Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 6 de noviembre de 2012

YO QUIERO ACEPTAR TU INVITACIÓN...

 ¡Señor Dios, amado mío! Si todavía te acuerdas de mis...


pero para eso sé que debo estar preparado, porque la invitación ha salido, pero no sé cuando llegará. Mientras me toca estar atento, preparado y listo para asistir. Y no es fácil porque el mundo tiene muchas distracciones que parecen correctas y hasta son buenas.

Me puedo distraer y despistarme de la cita, y sobre todo no estar listo para la hora exacta en que seré esperado. Necesito tener todo listo, hasta el traje a llevar. Y para eso me hace falta darme cada día, no por interés sino por amor, para que mi traje sea el adecuado y el que el Anfitrión espera.

Por eso, Señor, te pido que no me retires tu invitación y que me ayudes a guardarla en el lugar más visible de mi corazón con el fin tenerla siempre presente. Y que esa presencia tuya sea mi fortaleza, mi roca, mi baluarte, mi refugio y mi memoria para defenderme de las otras invitaciones con minúscula que me tienta y me atraen.

Yo solo quiero conservar la tuya y estar dispuesto y presto a asistir, porque ese banquete es el banquete esperado, el que toda mi vida he esperado y el que me saciará de eterna felicidad en tu presencia. Amén.

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