Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

EL CAMINO DE MI VIDA NECESITA APOYO Y DESCANSO



Sin Ti, Señor, no podré llegar muy lejos. Ni siquiera llegaré a dar un paso, porque toda mi vida y tomo mi hacer descansa y se sostiene en Ti. Es posible que muchos no nos demos cuenta, pero, incluso rechazándote todo nuestro ser y obrar nos viene y depende de Ti. Otra cosa es que no nos demos cuenta.

Y es que, aun viendo, estamos ciegos. E incluso oyendo, estamos sordos. No sabemos a dónde vamos, y si lo supiésemos, seríamo muy tontos de seguir ese camino, porque no conduce a ningún lugar que no sea la perdición y la misma muerte.

Y eso lo comprobamos cuando después de ese día o noche tan feliz que nos lo prometíamos, pasado el éxtasis del momento, y llegada la calma y el sosiego, descubrimos lo disparatado de nuestra vida y el poco sentido común que hemos tenido. Por mucho que queramos disimular, experimentamos vacio y tristeza. Nos invade una sensación de arrepentimiento y de experimentar que no hemos actuado como, quizás nos gustaría haber actuado.

Es verdad, si somos sinceros, que nuestra soberbia y suficiencia no nos deja reflexionar, y menos de esa forma. Nos cuesta presentarnos equivocados y derrotados frente a nuestros amigos y conocidos. Quizás con alguien que no nos conozca a fondo, o que tengamos una relación fuerte de amistad, nos cuesta menos confesarnos y abrirnos. Pero, quieras o no, experimentas una sensación de insatisfacción y poco sentido. Sabemos que eso no nos lleva a ninguna parte y, además, tiene sus días contados.

¿Y en quién descansar? Ese es quizás el problema peor. Porque a nadie le importa nuestras sensaciones y sentimientos. Y menos como nos experimentamos en nuestro interior, en nuestro corazón. Y, quizás peor, lo más que pueden hacer es escucharnos, pero se sienten impotentes de poder ayudarnos y devolvernos la esperanza de encontrar respuestas y sentido a la conducta de nuestra vida. Sólo Jesús, el Señor, puede ser nuestra tabla de salvación, porque en Él encontramos apoyo, descanso y solución a nuestros problemas.

Danos, Señor, la Gracia de sabernos auxiliados por Ti, y ser nuestro apoyo y nuestro descanso. Danos la sabiduría de acudir confiados a tu vera y en Ti descansar y dar respuesta a todas nuestras preocupaciones e interrogantes. Gracias, Señor, por brindarte para ser mi descanso y mi apoyo. Amén.

martes, 8 de diciembre de 2015

LLÉNANOS DE GRACIA, SEÑOR




Te pedimos, Señor, que nos llenes de Gracia para, postrados ante Ti, como tu sierva María, tener la fuerza de servirte y cumplir tu Voluntad. Sabemos, Señor, que no tenemos las virtudes de María. Ser elegida tu Madre descubre su gran valor y virtudes. Porque para una madre se quiere lo mejor, y ser elegida María para ser la Madre de Dios lo dice todo. Difícilmente puedo encontrar palabras para expresarlo.

Ella es modelo, después de Ti, Señor, como la criatura perfecta, la excelencia de la humildad y sencillez. Ella es la modelo de la disponibilidad, de la fortaleza, de la paciencia, de la escucha, de la entrega, de la fidelidad y del amor comprometido e incondicional. ¡Es tu Madre, Señor!, y también nuestra Madre, porque Tú en la Cruz nos la diste antes de partir con el Padre.

Por eso, Señor, en este día que celebramos su declaración de fidelidad, sumisión y docilidad a tu Voluntad, queremos también nosotros, bajo la intersección y protección de su manto, pedirte que nos des la Gracia que necesitamos para no fallarte y, como Ella, esforzarnos cada día en ser tus esclavos y esclavas en servirte sin condiciones y cumplir y hacer tu Voluntad.

Sabemos que es tarea difícil, y que nuestras limitaciones y pecados son un obstáculos para lograrlo. Pero también confiamos en Ti, Señor, y por medio de tu Gracia y Misericordia, esperamos, en este año jubilar convocado por el Papa Francisco, alcanzar la indulgencia de tu Gracia Misericordiosa para, fortalecidos y llenos de la misma, seguir los pasos, como María, hacia la Casa del Padre. Amén.

lunes, 7 de diciembre de 2015

FORTALECE Y AUMENTA NUESTA FE, SEÑOR



Es la súplica diaria que tenemos que hacer: ¡Señor, aumenta y fortalece mi fe!, porque sólo Él puede hacerlo y darnos esa luz que nos mantenga firme en su presencia y su Misericordia. Su existencia no nos cabe en la cabeza. Nunca entenderemos su Resurrección, ni tampoco sus prodigios y poder. Por eso se ha hecho Hombre, y, acercándose a nosotros, sencillo, humilde y discretamente, nos ha revelado la locura de Amor de su Padre Dios, y el poder de su Misericordia.

Pero, tenemos su Palabra de salvación, y su promesa de poder hacer tantas cosas como Él, si depositamos nuestra confianza y fe en Él. Para eso se ha acercado a nosotros, para desde su Naturaleza Humana, tal como la nuestra, menos en el pecado, acercarnos a su Padre Dios y revelarnos su Misericordia.

Quizás tengamos parálisis más complicadas que la de aquel paralitico. Parálisis de visión, parálisis de oscuridad, parálisis de odio, de venganza, de suficiencia y de soberbia. Necesitamos el poder del Amor de Dios para curarnos de esas parálisis que inmovilizan nuestras vidas y las dejan muy alejadas del Amor y la Misericordia de nuestro Padre Dios.

Pero, como aquel y los compañeros que lo llevaron a Jesús, tengamos confianza y fe en que Jesús nos recibirá en cualquier lugar. Quizás sea este humilde pesebre de blog, "Un Rincón para orar", quien te esté llevando a la presencia del Señor. Al menos esa es su intención, para que puedas presentarles tus parálisis que te impiden seguirle y amarle en el servicio concreto a los hermanos.

Pidamos esa Gracia, y pidan por mí, porque todos corremos el peligro de confundirnos, de dejarnos tentar por las ofertas de este mundo y perder nuestra fe y esperanza en el Señor. Pidamos por todos los blogueros, por la Asociación de Blogueros con el Papa, por todos nosotros, para que la Gracia del Señor nos ilumine y nos ayude a preparar el Camino de salvación en este tiempo de Adviento. Amén.

domingo, 6 de diciembre de 2015

PREPARANDO EL CAMINO



Preparemos los caminos
ya se acerca el Salvador
y salgamos, peregrinos,
al encuentro del Señor.

