Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 17 de agosto de 2014

SEÑOR, DUDO DE MI PERSEVERANCIA Y NECESITO TU FUERZA



Señor, mi fe es frágil, débil y no resiste tu silencio ni tu callada por respuesta. Quizás yo no hubiese sabido que responderte y emprendo la huida decepcionado. Supongo que Tú no me hubiese dejado ir, sino que sabrías que respuesta darme a mi débil fe. Por eso, Señor, descanso en tu Misericordia y en tu Bondad, porque has venido para salvarnos y no dejarás, por lo que a Ti respecta, que nos perdamos.

Dame la sabiduría de descubrir, Señor, la necesidad de insistir y perseverar como esa mujer Cananea, y de no desesperar ante el silencio y la aparente callada por respuesta. Dame la paciencia de esperar y de confiar sabiendo que, aunque no parezca que estés, sentir que sí estás, porque Tú has venido para alumbrarnos el camino y desvelarnos la  verdad.

Señor, queremos seguirte y no sentir el desfallecimiento ni el cansancio al que nos somete nuestra naturaleza tocada por el pecado. Sentimos la amenaza y el peligro de la tentación que nos desespera y nos confunde alejándonos de Ti, y experimentamos que perdemos el norte, pero lo peor es que sin darnos cuenta corremos el peligro de perderte a Ti.

Sin embargo, Señor, nos sentimos agraciados y afortunados por tenerte y por descubrir, a pesar de los peligros, que Tú estás con nosotros y nos acompaña. Y, asistidos por el Espíritu Santo, encontraremos el camino para no perder tus huellas y seguirte con fe y perseverancia a donde tu vayas.

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