Quiero amar como Tú, Señor, me amas. De la misma manera que Tú lo haces, porque supongo que eso te hace inmensamente feliz, y ese amor te llevó a crearme y a hacerme hijo tuyo.
Quiero amar, Señor, hasta el extremo de dar mi vida por el ser amado, porque Tú así lo has hecho por mí. Dios mío, una pregunta, quizás indiscreta, pero, ¿tanto significo y valgo para Ti? ¿Cómo es posible que hayas entregado la vida de tu Hijo, ¡en una muerte de cruz!, por lo insignificante de mi persona?
Sigo sin entenderlo, y creo que nunca, solo hasta cuando Tú quieras, lo entenderé. Pero esa forma de amar debe ser maravillosa, sublime, plena. Porque estar dispuesto a dar todo lo que Tú has dado, hasta el extremo de morir, tiene que ser un amor que lo llena todo, que alcanza la plenitud.
Por eso, Dios mío, quiero amar como Tú me has amado. Pero, por mi experiencia, me doy cuenta que nunca lo lograré. Al menos si Tú no me concedes esa Gracia, porque sin Ti, Dios mío, nada puedo. Tu hijo Jesús me lo acaba de recordar hoy. Él es el Camino, la Verdad y la Vida para llegar a Ti.
Él me enseña como amar, para amar como Tú me amas. Y yo te pido, Señor, que me des la sabiduría y la voluntad de poder vivenciarlo en mi vida. Dame el gozo de descubrir la felicidad que busco en el amor, porque es ahí donde se encuentra. Nada fuera de él es eterno. Todo se vuelve vacío y caduco.
Alumbra mi camino, Señor, y danos la fuerza y el poder de amar con la misma medida que Tú me amas. Amén.
1 comentario:
Edificante reflexión hermano y amigo Salvador, lo cual, me ayuda mucho.
Lo he compartido en mi facebook. Muchas gracias.
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