Ven, Señor, a libertarnos,
ven tu pueblo a redimir;
purifica nuestras vidas
y no tardes en venir.

El rocío de los cielos
sobre el mundo va a caer,
el Mesías prometido,
hecho niño, va a nacer.

Te esperamos anhelantes
y sabemos que vendrás;
deseamos ver tu rostro
y que vengas a reinar.

Consolaos y alegraos,
desterrados de Sión,
que ya viene, ya está cerca,
él es nuestra salvación.


6 de diciembre de 2015, 
II domingo de Adviento. Ciclo C.
Oración de la mañana (laudes) 

sábado, 5 de diciembre de 2015

AUMENTA NUESTRA FE Y PURIFICA NUESTRAS OBRAS




Pensar que ser cristiano y discípulo de Jesús se concreta y termina en rezos y prácticas religiosas, es una falsa e inmadura fe. Eso es lo que hacían los fariseos, aparentar con las prácticas religiosas, y luego vivir según sus criterios e intereses. Es decir, cumplir con unos preceptos y, luego, organizar sus vidas según ellos mismos.

Es algo que se cae por sí mismo. Seguir a Jesús no consiste en unos rezos y prácticas, porque Él no busca cumplidores, sino servidores por amor. Seguir a Jesús es, humildemente, ponerse a su servicio sirviendo a los demás por amor. Tal y como Él ha hecho con cada uno de nosotros. Y, claro, por eso necesitas estar muy unido a Él. 

Para eso necesitas hablarle mucho (oración); para eso necesitas conocerle a través de su Palabra, y escucharle en el silencio reflexivo y atento de tu corazón. Y poner en prácticas sus enseñanzas. Sin olvidar nuestra pobreza y humildad para tan alta misión. Necesitas, mejor, necesitamos pedirle fuerza para cumplir su Voluntad.

Dame, Señor, fortaleza para comunicar tu Palabra, poder de hacerla salvación en los hombres que la escuche, sanándoles sus dolencias, y sabiduría de enseñarla como Tú lo has hecho. Amén.

viernes, 4 de diciembre de 2015

VER PARA CREER

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




Muchos suelen decir que necesita ver para creer. Incluso manifiestan que no ha venido nadie para contarlo ni para demostrarlo. Y es que cuando queremos permanecer con los ojos cerrados nos basta con negarlo todo. De esa forma, podemos decir que hay muchos que ven, pero permanecen ciegos, porque no ven lo que verdaderamente importa ver.

Es lo que sucedió con aquellos dos ciegos. Sus ojos mundanos estaban cerrados a la luz del mundo, pero abiertos a la luz de la Gracia. Vieron la Divinidad del Hijo de Dios, y creyeron en Él. Así sus ojos, no sólo se abrieron a la luz del mundo, sino que también vieron la verdadera Luz de salvación.

La fe supone fiarse y confiar. Necesitar ver para creer es lo mismo que decir que no tienes fe, porque lo que se ve no necesita fe. Ya lo estás viendo. La fe en ese momento no tiene ningún sentido. Sobra. Tener fe es dar un margen de confianza y creer ciegamente en una determinada persona. En este caso hablamos de la fe en Jesús, el Hijo de Dios hecho Hombre.

Aquellos ciegos creyeron en Jesús, y esa fe les movió a buscarlo y a pedirle que les devolviera la vista. Y así sucedió. ¿Tú y yo creemos también que Jesús nos puede devolver la vista? La vista que nos haga ver la única y verdadera Luz que nos salva?

Es eso lo que queremos pedirle hoy. Danos, Señor Jesús, la luz que nos permita verte y confiar en Ti. Aumenta nuestra fe y mueve nuestro corazón para que no cese de buscarte en todos los momentos de nuestra vida. Danos, Señor, un corazón sencillo y humilde que, como la cierva que busca agua fresca, no cese de buscarte hasta saciarse en tu Amor. Amén.

jueves, 3 de diciembre de 2015

DAME, SEÑOR, LA FORTALEZA DE TU GRACIA



Evitarnos molestias nos empuja a desvincularnos de circunstancias grupales y de comunidad que nos sirven para fortalecer nuestra fe. También huimos de comprometernos, y en esos grupos el compromiso se hace necesario, pues de no contraerlo nos descubre y delata. La fe compartida se fortalece, pero nosotros optamos por encerrarnos en nosotros mismos y cerrar las puertas de nuestro corazón a Dios, y, por supuesto, también a los demás.

De esa manera nos quedamos solos y a merced del poder del demonio, que jugará con nosotros. La comodidad es una basa que aprovecha muy bien el diablo para esclavizarnos y someternos. Por eso, Señor, aprovechamos el Evangelio de hoy para suplicarte que, con y por tu Gracia Misericordiosa, nos libere de la inclinación a la comodidad y demás pasiones que habitan, conviven y duermen dentro de nuestros corazones hasta la segunda venida del Hijo de Dios, nuestro Señor Jesús,, que nos liberará plenamente de toda esclavitud y pecado.

Gracias, Señor, por tantos regalos y tanta Gracia y Misericordia que nos ofrece, y por la salvación eterna en plenitud de gozo, dándonos la oportunidad de, abriéndonos al amor a Ti y a los hermanos, aguardar esperanzados con gozo.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

LA NECESIDAD DE COMPARTIR



Solemos decirlo con cierta facilidad, pero a hora de rascarnos el bolsillo el corazón se endurece, y, no sé por qué, nos cuesta mucho dar, y más si cabe, darnos. Posiblemente será porque nuestra naturaleza está tocada por el egoísmo y la comodidad, y queremos asegurarnos ante el riesgo de padecer y sufrir. Eso nos inclina a cerrarnos y resguardarnos.

Sin embargo, no nos ocurre lo mismo cuando se trata de nuestra familia, precisamente cónyuge e hijos. Ahí nuestro corazón está más desprendido y dispuesto a dar y darse, incluso hasta la última gota de nuestra sangre. Pero, conocedor nuestro Señor Jesús de nuestro corazón, nos exhorta a hacer eso, no sólo con nuestros familiares y amigos, pues esa tendencia se produce también en los demás, sin necesidad de seguir a Jesús, sino también con nuestros enemigos. Y ahí está la diferencia y la esencia cristiana del amor.

Posiblemente, en aquella multitud de gente habría muchos que no seguían a Jesús sino por el interés material de ser curados, e incluso con la esperanza de que le dieran de comer. Hoy sucede también lo mismo. Muchos se acercan a la Iglesia con esa intención. Pero, Jesús, nos ánima a amar sin condiciones ni banderas, a todos por igual, y de manera especial a los enemigos.

