Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 10 de junio de 2013

SÉ QUE YO NO PUEDO



Sé que yo no puedo ser bienaventurado si no cuento con tu Gracia, Señor. Sé que mi humanidad debilitada por el pecado esta caída y débil. No tengo fuerzas para levantarme y llorar con los que también lloran. Sé que mi espíritu está triste y necesita experimentar esa alegría que da tu salvación. Me cuesta ser pobre y despojarme de todos mis apegos, comodidades y egoísmos.

Siento miedo de enfrentarme a la justicia que bajo las apariencias de la legalidad y justicia es injusta. Siento miedo de sufrir y llorar por defender a los que sufren y lloran. Y mucho más miedo cuando soy perseguido por defender tus Bienaventuranzas y tratarlas de llevar a mi vida. ¡Qué mal ejemplo y discípulo soy, Señor!

Me siento lejos y distante de alcanzar esa gracia de ser bienaventurado, pero no pierdo, a pesar de mi fracaso, la esperanza de lograrlo algún día. Porque confío, al menos tengo esa esperanza, en Ti, mi Señor. Porque contigo, por tu Gracia y Misericordia, si puedo conseguirlo. Porque Tú no me dejas solo, sino que me acompañas y me das las fuerzas que necesito para vivirlas en mi vida.

Quiero, Señor, dejarme llevar por tu Espíritu, y permitir, por esa libertad que Tú me has regalado, que transformes mi petrificado corazón en un corazón de carne, amoroso y entregado en servir a los demás, para alcanzar, por tu Amor y Misericordia, la gracia de ser bienaventurado en tu Nombre. Amén.

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