Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 22 de enero de 2013

TOMA MI CORAZÓN, SEÑOR

 

Y cambia todo lo que encuentres en él de impuro, de soberbia, de orgullo, de suficiencia, de carnalidad, de comodidades, de perezas, de engreído, de ambiciones, de codicias, de egoísmos... Sé que permaneciendo en mí todo seguirá igual. Sólo Tú podrás cambiarlo.

Recoges, Señor, mis infracciones, mis fracasos, mis penas, mis tristezas, mis falsas alegrías, y transformalas en buena semilla que produzca buenos frutos. Sé que mi corazón puede cambiar, pero cambiará en la medida que se deje bañar por tu Gracia. Por eso, tómalo, Señor, y acéptalo, pues es lo más grande que tengo y lo más importante.

Te pido, Dios mío, que aceptes mi corazón, un corazón enfermo, frágil y necesitado de tu Gracia para poder seguir el camino de encontrarte. Un camino contaminado de normas, leyes y preceptos que no ayudan a descubrirte y mirarte con ojos de amor. Porque solo el amor es la ley que nos salva.

Recibe, Dios mío, mi pobre corazón desorientado y sin rumbo, y oriéntalo por el camino que la Estrella guío a los Magos para que podamos encontrar la ruta que nos conduzca a los pies del Niño Dios que nace en Belén.

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