Y eso te queremos pedir hoy, Señor. Sabemos lo que nos cuesta dar, incluso a los nuestros también. Dar significa un poco morir, renunciar a nuestros proyectos y gustos. Dar significa volver a quedarte desnudo y desguarnecido, tanto económicamente como de tu tiempo, tus cosas y tus apetencias. Dar significa dejar tus proyectos para entregarte y servir a los que te necesitan. Y eso nos duele y nos cuesta.

Danos, Señor, esa Gracia generosa, y enciende nuestro amor para que seamos corrientes de agua fresca que se derrama en los demás. Danos la capacidad de experimentar gozo y alegría, y de sentirnos fuertes y animado, a pesar de nuestras heridas y apegos, para dar y darnos sin desfallecer ni abandonar. En Ti, Señor, confiamos. Amén.

martes, 1 de diciembre de 2015

CUANDO DAMOS GRACIAS SOMOS HUMILDES



No se puede dar gracias si no te abajas y experimentas la humildad. Sólo da gracias aquel que se siente humilde y necesitado, porque dar gracias es reconocer que estás agradecido por lo que has recibido. Bien, es verdad, que esa acción de gratitud va sentida y nacida desde el corazón, porque se puede aparentar estar agradecido y sólo hacerlo desde una actitud de cumplimiento.

Jesús se siente agradecido al ver a los discípulos alegres y exultantes de gozo después que han tenido la primera experiencia de proclamar la Palabra. Y, alegre y lleno de Espíritu Santo, da gracias al Padre por revelar estas cosas a los sencillos y humildes.

También lo hacemos nosotros unidos a Jesús y en su Nombre. Gracias Padre por darnos a tu Hijo y, hecho Hombre, estar tan cercano para compartir con nosotros. Gracias, Padre, por entregarnos tu Hijo, para que, con su Muerte de Cruz quede saldada nuestra deuda pecadora y podamos ser digno hijos Tuyos. Gracias Padre porque no nos lo merecemos.

Gracias, Padre, por darnos un corazón pobre, sencillo y humilde para abrirnos a tu Gracia, y llenos de tu Espíritu, podamos, como tu Hijo Jesús, exultar de alegría y de gozo cuando, con nuestra vida y palabra, demos testimonio de tus enseñanzas. 

Sin embargo, Padre, sabemos que el camino es angosto y difícil de recorrer. Y reconocemos nuestros fallos y debilidades, y tememos decepcionarte y fracasar. Infunde en nosotros ese espíritu de sabiduría y voluntad, para no desfallecer ni abandonar el camino por difícil que se nos ponga. Gracias por tu compañia y por la fuerza que nos infunde en el Espíritu Santo. En Él nos confortamos y nos llenamos de paciencia y esperanza.Amén.

lunes, 30 de noviembre de 2015

DESPIERTA E INQUIETA MI CORAZÓN PARA QUE PUEDA SEGUIRTE, SEÑOR



Uno de los peores y grandes errores, si no es el mayor, es pensar y creer que tú sólo te bastas para seguir al Señor. Y, más todavía, que puedes, por tus propias fuerzas, tener fe. Nada más imposible y disparatado, y propenso al fracaso que pensar así. La fe es un don de Dios, y será ella la que despertará la inquietud en tu corazón acomodado y endurecido por las cosas de este mundo.

Y se necesita, ineludiblemente, estar inquieto para buscar, pues quien no lo está no busca, ya que no necesita buscar. Sólo busca quien necesita. Así, la cierva busca agua para saciar su fe aun a riesgo de su vida. Por eso, Señor, hoy quiero, a comienzo del Adviento, pedirte esa Gracia: Dame fe e inquietud de buscarte todos los instantes de mi vida.

Despierta e inquieta mi corazón, Señor, para que pueda seguirte. Tal como hizo Andrés, Pedro, Santiago y su hermano Juan. Yo también, a pesar de mi pobreza, mis limitaciones, mis pecados y mis fracasos, quiero responder a tu llamada con un Sí que llene todo mi corazón y lo disponga a servirte como cuna para que nazcas dentro de mi y llenes toda mi vida.

Gracias, Señor, por todo lo recibido, pero quiero pedirte que me des la Gracia y la sabiduría de poner todo lo que me has regalado, gratuitamente, al servicio de todos los hombres y mujeres. Porque ese es tu Mensaje y para eso naces de nuevo cada día dentro de mí. Y porque eso será la consecuencia de seguirte, Señor. De tal forma que de no hacerlo mentiría si dijera que te sigo.

Y, Señor, me descubro pobre, limitado e incapaz de ser digno de tu amor y de ser discípulo Tuyo. Necesito tu Gracia para, en y por Ella, ser capaz de seguir tus pasos y vivir en tu Palabra cumpliendo tu Voluntad. Para eso, Señor, sin Ti no soy ni puedo nada. Amén.

domingo, 29 de noviembre de 2015

SEÑOR, QUE MI CORAZÓN SEA CUNA DE TU NACIMIENTO



Cada Navidad experimento deseos de vaciar mi corazón de tantas cosas superfluas que desplazan tu lugar y me dejan vacío. Quiero, Señor, apartar todas aquellas cosas que me alejan de Ti, para que Tú puedas nacer cómodamente en mi pobre corazón. Quiero y deseo hacerlo pobre, porque sé que a Ti sólo te gusta nacer en un lugar pobre y humilde.

Rehúyes toda grandiosidad y majestuosidad de poder y de fuerza. Naces sin hacer ruido y sin anunciar tu Gloria. Anuncias tu nacimiento a los pastores, excluidos de la sociedad de aquella época, y proclamas la Buena noticia de salvación en la humildad de un sencillo y humilde pesebre.

Así quiero yo, Señor, nacer de nuevo en Ti, dejándote todo mi corazón para que lo llenes de tu humildad y sencillez y lo transformes en un corazón limpio de todas las preocupaciones, libertinaje y embriaguez que lo puedan contaminar y destruir. Dame, Señor, la capacidad y la Gracia de perseverar y sostenerme en el camino de seguirte hasta que Tú decidas volver de nuevo.

Líbranos, Señor, de todas las apetencias humanas que nos acomodan y nos distancia de tu amor, y del amor a todos los hombres. Mantennos despiertos para saber discernir e interpretar todos aquellos signos que nos descubren tu Gloria y tu segunda venida. Y danos la Gracia de estar preparados para recibir al Señor firme y viviendo en su Palabra.

