Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 22 de junio de 2014

DAME, SEÑOR, HAMBRE Y SED DE TI



Ahora paso por una etapa de inapetencia. Experimento tener que esforzarme para comer, y percibo la hora de la comida como una hora de esfuerzo de malos momentos. Me pregunto y me avergüenzo a la vez cómo es posible que yo tenga comida delante qué, si no desprecio, sí me cuesta comer, mientras otros hijos de Dios carecen y mueren por no tenerla.

Por eso Señor, te pido que estimules mi apetito, no para la comida que necesita mi cuerpo, sino para que nunca me sienta inapetente para alimentarme del Pan bajado del Cielo que Tú me ofreces en Tu Cuerpo. Porque ese es el Alimento necesario e imprescindible para alcanzar la Vida Eterna y sólo en Ti puedo conseguirlo.

Señor, el alimento material lo puedo comer aun no teniendo apetito, pero tu Cuerpo Señor, el Alimento imperecedero sólo lo puedo comer por la Gracia de tu Amor y la acción del tu Espíritu. Dame Señor la sabiduría de humillarme ante tu Amor y de abrir mi corazón para, humillado, ser bañado de la Gracia que da la Vida y alimenta mi alma para la Vida Eterna.

Despierta en mí, Señor, el hambre y la sed ardiente de comer tu Cuerpo y beber tu Sangre para que, saciado hasta lo más profundo de mi corazón, no deje nunca de alimentarme hasta llegar a Ti. Amén.

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