Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 22 de abril de 2012

¡AFIANZA NUESTRA CONFIANZA, SEÑOR!


Y danos un espíritu generoso. Crea en nosotros un corazón puro, limpio, nuevo, renuévanos por dentro con un espíritu firme; no nos arroje lejos de tu rostro, no nos quite tu Santo Espíritu; devuélvenos la alegría de tu salvación, afiánzanos con espíritu generoso. Enseñaremos a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a Ti.

Pertenecen estas estrofas a los versículos 12-15, del salmo 50 (51). Es el salmo de la Misericordia de Dios, por la que somos salvados y perdonados. Y reconocemos nuestra culpa, nuestras dudas, nuestras impotencias y debilidades. Somos frágiles y débiles y necesitamos la fuerza del Espíritu Santo para poder llevar a cabo nuestra misión según la Voluntad de Dios.

Por eso, al igual que los apóstoles, desconfiados, llenos de miedos, de dudas que nos impiden reconocer al Señor, dejémonos interpelar por su Palabra, por sus manos y cuerpo, por su presencia sentado a la mesa con cada uno de nosotros y partiéndonos el pan. 

Hoy, domingo, día del Señor, reconozcámoslo en la Eucaristía, donde nos parte su pan y nos invita a la mesa. Igual que hizo con los Apóstoles, hoy lo hace con nosotros. Nos da su presencia, su cuerpo, se hace alimento para nuestra vida, y nos fortalece en nuestra fe. Amén.

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