Señor, que mi corazón sea la cuna que te acoja y te caliente para que, dentro de mí, crezca  en humildad, sabiduría y amor, y, con mi vida, dé testimonio de tu presencia entre los hombres. Amén.

sábado, 28 de noviembre de 2015

UN CORAZÓN LIBRE



No nacemos con un corazón libre. Crece con nosotros intoxicado con los perfumes del mundo que lo contamina y esclaviza. Y necesitamos limpiar limpiarlo, porque sólo un corazón libre, como ha dicho el Papa Francisco en Kenia, es capaz de amar y seguir a Dios.

Mientras nuestro corazón permanezca enredado entre las zarzas, los olores y trampas de este mundo, muy poco podemos hacer. Ahogados y encandilados por las luces mágicas y brillantes de la concupiscencia, pasiones, sentimientos y emociones que el mundo nos prepara y presenta, nuestro corazón queda atrapado y sometido al poder e imperio del príncipe de este mundo.

Necesitamos la Gracia y la acción del Espíritu Santo para liberarnos, y, limpiándolo y purificándolo, de toda inmundicia que nos aleja del Amor de Dios, ponernos en Manos del Espíritu Santo y dejarnos purificar por su Gracia. 

Danos, Señor, la fortaleza, sabiduría y la paz de sostenernos y permanecer en tu presencia hasta los últimos tiempos, esperanzados en tu segunda venida. Amén.

viernes, 27 de noviembre de 2015

DAME, SEÑOR, LA SABIDURÍA DE DESCUBRIR LA PROMIDAD DE TU REINO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




No cabe ninguna duda que los signos de los tiempos nos descubren los acontecimientos que van a suceder. El hombre, desde muy antiguo, vive observando los síntomas que la naturaleza que habla. Y ha sabido interpretarlos y, defenderse o aprovecharse, según sus intereses.

Sin embargo, por encima de esas interpretaciones científicas o culturales, el hombre se ha distraído en las cosas puramente materiales, dejando de levantar su mirada hacia la meta para la que ha sido creado. Porque dentro de su corazón bulle la aspiración de la felicidad eterna. Y eso no lo ha conseguido, ni tampoco lo conseguirá en y con las cosas de este mundo. Porque la eternidad sólo te la puede dar Aquel que es Eterno.

Por eso, Señor, hoy queremos pedirte que nos ilumines y nos des la sabiduría de descubrir la proximidad de la llegada de tu Reino. Un Reino de justicia, de amor y de paz. Un Reino esperado y querido, porque todos los hombres aspiran a la vida plena y gozosa. Libera nuestro corazón de los apegos y apetencias por las cosas de este mundo. Y también de envidias, riquezas, poder, comodidades y satisfacciones placenteras de este mundo.

Danos la prudencia comedida de usar las cosas de este mundo, puestas por Ti par nuestro uso y servicio, de forma moderada y buen uso. Nunca que se conviertan en fin, sino medios para llegar a Ti. Y que las utilicemos y compartamos en la medida que sean necesarias para aliviar la vida de aquellos que las necesitan y de las que carecen.

Por eso, Señor, te pedimos luz y voluntad para que, auxiliados en el Espíritu Santo, sepamos encontrar el camino de la observancia y la escucha para estar atentos a los acontecimientos de los tiempos. Amén.

jueves, 26 de noviembre de 2015

NO PERMITAS QUE MIS OJOS SE CIERREN A TUS SEÑALES, SEÑOR



Señor, yo también estoy en este mundo. Tú no me quieres en otro lugar. Me has enviado a proclamar tu Mensaje de salvación, y aunque me prometes llevarme contigo a tu Reino, que no es de este mundo, quieres que yo permanezca en este hasta tu segunda venida.

Y yo estoy gozoso porque creo profundamente en tu Palabra. Sí, Señor mío, permaneceré aquí hasta que Tú decidas venir a llevarme contigo. Pero quiero decirte algo. Algo que, sin quizás, Tú lo sabes, pero, ahora sí, quizás te guste oírlo de mis pobres y humildes labios. Tú sabes lo débil que soy. Y, sabes también, que el príncipe de este mundo, a quien Tú le permites que nos tiente, también Tú de dejaste tentar, está al acecho de ellas. Y, al menor síntoma de debilidad, nos pone delante el manjar que deseamos para comer.

Somos Adanes y Evas, y estamos a merced de este mundo que nos supera. Sin embargo, Tú también lo sabes, Señor. Nuestro corazón es Tuyo, aunque débil y pobre, queremos entregártelo. Y nuestra esperanza es que Tú nos lo aceptas y lo quieres y deseas. Incluso, nos dice, que has venido a tomarlo, a curarnos, a hacernos fuertes y a ayudarnos a vencer. Es más, te has quedado, en el Espíritu Santo, para asistirnos y darnos la fortaleza que necesitamos para vencer las tentaciones que nos ofrece el demonio.

Y, el colmo, Señor, es que permaneces en el Sagrario, bajo las especie de Pan y Vino, para servirnos de alimento espiritual y de fortaleza que nadie, ni el demonio, puede vencer. ¡Claro, Señor!, a pesar de las señales y catástrofes que el final del mundo nos presenta, vivimos en la esperanza que Tú llegarás para salvarnos, y que ya lo haces a aquellos que confían y se esfuerzan en permanecer en Ti. ¿Cómo? Viviendo en tu Palabra y ejercitándose en los sacramentos.

Gracias, Señor, por esas revelaciones, que con tu Palabra de cada día, nos descubres, nos instruyes y nos anima a seguir caminando contigo. Porque Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

SERÍA ABSURDO ENFRENTARME YO SOLO



Disparatado pensar que tú sólo puedes salir victorioso. Porque el mundo tiene más poder que tú, y el demonio, príncipe del mundo, posee muchos recursos para convencerte de forma suave, agradable y sin que apenas te des cuenta. ¿O es qué no hay muchos engañados sin apenas notarlo? ¿O es que crees que los hombres quieren perder la vida eterna? Están engañados y sometidos a sus sentimientos y emociones, que son de este mundo.

Sólo no podemos hacer nada. La razón de que, ascendido el Señor al Cielo, viniese el Paráclito a asistirnos, es porque convenía, no por gusto. Necesitamos la asistencia de la Gracia del Espíritu Santo para poder enfrentarnos a los peligros y tentaciones de este mundo. Y para eso está el Espíritu de Dios con nosotros y dentro de cada uno de nosotros. Porque somos templos del Espíritu Santo.

¡No estamos solos!, y podemos vencer todos los peligros y dificultades que el mundo nos pone en el camino para hacernos tropezar. ¡Cristo y yo mayoría aplastante! Y vencerlos significa que no consigan apartarnos del Señor. Podemos padecer y sufrirlos, pero por la Gracia del Espíritu Santo, perseveraremos en la fe y en la esperanza de aguardar su venida.

