Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 9 de abril de 2013

ENSÉÑAME A NOS ESPERAR RESULTADOS



Diría que a casi todos nosotros experimentamos el desánimo y cansancio cuando observamos que nuestro trabajo cae en saco roto. Es verdad que tratamos de justificarnos diciéndonos que lo importante es sembrar y que posiblemente otros recogerán los frutos de las semillas sembradas. Pero, en lo más profundo de nuestro ser, se nos resiente y agrieta nuestro corazón.

Llegamos incluso a desesperar y a sentir la tentación de sembrar semillas de efectos rápidos, de resultados tangibles que ofrezcan beneficios espirituales o de conversión, de mejoras sociales, de alcanzar el Reino de Dios y... cansados por no ver lo que esperamos optamos por no seguir el camino, por pararnos y por instalarnos en el hombre viejo que llevamos dentro.

No nos atrevemos a nacer de nuevo, a despertar en la esperanza de que no nos corresponde a nosotros recoger sino sembrar. Los frutos no nos corresponden, son del Sembrador Padre, del autor de las semillas y Señor de las tierras de cultivo. Sólo Él deberá y podrá recoger los frutos de aquellas semillas que han sido capaces de morir, de mezclarse entre el estiércol de sus vidas y la tierra abonada del mundo para dar el fruto de la vida entregada por amor.

Pongamosno en Manos del Espíritu Santo, para que dirija nuestras vidas y renazcamos de nuevo como hombre nuevos, valga la redundancia, del Espíritu y del Agua que salta hasta la vida eterna.

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