Creo que es la mejor oración, disponer nuestra voluntad y nuestro esfuerzo a tratar de seguir la voluntad del Padre, que creo que no es otra sino la de que seamos buenos hijos. Y todos sabemos lo que significa ser buenos hijos.
Creo también que cuando el Espíritu Santo quiere algo de ti, se manifiesta y te lo señala. Por tanto, no hay que inquietarse ni estar buscando donde no se debe buscar. Tener el corazón abierto a buscar el bien y a darlo en la medida que podamos, a derecha e izquierda.
Y en esa actitud estamos viviendo en la presencia del Padre en cada momento. Controlar nuestra ira, nuestra soberbia, nuestro egoísmo, envidia, pereza...etc., son actos que nos purifican y agradan a nuestro Padre Dios. Y le dan alabanzas y gloria, porque todo lo que hacemos, lo hacemos para alabanza y gloria suya.
Por eso, en lugar de echarnos demasiadas cargas a nuestras espaldas, llenarnos de tristezas, fracasos y frustraciones, y atormentarnos con tantas exigencias y cumplimientos, seamos más naturales, vivamos la gracia de estar en presencia de Padre Dios y agradecerle todo lo que nos da y nos promete.
En esa actitud, seguro que transmitiremos su Gracia y contagiaremos el mundo de su amor. Eso es lo que importa, transmitir su amor y hacerlo con y por amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario