Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 10 de marzo de 2012

SIN HUMILDAD NO PUEDO HABLAR CON MI PADRE


Sin lugar a duda, cuando uno quiere hablar con Dios necesita primero prepararse. Y, luego, tener actitud de hacerlo, porque nadie va a hablar con alguien sin deseos de hablar. Es, pues, necesario tener actitud humilde y estar disponible.

Porque sin humildad se interrumpe el diálogo, pues Dios no puede escuchar a un soberbio o suficiente. Le espera y aguarda a que esa prepotencia se abaje, porque solo en actitud de humildad puede establecerse una corriente de diálogo con el Padre del Cielo.

Porque el Padre nos respeta, nos ha hecho libres para tomar nuestras propias decisiones, y no interviene, si nosotros no queremos, en la elección que tomemos. Eso sí, está presto, atento, vigilante y disponible a acudir a nuestra llamada, ¡nos quiere mucho!, pero siempre respeta nuestra decisión. Así ocurrió con el hijo prodigo, tanto el menor como el mayor.

Para hablar con mi Padre he de, primero, ser humilde, vaciarme de todo aquello que me puede llenar de vanidad, de soberbia, de suficiencia... Ayunar de cosas que me distraen, que me apegan y despiertan mi egoísmo. Ayunar de mis proyectos, de mis deseos... Porque solo mi Padre sabe lo que me conviene para entrar en su Casa.

Llegado a este momento, sólo, después de Jesús, hay una referencia que nos alumbra y que, como una Madre, nos aconseja y nos acompaña. No puede ser sino María, la Madre llena de Gracia por su humildad: ...porque ha mirado la humillación de su esclava...

Implorando su intercesión, pidamos al Padre Dios que nos llene de su Gracia para inundarnos de humildad y, humillados como María, nos presentemos, ante su grandeza, como sus esclavos.

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