Te pedimos, Señor, esa Gracia que nos de fuerza y valor para no desfallecer. Te pedimos poseer el coraje de sostenernos en la fe, y asumir y aceptar todos los sufrimientos que el rechazo y la respuesta del mundo nos infrinjan. 

Danos la sabiduría de entender que ese es el camino, porque Tú, Señor, lo has recorrido primero y lo has sufrido en tu propio Cuerpo, derramando toda tu bendita Sangre, para redimirnos y rescatarnos del pecado otorgándonos la salvación.


martes, 24 de noviembre de 2015

DANOS,SEÑOR, CAPACIDAD Y VOLUNTAD PARA PERSEVERAR



Los obstáculos son muchos. Y no se nos presentan con agresividad, sino de forma muy atractiva y muy placentera. La vida trata de convencernos que merece la pena vivirla. ¡A vivirla que son cuatro días!, es el grito de guerra que se suele oír.

Y el mundo cubre la otra parte. Nos presenta ocasiones y momentos de placer y disfrute. Todo se nos muestra con mucho tacto y amabilidad, y hasta se nos regatea el poder disfrutarlo. Sin embargo, la puerta de entrada es bastante ancha. Vale todo, y el dinero, poder, fama, privilegios, influencias...etc., tienen mucha estima y valor. Se trata de ganar siempre y de estar en los primeros puestos. La ley es estar y llegar arriba como se puede, incluso pisoteando al que te lo quiera impedir.

Y cuando decimos que vale todo, decimos todo. La mentira es un arma fundamental en los momentos que la necesitamos para sugerir y persuadir al otro. No importa mentir con tal de salir con la nuestra. Pronto, nos damos cuenta que es un mundo perverso, de mentiras y luchas por el poder, sin importar el otro. Incluso hasta matarlo si nos estorba. Hicieron con Jesús eso.

Pero Tú, Señor, has triunfado con el amor. Tu arma, el Amor, es más poderosa, y se ha hecho con el triunfo por encima de todo lo demás. Eso te queremos pedir, Señor, la capacidad y la sabiduría de saber amar. Y la paz, sostenida con la paciencia, para perseverar y llegar a poder hacerlo.

Danos, Señor, la capacidad y la voluntad para ser perseverantes y que nos encuentres preparados y esperándote el día de tu venida. Ese día en que el mundo, este mundo falso que te da la espalda, descubra que sin Ti todo está perdido, y no hay camino ni meta a donde ir. Amén.

lunes, 23 de noviembre de 2015

CADA DÍA UNA NUEVA BATALLA



Al terminar un día nos despedimos del Señor dándole gracias por todo lo vivido y también perdón por los momentos que no hemos estado a la altura de ser sus hijos. Y al despertar, iniciamos el nuevo día dándole las gracias por despertar, valga la redundancia, y pidiéndole sabiduría, paz y fortaleza para emprender una nueva batalla en la que no le defraudemos y seamos dignos de su Amor.

Es la batalla da cada día, donde tenemos que elegirlo como Rey y Señor de nuestra vida, y renunciar a las promesas y maravillas que nos ofrece el mundo, que esconde hipocresía y mentira. Por eso con un nuevo día tratamos de renovar nuestra promesa de seguirle y de nombrarle el Señor y Rey de nuestra vida.

Y, agradecidos por su Fidelidad y su Verdad, hoy queremos, desde este rincón de oración, renovar nuestra promesa y decirle que queremos que siga siendo el Rey y Señor de nuestras vidas. Ven Señor Jesús y has morada en nuestros corazones y guíanos por los caminos de este mundo que intenta apartarnos de Ti con promesas falsas y maravillas caducas.

Te pedimos, Señor, la Gracia del Espíritu Santo, para fortalecidos por su Fuerza y Sabiduría, encontremos el valor y la voluntad de rechazar todas aquellas ofertas que, maravillándonos y atrayéndonos, tratan de confundirnos, y nos tientan para, mintiéndonos, apartarnos de tu camino. 

Ven, Señor Jesús, y no permitas que nada, ni nadie, nos aparte de Ti. Porque Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida, y nuestro Rey y salvador. Danos un corazón generoso capaz de, no sólo dar, sino compartir toda nuestra vida. Amén.

domingo, 22 de noviembre de 2015

SEÑOR, MANDA EN MI VIDA, PORQUE TÚ ERES MI REY



Si nos fijamos bien, los niños, sobre todo los recién nacidos y durante toda su infancia, son los reyes de la familia. Ellos ocupan el centro de la familia, y en ellos convergen todas las preocupaciones y cuidados de la familia. Sobe todo los padres. Y descubrimos que son los más necesitados de amor.

No son los reyes porque nos lo impongan, ni porque tengan poder y fuerza, sino porque demandan y necesitan mucho amor. Experimentamos que el amor es la principal arma de nuestra vida y la fuerza que nos mueve y nos une para comprometernos a cuidarnos y protegernos. El amor es el verdadero compromiso que alimenta y da sentido a todo nuestro ser y obrar.

Y ese es el Reinado de Jesús. Jesús es nuestro Rey porque es quien nos da sentido y esperanza. Jesús es nuestro Rey porque nos salva y nos llena de gozo, paz y felicidad. Jesús es nuestro Rey, porque es el enviado por el Padre para saldar nuestra deuda de pecados y danos la salvación, redimiéndonos de nuestras culpas por la Misericordia del Padre.

No es un Reinado de poder, de fuerza ni de imposición. Es un Reinado de y por amor. Es un Reinado que se da gratuitamente, sobre todo, a los más necesitados y carentes de amor. Es un Reinado que se consagra a los que más lo necesitan. Lo mismo que ocurre con los niños, los más débiles, en las familias.

Por eso, te damos gracias, Padre del Cielo, por enviarnos a tu Hijo, Rey del mundo del Amor, para redimirnos y darnos la Gloria de tu Reino, y darnos testimonio de la Verdad. Verdad que nos hace libre y nos da la Vida Eterna.

Gracias, Señor, porque nos revela que tu Reino no es de aquí, porque todo lo de aquí es caduco. Nuestras esperanzas son eternas, porque dentro de nosotros vive un ansia de Vida Eterna. Y nos sentimos llamados a esa Vida Eterna, que Tú, Señor, nos viene, de parte de tu Padre, a ofrecernos gratuitamente por amor.

sábado, 21 de noviembre de 2015

GOZO, ETERNIDAD Y PAZ



No podemos imaginar lo que nos espera, pues de poder hacerlo nuestra vida tomaría otro rumbo. ¿Quién no cambiaría si tuviese una visión de la Vida Eterna?  Creemos, por la Palabra de Dios, que es una vida diferente y para siempre. En plenitud de gozo y felicidad, pero no podemos imaginar cómo, ni dónde, ni de qué forma.

