Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 28 de junio de 2013

EN TI, SEÑOR, DEPOSITO MI CONFIANZA




Sé, Dios mío, que necesitas mi libertad y voluntad para darme tu Gracia. Sé, que por tu Amor, nos has regalado el don de la libertad y la has fortalecido con la voluntad para poder ser capaces de ponernos en tus Manos. Sí, lo sé Señor porque así nos los ha hecho saber. Pero me siento débil, tan débil y enfermo como este leproso de hoy que te pide que le limpies.

Yo también quiero decirte lo mismo: "Límpiame Señor", porque estoy enfermo de la lepra de mi pereza, de mi soberbia, de mis suficiencia, de mis apegos, de mis egoísmos... Límpiame Señor porque me siento enfermo y necesitado de tu Gracia para sanar. Límpiame Señor de mis apariencias, de mis vanidades, de mis autoengaños, de mi ignorancia, de tantas cosas que ignoro y paso por alto.

Límpiame de mis tormentos, de mis inquietudes exigentes que amenazan mi camino con la tentación de abandonar... Límpiame de la vanidad de los halagos y comentarios que suben mi ego; de los premios que me empujan y ocultan tu presencia. Límpiame de ser ingenuo y tonto y no darme cuenta de que eres Tu quien debe crecer, como supo reconocer Juan Bautista, y yo menguar y apartarme en un recodo del camino.

En Ti, mi Señor, deposito mi confianza.

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