Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

CADA DÍA GLORIFICO TU GRACIA, SEÑOR



Es posible que, sin darnos cuenta, nos acostumbramos a recibirte ya casi de forma rutinaria. Te has hecho Alguien tan presente en nuestra vida que, quizás, a pesar de estar contigo cada día, te olvidamos igual que esos nueve leprosos que se olvidaron de regresar a darte gracias.

Posiblemente nos ocurra eso. Incluso participamos en la Eucaristía y hasta la reclamamos como un derecho sin percatarnos que es una Gracia. Una Gracia que has hecho y haces cada día para quedarte con nosotros y darnos tu Fuerza y tu Luz, para que podamos permanecer fiel a Ti.

No somos mejores que los nueve leprosos, que quisieron seguir sin contar contigo después de ser curados. No somos mejores que aquellos que, no te siguen porque no te conocen, porque de experimentar tu Gracia y tu Amor, seguirían sin titubear y de forma firme tus pasos.

Queremos, Señor, pedirte perdón por nuestra ingratitud, y por ni siquiera contar contigo para muchas cosas en las que te dejamos fuera y te damos la espalda. Queremos pedirte perdón por tantos rechazos y por tantas indiferencias y manipulaciones. Porque te usamos como una caja mágica para pedirte lo que nos interesa y según nuestros egoísmos. ¡Hay tantas cosas de las que queremos pedirte perdón, Señor!

Pero, también muchas para darte gracias. Sobre todo por tu Amor desinteresado y comprometido. Tu Amor Misericordioso por el que tenemos la esperanza de ser perdonados y curados. No una curación temporal, sino la salvación Eterna.

Y, sobre todo, Señor, por la Eucaristía, donde permaneces pacientemente en espera de mi regreso. Y, no sólo para abrazarme y perdonarme, sino para darte Tú mismo en alimento espiritual que me infunda la sabiduría, la fuerza, el valor, la voluntad y la luz que ilumine mi vida hasta descansar en Ti. Amén.

martes, 10 de noviembre de 2015

¿BUSCAMOS RECOMPENSA?



La tendencia natural es, cuando hacemos nuestro deber, buscar recompensa. Hemos oidos decir muchas veces a modo de queja: ¡Yo, que he cumplido siempre con mi deber! ¡Yo, que siempre me he esmerado en hacer las cosas lo mejor que puedo!...etc., como pidiendo reconocimiento y recompensa.

Y los demás tenemos la inclinación siempre de premiar a aquellos que con esmero han cumplido con su deber. ¿Acaso no es lo que les correspondían hacer? La costumbre de dar propinas descubre un poco esta tendencia a premiar el buen hacer. Es algo que nos sale desde dentro y que sentimos que debemos hacer.

Sin embargo, debemos hacer y cumplir nuestro deber sin ánimo de recompensa. Porque ya hemos sido recompensados al tener la oportunidad de servir. Descubrir que en el servicio somos felices, es descubrir que la felicidad no está en tener ni atesorar tesoros caducos y bienes temporales. La felicidad está en amar, y amar es servir.

Y eso es lo que nos descubre Jesús hoy en el Evangelio. No se trata de comprar amor con el servicio, porque eso ya lo anularía. El servicio no busca recompensa, porque entonces está escondido en el interés y el beneficio. Se trata de servir desde la gratuidad y el desinterés. Es decir, desde el amor.

Danos la Gracia, Señor, de no servir para luego ser pagado con la misma moneda y ser servido. Porque esa entonces sería mi recompensa. Y yo no la quiero, porque eso es caduco. Yo quiero la recompensa de tu Amor, de tu Amor Eterno que se me ha dado gratuito y sin interés, sino por Amor.

Y, de la misma forma, lo quiero dar yo. Servir gratuitamente, sin esperar nada, por amor. Eso te pido hoy, Señor, que transformes mi corazón de piedra, ambicioso, en un corazón de carne, entregado y generoso sin pedir nada a cambio. Amén.

lunes, 9 de noviembre de 2015

ORACIÓN DE LAUDES




HIMNO

Piedra angular y fundamento es Cristo

del templo espiritual que al Padre alaba,

en comunión de amor con el Espíritu

viviente, en lo más íntimo del alma.



Piedras vivas son todos los cristianos,

ciudad, reino de Dios edificándose,

entre sonoros cánticos de júbilo,

al Rey del universo, templo santo.



El cosmos de alegría se estremece

en latido vital de nueva savia,

al pregustar el gozo y la alegría

de un cielo y una tierra renovados.