Sin embargo, quizás sea lo de menos, porque lo verdaderamente importante e interesante es vivir para siempre en el gozo eterno y pleno de felicidad en la presencia de Dios. Y esa es la promesa que Jesús, el Hijo de Dios Vivo, nos ha hecho. Y si Jesús nos lo ha prometido, significa que estamos salvados y llamados a vivir esa plenitud eterna. Ahora, falta nuestra respuesta, que nuestro Padre Dios espera pacientemente.

Y eso es lo que hoy nos revela la Palabra de Dios en el Evangelio. Y lo que nosotros aprovechamos para pedirte, Señor. Danos sabiduría para no perder la oportunidad de darte una respuesta. Pero una respuesta que coincida con la que Tú, mi Dios, esperas y te gustaría, porque nos amas y quieres lo mejor para cada uno de tus hijos.

Por eso, te pedimos que infundas en lo más profundo de nuestros corazones, serenidad, paciencia, paz y la ya sabiduría, que te hemos pedido, para saber discernir y elegir entre tantas ofertas falsas y venenosas que el mundo nos presenta.

 Sí, Padre nuestro, queremos que nos inundes de sabiduría para saber esperar y perseverar en tu Palabra. Sabiduría para mantenernos fieles en tu seguimiento, a pesar de las dudas y tribulaciones que nos acechan y nos tientan. Sabiduría para no desfallecer ni abandonar tu Palabra, a pesar de nuestra ignorancia y limitaciones.Te pedimos, Señor, que acrecientes nuestra fe y nuestra confianza, porque todo nos viene de Ti, y sin tu Gracia nada podemos.

Nos prostramos, Señor, ante tus pies, con un corazón contrito y humillado, arrepentido de todos nuestros pecados, y, en silencio, esperamos confiados en tu Misericordia y perdón. Amén.

viernes, 20 de noviembre de 2015

¡SEÑOR, QUE SEPA, NO SÓLO GUARDAR SILENCIO EN EL TEMPLO, SINO TAMBIÉN EN EL TEMPLO DE MI CORAZÓN

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR,08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS





La oración es vital para la vida espiritual, tal y como lo es el aire para la vida física. Sin oración no podemos seguir a Jesús, porque seguirle supone orar. ¿Cómo puedes seguir a alguien sin hablar con él? ¿Y cómo puedes conocerlo sin hablar con él?

La oración es el vehículo que nos permite hablar y conocer al Señor, pero, también, escucharle en silencio y discernir, a la Luz del Espíritu Santo, sus respuestas, enseñanzas y misiones. Por eso, a parte del rincón de nuestro corazón, donde siempre estamos en permanente contacto con el Señor, acudimos al Templo sagrado, donde nos reunimos con los demás hermanos en la fe, y donde, en paz y silencio, mantenemos un sereno y sosegado diálogo con el Señor.

En esos sagrados momentos, delante y en su presencia, pues está en el Sagrario o, en la Custodia en la capilla de oración, tenemos el contacto vivo con Jesús. Es la fe la que nos revela que Jesús está allí bajo las especies de pan y vino. Es su Espíritu quien nos alimenta y nos da la fuerza y la Gracia de sostenernos en su fe y vivir en su Amor.

Y también en este "Rincón de oración" tenemos espacios para, adentrados en el interior de nuestro corazón, en paz y sereno silencio, y unidos en comunión espiritual, postrarnos en adoración y en atenta escucha para, impulsados por el Espíritu, caminar en su presencia haciendo vida en nuestras vidas de su Palabra.

Pidamos esa Gracia, con fe y esperanza confiada. Seguros que el Señor nos atiende y nos responderá de forma afirmativa. Porque Él ha venido para salvarnos dando su propia Vida en y para remisión de todos nuestros pecados. ¿Cómo no nos va a responder y a dar lo que le pedimos si es buscando nuestro bien y nuestra salvación?

jueves, 19 de noviembre de 2015

ANONADADO SIN COMPRENDER NADA



Se te hace difícil comprender la debacle de Jerusalén, y como ha sufrido a lo largo de toda su historia. No llegas a comprender como se puede vivir en esa inquietud e inseguridad, y en medio de tantas guerras y enfrentamientos. Sí, te quedas anonadado y sin comprender nada.

Sin embargo, la profecía de Jesús enciende tu esperanza, porque ves que su Palabra es Palabra de Vida Eterna. A pesar de su lamento, Jesús dice lo que realmente va a suceder, aunque no lo desee. El corazón de hombre, obstinado, soberbio, egoísta, lleno y sometido al odio y la venganza, y, por la Gracia de Dios, libre, se rebela y desobedece a Dios. Y Jerusalén sufre porque no encuentra la paz.

Te damos gracias, Señor, porque nos has dejado tu Iglesia y el colegio apostólico. En y por ellos, por tu Gracia, hemos recibido el Mensaje de Amor que nos salva. Ellos, tu Iglesia, Señor, dirigida por la acción del Espíritu Santo nos llena de esperanza y alegría, y nos aviva y fortalece para continuar la lucha de cada día hasta que Tú, Señor, vuelvas como nos lo has prometido.

Porque sólo Tú, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna, y todo lo que nos dice tiene su cumplimiento. En esa esperanza vivimos con gozo y alegría, a pesar de los acontecimientos de terror y guerras que acontecen en este mundo. La Iglesia, tu Iglesia, Señor, asistida por el Espíritu Santo continúa su camino hasta que Tú decidas venir.

Gracias, Señor, por llenarnos de esperanza y de fortaleza para continuar la lucha con ánimos renovados en el Espíritu, y por las comunidades de hermanos donde apoyarnos los unos con los otros para avanzar contra corriente y abrirnos camino hacia Ti.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

DAME, SEÑOR, LA SABIDURÍA DE DAR FRUTOS



No sólo basta la intención, hay que poner manos a la obra y saber cómo y qué hacer. En algunos casos, hasta saber asesorarse y dejarse conducir por otros que expertamente te aconsejan. Dar y sacar provecho y buenos frutos no es tarea fácil. Exige esfuerzo, trabajo y también cierta astucia.

Todos, hasta los más desfavorecidos, hemos recibidos unos talentos. Unos talentos que debemos emplear, pero emplearlos con sabiduría y eficacia para que den frutos. Es posible que en algunos momentos no sepamos cómo hacer, pero tenemos la capacidad de darnos cuenta y de conducirnos mejor. Porque eso también se nos ha dado, la capacidad de aprender y de no caer en los mismos errores de otros días.

