Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

jueves, 12 de abril de 2012

NO TE INHIBAS, UNA ORACIÓN ES UNA CONVERSACIÓN CON EL SEÑOR

... de que nos comprometamos de lleno con la...


Pero, a pesar de estar solo, en voz alta, sin miedo, sin sombras ni oscuridades, a la luz del día, porque cuando se habla en verdad, nada se oculta ni se esconde. Se pone encima de la mesa para que alumbre a todos aquellos que permanecen en la oscuridad.

Por eso, orar es profundamente sencillo, porque si no fuera así, Jesús no nos hubiese invitado a orar. Orar es levantar la voz, diría yo, al Padre, sin miedo a ser oído, y sin temor a ser reconocido, pues de nada sirve esconderse ya que tarde o temprano la luz se hará.

Orar es, en ese tono de confianza, suplicar al Padre para que nos de las fuerzas y capacidades de convertirnos, de hierros duros y rígidos, en maleables y dúctil a su Voluntad, que sólo busca el bien de cada uno.

Hoy, como cada día, quiero rogar y suplicar al Padre que transforme mi corazón y lo convierta algo más compasivo, solidario y practico. Que no se quede en los sentimientos, sino que llegue a ejecutarlos en la medida que pueda hacerlo. Porque una oración termina cuando la plegaria se hace vida, y la vida se hace plegaria.

Por eso, Padre, te pido que hagas de mi vida una oración más completa cada día. Amén.

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