Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 4 de enero de 2014

¡VOCACIÓN!



¡Despierta Señor mi vocación de seguirte! Sé que me has llamado a seguir tus pasos, pues Tú Encarnación y Nacimiento descubren esa santa Misión. Una Misión de perdón por nuestros pecados y salvación. Dame la luz que recibieron los pastores y los Magos de Oriente, y que mis pasos se dirijan a Belén, el lugar desde donde arrancó tu estancia entre nosotros.

Sí, eso me invita primero a  abajarme, humillarme y despojarme de toda atadura de esclavitud, de pecado, de soberbia, de suficiencia, de envidia, de apegos y comodidades, de egoísmos, pero aunque para mí sería eso imposible, con tu Gracia puedo conseguirlo. Esa precisamente es tu Misión, rescatarnos del pecado y darnos la salvación eterna.

No permitas, Dios mío, que una vez encontrado me separe de Ti. El mundo es muy tentador y el demonio sabe hurgar en mis heridas de debilidad y pecado, pero Tú, Señor, tienes poder para vencerle. Llévame contigo por el camino del amor.

Enciende en mí, Señor, la llama de la sabiduría para que siempre, en Manos del Espíritu Santo, sepa seguirte sin titubeos ni indecisiones.

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