Sin embargo, ocurre que la soberbia nos puede engañar y hacernos creer que somos los suficientes capaces de no necesitar ayuda, y menos de Dios. Nos bastamos con nosotros mismos, y no queremos ningún rey que nos dirija. Y sucede que ocurre lo que vemos que está ocurriendo. Terminamos a tiros unos con otros. El fanatismo de creernos en posesión de la verdad y que somos elegidos y mejores que los otros terminan por enfrentarnos y acabar mal.

Pidamos, al Señor, la Gracia de sabernos pequeños, pobres y necesitados de aprender. De aprender cómo negociar todos los talentos recibidos, no sólo para sacar frutos, sino para ponerlos al servicio de los que los necesitan y, quizás, no sepan como producirlos.

Pidamos la Gracia de, no sabiendo cómo obtener rendimiento, darlos en interés, al menos en el Banco, para conseguir un beneficio que entregar. Siempre podremos sacar frutos de nuestra vida siendo luz para otros. Simplemente, aceptando nuestra condición limitada y pobre podemos alumbrar muchas vidas de otros que se debaten en la desesperación y confusión. Amén.

martes, 17 de noviembre de 2015

¿TENEMOS NUESTRA TIERRA PREPARADA PARA SER SEMBRADA POR LA PALABRA DE DIOS?



No es cuestión simplemente de escuchar, sino de escuchar después de haber buscado. Hay una gran diferencia. Escuchar es importante, pero si en el momento de la escucha, la tierra no está sembrada, difícilmente la semilla dará frutos. Escuchar supone previamente actitud, para que la escucha sea rumiada y deje la sustancia de lo escuchado preparado para poder asimilarse.

Porque la escucha puede ser accidental, no querida o por casualidad. Entonces entra, pero no encuentra el terreno preparado para echar raíces. Eso le ocurrió al hombre rico, que sentía curiosidad por comprobar si cumplía todo los requisitos para ganar la gloria del cielo, pero se sintió frustrado cuando experimenta que le falta más todavía. Y su decepción le impulsa a pararse y no continuar.

Quizás la escucha estaba ya, de antemano, cerrada. Escucho hasta que coincida con lo que yo pienso; escucho lo que quiero escuchar, pero de ahí no paso. No había una escucha abierta, deseada, dispuesta y sin condiciones. Es lo que ocurrió con Zaqueo. Su corazón estaba seriamente atento y abierto a la verdad, y la Verdad, por la Gracia de Dios, fecundó aquel corazón dispuesto a ser fertilizado. Y los frutos ya los conocemos.

También nosotros, Señor, queremos dejarnos fecundar por tu Espíritu, y alimentados en Él, abrir nuestros corazones para que tu Gracia nos fertilice y demos frutos. Frutos de amor que sirvan para dejar pasar tu Luz que con su calor fertilicen los corazones de todos aquellos que se abran a la Verdad como hizo Zaqueo.

Te  pedimos, Señor, esa Gracia, conocedores de nuestras debilidades, de nuestros fracasos y pecados, y de nuestros egoísmos, que nos impiden seguirte renunciando a todo lo que este mundo, falso e hipócrita, nos ofrece y nos presenta para seducirnos.

En Ti, Señor, permanecemos confiados y, a pesar de nuestras limitaciones, nos proponemos seguir adelante y, como Zaqueo, encaramarnos a la cima de nuestra vida, para ver, más allá, de lo que este mundo nos presenta. Amén.

lunes, 16 de noviembre de 2015

ABRE, SEÑOR, LOS OJOS DE MI ALMA



Indudablemente que el mundo tiene muchas maravillas que ver. Y la vista es la que nos da esa posibilidad de contemplar las hermosuras que contiene el mundo. Sin lugar a duda que todo eso nos remite a pensar como será el Autor de esa maravillas. Porque, si las maravillas del mundo nos asombran, ¿cómo será la maravilla de poder contemplar al Creador de todas ellas?

Y esa vista es la que te pedimos hoy, Señor. Abre los ojos de nuestra alma para verte, porque eres Tú, Dios mío, la Maravilla Infinita que deseamos ver.

Las maravillas del mundo son finitas. Pueden deslumbrarnos, pero terminan por desaparecer. Sin embargo, Señor, tu Palabra y tu Amor son eternos, nunca pasan. Y esa es la Maravilla que queremos contemplar, la que nos hace felices y eternos. Lo que no perdura es cosa de poco valor. Y eso no se puede ver con los ojos del cuerpo, sino que hace falta los ojos del alma.

Por eso, Señor, te pedimos hoy la Gracia de no dejar pasar la oportunidad de encontrarnos contigo, y de pedirte que despiertes nuestra vista para ver lo fundamental e importante que es encontrarnos contigo. Porque mientras no lleguemos a Ti, todo sobra y de nada sirve. Eres Tú quien da sentido a nuestra vida y quien pone color a nuestros ojos. Los ojos del alma que ven más allá de las cosas vanas y caducas de este mundo.

Danos, Señor, la Gracia de saber valorar todas aquellas maravillas que nos has regalado en este mundo. Pero, lo más importante, es descubrir la necesidad de ser desprendidos y, dispuestos a servir, dándonos por amor.

domingo, 15 de noviembre de 2015

DANOS LA SABIDURÍA DE SABERNOS SALVADOS



No podemos entender, y eso debe ayudarnos a darnos cuenta de la presencia de Dios, lo que nuestro Padre Dios ha hecho por nosotros. Tampoco llegamos a darnos cuenta de que, Dios hecho Hombre en su Hijo Jesús, ha dado su Vida para salvarnos. No podemos entenderlo, y, ni siquiera, se nos ocurre pedirle esa sabiduría.

Quizás pasamos el tiempo pidiéndole muchas cosas que, posiblemente, no las necesitemos tanto, y pasamos de pedirle e insistir en lo fundamental y necesario: "La sabiduría de darnos cuenta de nuestra salvación por su Gracia y Amor Misericordioso".

Estamos salvados, y sólo necesitamos para consumar esa salvación responderle al Señor afirmativamente y, puestos en Manos del Espíritu Santo, esforzarnos en amar y amarnos como Él nos ha enseñado. Porque Jesús no fallará, no puede fallar. Porque es el Señor, y su Palabra es Palabra de Vida Eterna.

