y vivir en tu Voluntad. No descanso, y hasta me atormento en proponerme vivir según tus mandatos, pero al mismo tiempo experimento la dureza y peligros del camino. Y, peor todavía, Señor, pues sabiendo cuál es tu principal y único mandato: "Amar y amar", fracaso en vivirlo y me siento débil ante las pruebas de la vida. Es entonces cuando me doy cuenta de que te necesito como el aire que respiro.

Te doy gracias, Dios mío, por haberme revelado tu Voluntad, y te suplico ahora que me des las fuerzas para llevarla a cabo en mi vida. Mis oraciones cobran valor ante Ti cuando van dirigidas solamente a eso, a pedirte un corazón nuevo y renovado para aprender a saber amar.

Ahora Señor, lléname de tu Gracia para que, fortalecido en el Espíritu Santo, pueda seguirte en vida y obras llevando mi cruz por tu Amor.

miércoles, 22 de mayo de 2013

PADRE DEL CIELO



Señor Jesús, enséñame a amar. Amar en los hermanos,
servirles y atenderles en todo aquello que yo pueda,
según tu Voluntad, hacer por ellos.

Señor, envíame y mezclame en donde
 no te conocen o rechazan, para que
con ese amor pueda
 darte a conocer.

Padre del Cielo, en Nombre de Jesús, 
dame la sabiduría de lo verdaderamente importante: 
"Amar como Tú me amas".

Y que sepa con mi vida y mis obras, 
testimoniarlo, transmitirlo, contagiarlo
y darte a conocer.

Señor, esconde mi vida, humillame en la sombra
de mi soberbia y vanida, y dame la motivación de 
aspirar a los últimos puestos para 
servir como Tu.

martes, 21 de mayo de 2013

DISTRAÍDOS POR EL CAMINO



Nos suele ocurrir mucho en nuestra vida. Caminamos pensando más en nuestras cosas que en lo que ocurre en el camino. Y sucede que, parados a descansar, nos percatamos de que nos hemos perdido muchas cosas. Oímos hablar a otros y nos preguntamos donde estábamos nosotros que no nos hemos dado cuenta de todo lo que había y sucedía en el camino.

Y es que caminamos absorto y mirándonos en y a nosotros. Y en esa actitud se nos hace difícil descubrir y mirar a los demás. Nuestros intereses, objetivos, deseos y egoísmos acaparan mis prioridades, ¡y claro, no entran en mis planes quedarme en los últimos lugares!

De repente, llegados a una estación de descanso y reflexión, se nos hace observar que lo verdaderamente importante en el camino es el olvido. El olvido de uno mismo, y la mirada de atención y cuidado hacia el otro, al que camina a mi lado. ¿Qué ocurre? Mi camino va equivocado, lleno de cosas que al final no me van a servir para nada. He dejado lo más importante: "El Amor".

Padre del Cielo, te pedimos en Nombre de Jesús, tu Hijo amadísimo, que llenes nuestra mochila de lo único y verdaderamente importante: "de tu Amor". Amén.

viernes, 17 de mayo de 2013

NO TENGO EXCUSAS, PERO NO PUEDO SIN TI, SEÑOR



Es el camino, no hay otro, ni tampoco excusas. Se llama "perdón". No es el nombre de un pueblo, ni tampoco de una vía o senda. Tampoco es el nombre de una persona o cosa. Es simplemente una actitud que hay que llevar en el camino, siempre dispuesta a vivir y poner en práctica. Porque cuando se vive y se pone por obra, supone antes que ha habido amor, porque sin amor nunca se podrá perdonar.

El perdón supone a priori que ha habido amor, pues es el amor quien habilita y prepara para que se realice el perdón. Primero se ama, y luego se perdona. ¿Será esta la razón por la que Jesús le pregunta a Pedro, tres veces, si le ama? ¿Le querrá advertir tanto de su amor que le ha perdonado su triple negación?

¿Nos querrá descubrir la magnitud de su Amor por el que nos ha perdonado tanto? ¿Y nos querrá seguir diciendo que tanto nos ama que seguirá perdonándonos todos los días de nuestra vida? ¿Y esa experiencia no nos descubre la necesidad que tenemos nosotros también de perdonar, por su Amor, a los demás, tal cual Él lo hace con nosotros?

Simplemente, sin más razonamientos ni complicaciones propias de nuestra humanidad pecadora, pidamos con confianza al Padre Dios que tanto nos Ama, que nos dé la voluntad y fortaleza necesaria para perdonar también nosotros a los demás. En Jesús y en su Espíritu tenemos esa fuerza que tanto necesitamos. No dejemos de aprovecharla y pedirla, pues el Padre solo necesita nuestra confianza y peticiones para dárnosla. No quiere más.