Se me hace difícil encontrar el camino que coincida con la Voluntad del Padre. Experimento que camino a ciegas y que en muchos momentos me pierdo. La confusión se hace notoria en muchos momentos, y vives una situación desesperante. Te encuentras perdido y el desánimo hace mella y presencia en mi camino.
Es entonces cuando debo de confiar, más si cabe, y agarrarme, en el Espíritu Santo, a su Mano, a su Gracia, y abandonarme en Él. Empiezo a pensar que esa situación está puesta para que de el salto de gracia, y me deje coger por Él.
Porque siempre ocurre que tras una racha, llamésmosle así, de firme caminar, aparace otra donde el camino se oscurece, se enturbia y avanzamos dando tumbos inseguros hasta estar amenazados de caernos y no levantarnos. Creo que es la prueba que siempre necesitamos para, llegados al limite experimentar que todo es Gracia de Padre Dios.
Por eso, hoy quiero pedirle, en el Espíritu Santo, al Padre, que encienda en mi la esperanza de continuar siempre la lucha. Que abra mi mente para enteder que este camino no es de roza, sino de combate y lucha constante. Que me llene de la sabiduría de saber que la guerra está ganada, aunque pierda algunas batallas, no importa que sean muchas, pero que lo importante es que la guerra está ganada.
Ganada porque no vamos solos. Ganada porque llevamos al mejor guía, consejero, director, conocedor de la verdad, sabio, poderoso, fuerte, paciente... El Espíritu Santo, encargado de conducirnos al Padre si confíamos y nos ponemos en sus Manos.
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