Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 13 de marzo de 2012

¡QUISIERA SER COMO TÚ, SEÑOR!


Ser capaz de aguantar tantas insolencias, tantos rechazos, tantos desplantes, tantos... sería casi imposible de enumerar. Desde nuestros primeros padres, Adán y Eva, te has quedado plantado esperando una suave palabra o una mirada tierna y dulce. Y nadie se ha quedado para consolarte.

Y, todavía hoy, sigues esperando que el hombre, tu criatura, se digne mirarte y pedirte que lo perdones. Y algunos nos atrevemos a pedírtelo, pero no queremos saber nada de nuestros hermanos, tus hijos también, en cuanto a perdonarles a ellos.

Y Tú, Señor, nos dices que no nos puedes perdonar si no perdonamos también nosotros. No primero, porque Tú ya nos has perdonado. Desde el principio. Nos has creado y perdonado al mismo tiempo. Diría que hemos nacidos perdonados, sin embargo, ¡que duro de corazón somos!, cuanto nos cuesta perdonar.

Cuanto debes confiar en nosotros, Señor, cuando te atreves a perdonarnos primero sin  haber perdonado nosotros a los que nos han ofendido. Realmente, Dios mío, confías mucho en nosotros. ¿Y cómo te correspondo? Ni caso te hacemos cuando tenemos que perdonar. Siempre primero mi soberbia, mi vanidad, mi egoísmo... No soy capaz de abajarme, pero a ti si te pido que te abajes. 

Y lo haces, y me lavas los pies. ¡Dios mío, siento vergüenza! ¿Cómo no voy a perdonar yo también a mis hermanos? Pero, Tú lo sabes, Señor, me cuesta, se me hace cuesta arriba, sólo no puedo. Necesito de tu Gracia, de tu poder, de tus fuerzas, de tu paciencia, de tu misericordia... de tu Amor.

Lléname, Señor, de tu generosidad para que, asistido por el Espíritu Santo, sea capaz de hacerme pequeño, humilde, paciente, suave y bondadoso para, tratar a mis hermanos como Tú, Padre querido, me tratas a mí. Amén.

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