Porque solo Tú, mi Señor, llenas plenamente. Lo demás alivia nuestra humanidad pecadora, pero no la limpia de toda ansiedad e insatisfacción. Por eso, Jesús, solo en Ti descansaremos plenamente, y mientras estaremos errante buscándote sin parar.
Ya nos dijo san Agustín que nos descansaríamos hasta llegar a Ti, y no se equivocaba, porque realmente es así. Solo Tú eres Alfa y Omega, el Principio y el Final. Nada hay fuera de Ti, y buscar otras cosas que puedan sustituirte es equivocar el camino de nuestra felicidad.
Por todo ello, Señor, danos la sabiduría y la orientación de saber buscarte. Buscarte en los espacios donde Tú moras, donde Tú estás, donde Tú vives. Porque no te encuentras en la indiferencia, en los placeres desordenados, en los egoísmos del bienestar, en las tertulias superficiales y egocéntricas, en los momentos que buscan el placer por el placer...
Tú, Señor, estás junto a cada uno de nosotros, procurando nuestro bien, nuestra sonrisa bien intencionada, nuestro compartir alegre y divertido, nuestra atención mutua e interesada en buscar el bien del otro, nuestro compartir en buscar los caminos que conducen a ti, nuestras ansias de buscarte como el Tesoro más preciado...
Danos la brújula que nos descubra el verdadero camino, y no permitas que nos podamos perder en la distracción de buscar solo buenos momentos al margen de Ti. Amén.
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