Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 24 de noviembre de 2013

TAMBIÉN YO QUIERO MORIR ASÍ



Señor, no hay duda que has muerto, y bien muerto. La Cruz ha sido tu condena y en ella, crucificado, has expirado tu último aliento hasta entregar tu Espíritu al Padre. Y también quiero morir rendido a tus pies hasta mi último aliento, y entregarme, por medio de Ti, al Padre.

Quiero entregar mi vida dedicada a hacer viva tu Palabra y a proclamarla con mis obras y vivencias. Sé que en el camino no estaré a la altura tuya, y que mi dolor no será como tu dolor, pero eso es lo que soy, y eso, todo lo que he recibido de Ti, te lo quiero entregar multiplicándolo con mi esfuerzo y dedicación.

También sé que yo sólo no podré avanzar ni aguantar tanto dolor y dificultades, pero confío y sé que Tú no me fallarás porque estarás conmigo en todo momento. Pongo mi corazón a tu disposición y me entrego a la obra y acción del Espíritu Santo que Tú nos has enviado.

Por eso, Padre, hoy, mirando la Cruz en la que fue crucificado tu Hijo Jesús, quiero implorarte como aquel buen ladrón, tu Misericordia, y que, en su Nombre, te acuerdes de mí y me asistas en tu Espíritu para no perderme ni desviarme de tu camino. Dama las fuerzas para tomar yo también mi cruz y seguirte tras los pasos de la tuya.

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