Vendrá a buscarnos, tal y como ha prometido, para llevarnos, cumpliendo su Palabra, a ese lugar que está preparando para cada uno de nosotros (Jn 14, 2), y del que no podemos imaginar como será. Sólo podemos comparar las maravillas de este mundo, que nos encantan y nos gustan. Pues lo que Él nos prepara no tiene ni comparación. ¿Dios mío, que será! Y en donde seremos plenamente felices.

Realmente vale la pena vivir en esa esperanza. Esperanza que no está fundada en ilusiones o fantasías, sino en promesas de Jesús Resucitado. Jesús que Murió y Resucitó para demostrarnos que es Señor de vivos y muertos, y que en El también resucitaremos nosotros.

Te pedimos, Señor, que nos des la Gracia de, pacientemente, vivir en tu Palabra y seguir tus mandatos en el ejercicio de la oración de cada día, y la frecuente Penitencia, arrepentidos de todos nuestros pecados diarios, lavados en tu Misericordia, y alimentados por la fuerza de tu Espíritu en la Eucaristía para vencer y resistir las tentaciones de este mundo.

sábado, 14 de noviembre de 2015

SÓLO TE PIDO, SEÑOR, SABIDURÍA PARA NO DEJAR DE INSISTIR MIS SÚPLICAS



No quiero callarme, Señor, entre otras cosas, la principal, porque Tú me invitas y me llamas a pedirte. La oración que me has enseñado, el Padre nuestro, resume toda mi súplica, que llena mi vida plenamente. Primero, darte gracias y alabanzas a Ti, Padre Bueno del Cielo, y luego pedirte que tu Reino, ese Reino que Tú has venido a instaurar en este mundo, sea el Reino que yo anhele y quiera vivir según tu Voluntad.

Y, tal como Tú me dices hoy, no quiero silenciar mi voz nunca. Ni siquiera en los momentos que todo indique que no estás, o que no me escuchas, ni me respondes. Y, también, en esos momentos que la vida se me tuerce y su peso me dobla mi cansada espalda.

Sé que estás ahí, Señor, y que responderás cuando lo creas conveniente y necesario. Sólo Tú sabes lo que necesito y cuando lo necesito. Por eso, Dios mío, te pido luz, fortaleza, fe, confianza, paciencia y sabiduría para entregarte mi libertad y voluntad, y ponerlas a tu servicio, estando siempre unido a Ti e implorando tu Gracia y Misericordia.

Danos también, Señor, la voluntad de perseverar e insistir, como esa mujer ante la negativa del juez injusto, confiados en que Tú, Señor, siempre nos responderás con la mejor solución para nuestros problemas. Porque Tú tienes Palabra de Vida Eterna. Amén.

viernes, 13 de noviembre de 2015

EN ESTADO DE ALERTA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




La palabra alerta está ahora muy de moda. Cada temporada otoñal y de invierno la oímos muchas veces. Tales comunidades están en alerta. Nos ponemos en alerta a cada momento. El progreso ha traído muchos avances y comodidades, pero también riesgos e incertidumbres. Y, desde la vigilancia, es bueno que nos despierten y nos pongamos en alerta, porque la vida deberíamos vivirla en constante alerta.

Alerta, porque el Hijo del Hombre, nuestro Señor Jesús, no nos avisará, ni el día ni la hora de su segunda venida. Y así como nos dice en el Evangelio de hoy lo ocurrido con Noé y Lot, así sucederá cuando se haga presente en este mundo. No sabemos si estaremos o no presentes, porque, quizás, a nosotros nos haya llegado el momento antes. Pero de una forma u otra, conviene estar en permanente alerta para cuando llegue el Señor.

Cierto es, no hay ninguna duda ni discusión al respecto, que llegará el día de nuestro final, de la misma forma que llegó el del principio. Pero cierto es también que Jesús nos ha prometido venir al final de los tiempos a llevarnos con Él a ese lugar que nos tiene prometido. Su Palabra siempre ha sido cumplida, hasta el punto que ha vencido la muerte, ha Resucitado. Y en Él también resucitaremos nosotros.

Por lo tanto, se hace necesario, muy necesario estar siempre en estado de alerta. No sólo en el sentido literal de la climatología, sino en el verdadero sentido espiritual, que es el que verdaderamente importa y nos salva. Porque es para siempre, y terminará con todas alertas. Ya no hará falta estar vigilantes, porque estamos con el Señor, y allí, donde Él nos ha preparado un lugar, no hará falta estar alertados, temerosos de peligros y muertes, porque viviremos en plenitud de gozo eternamente en la presencia del Padre.

Es verdad que no podemos imaginarnos ese lugar, pero nos llenamos de paz, alegría y esperanza pensando que al final, cuando creamos que todo se acaba, empieza la verdadera vida que todos estamos esperando. Por eso, Señor, te damos gracias y te pedimos que nos des la sabiduría y fortaleza de conocerte y de permanecer fiel a Ti. Amén.

jueves, 12 de noviembre de 2015

HAS VENIDO, SEÑOR, A INSTAURAR TU REINO



Con tu venida se ha instaurado el Reino de Dios. Porque Tú, Señor, eres el Reino de Dios. Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida. Eres el Reino de los Cielos, porque en Ti está la Verdad y la Justicia. Y donde hay Verdad y Justicia hay Amor.

Y ese es el Reino de los Cielos, un Reino de Verdad, de Justicia, de Paz y Amor. Y la mayor prueba, tan evidente que la observamos todos los días y a cada instante, es que todos los hombres buscan y luchan por eso. ¿Qué son las luchas políticas, sino mensajes y promesas de instaurar leyes y derechos que vayan dirigidos al bien común de todos los hombres? Todos buscamos eso.

Ahora, lo que ocurre que todos decimos muchas mentiras y nos auto engañamos y engañamos a los demás. Y, luego, no cumplimos lo que decimos. Y, por eso, por nuestro egoísmos y pecados, el mundo está mal, y el Reino de Dios no está instaurado. Pero, verdad es, que todos lo buscamos y queríamos implantarlo.

Pues, para eso ha venido Jesús. Y Jesús no miente, sino que todo lo que ha dicho y dice se cumple. Y Reina en el corazón de todos los hombres que se abren a la Verdad. La Verdad y la Vida que Él nos proclama y que, con su Vida, nos enseña el Camino.

Pidamos al Señor la sabiduría, la fortaleza y la paz, para que en El podamos encontrar caminos de verdad y de justicia entre los hombres. Y para que no perdamos la esperanza de ser pacientes y confiados en su Palabra, hasta que llegue el momento que venga definitivo a nuestro corazón y lo deje verdaderamente instalado para siempre.

¡Ven, Señor, a reinar dentro de mi corazón e instaura en él tu Reino. Reino de verdad y justicia; Reino de amor y de paz! ¡Ven Señor!. Amén.