Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 8 de junio de 2014

DAME LA GRACIA DE MANTENER ABIERTO MI CORAZÓN A LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU



Hay muchos momentos difíciles de superar. El camino se nubla de espesa niebla que no deja ver, y los obstáculos se amontonan de modo que impiden seguir avanzando. ¿Qué hacer? ¿Dónde estás Espíritu Santo? Necesitamos tu presencia, tus consejos, tu fortaleza, tu entendimiento, tu valentía, tu ciencia, tu sabiduría y tu don de temor. Necesitamos de Ti para superar nuestros temores y miedos.

Bien lo sabía Jesús que nos lo vino a dar: Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. Mantén mi corazón abierto de par en par para que la acción del Espíritu Santo se haga en mí, Señor. 

Que mis temores y miedos puedan ser superados, como lo hicieron los apóstoles al salir del Cenáculo donde estaban escondidos, por las fuerzas del Espíritu Santo. Hazme testigo de tu Palabra Señor, también con mi vida y mis obras, para que lo proclamado sea coherente con lo vivido. Pero, sobre todo, enciende el fuego de mi amor y renueva mi corazón viejo y endurecido en un corazón fresco, apasionado por tu Palabra y tu Amor y dispuesto a, por la acción del Espíritu, a proclamar tu Evangelio.

Quiero Señor ser instrumento de tu Amor y por mi compromiso de Bautismo responder a tu llamada para con mi vida y mi palabra dar testimonio de tu Evangelio. Me pongo en Manos del Espíritu Santo y confío en Él plenamente. Amén.

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