Cantad, hijos de Dios, adelantados,

Cristo total, humanidad salvada,

en la que Dios en todos será todo,

comunión viva en plenitud colmada.



Demos gracias al Padre, que nos llama

a ser sus hijos en el Hijo amado,

abramos nuestro espíritu al Espíritu,

adoremos a Dios que a todos salva. Amén.



9 de noviembre de 2015, 
lunes de la semana XXXII del Tiempo Ordinario. 
Dedicación de la Basílica de Letrán. .
Oración de la mañana (laudes) 

domingo, 8 de noviembre de 2015

¡CUÁNTO ME CUESTA DARME!



Es verdad que dar no cuesta mucho. Sobre todo cuando se tiene. Hay mucha gente que reparte y comparte muchas cosas, y les dan el calificativo de buenas personas. Y no digo que realmente lo sean. Creo que sí, que lo son. Pero, también creo que lo que nos pide Jesús no es simplemente dar y compartir, sino darnos totalmente nosotros.

La conversión es un vuelco total del corazón. Es dejarlo todo, como el ciego Bartimeo, y de un brinco, soltar el manto, y correr tras Jesús. Y, al menos a mi pobre juicio, no creo que, por lo menos yo, esté en esa actitud o intención. Otra cosa es que lo desee, pero me experimento prisionero y esclavo de mis mismas pasiones, ambiciones y humanidad pecadora. No me hace falta descubrirme pecador, porque en esas cosas lo experimento.

Me cuesta dar, y aunque comparto y doy, no sé exactamente en qué medida lo hago. ¿Estaré en ese nivel de aquella pobre viuda? ¿Estará Jesús mirándome con esos ojos como a la pobre viuda? Pero si descubro la necesidad de orar, de pedirle que convierta mi corazón, que lo despegue de todas esas pasiones humanas que lo aprisionan, y que lo haga más generoso y misericordioso.

Y eso, creo, que es, no bastante, pero si importante para continuar el camino. No somos lo suficientemente pobres para quedarnos tranquilos y satisfechos. Ni creo que lo conseguiremos, pero nos llena de esperanza la buena intención de estar intentándolo, y de sabernos perdonados, en su Misericordia Infinita, por el Señor. Supongo que, llegados a la Casa del Padre, seremos totalmente libres para dejar escapar toda la caridad que ahora anhelamos y que no podemos.

Gracias Señor por darnos esperanza y luz para, en lugar de declinar y abandonar, ilusionarnos en seguir, erre que erre, tratando de asemejarnos a Ti. Conviértenos Señor.

sábado, 7 de noviembre de 2015

VACIA MI CORAZÓN, SEÑOR, DE TODA APARIENCIA



La tentación de aparentar nos amenaza en cada momento. Incluso, en nuestros escritos, comentarios y todo tipo de reflexiones, imaginamos personas que luego, al conocerlas personalmente, nos pueden desilusionar. Dentro de nosotros hay una maquina que sueña, que imagina y que, en muchos momentos, distorsiona la realidad y nos introduce en nuestro mundo, que quizás no es el mundo de Dios.

Esforzarnos en ver esa realidad con ojos reales y vivirla según nos exhorta la Palabra de Dios, es lo que entendemos por seguir al Señor. Dejarnos empapar por la acción del Espíritu Santo, y ponernos en su Mano es la actitud de descubrir nuestro deseo de serle fiel.

Nos engañamos cuando, esforzándonos en pequeños detalles, como felicitar por las onomasticas, que sólo nos exige seguir el control y programa de un ordenador, queremos aparentar que nos preocupamos por esas personas, cuando lo que está detrás es ganárnoslo para la causa. Puro proselitismo, que también utiliza el Corte Ingés. Sí, realmente es un esfuerzo, pero no precisamente para acercar a esa persona a Dios, sino a ellos. Quizás no sea esa la intención, pero subyace una mezcla de Dios y dinero. 

Posiblemente no nos demos cuenta, pero quizás el fruto está algo podrido. Mejor es proclamar con la verdad sencilla y transparente. Y confiar. El mundo está mal, y nos experimentamos impotentes y sin saber qué y cómo responder. Pero no perdamos de vista que el Espíritu Santo está aquí, entre nosotros, y toma parte en esta guerra y batalla. Así que, sin esto querer eximirnos de nuestra lucha, esfuerzo y trabajo, tengamos confianza que ganaremos.

Pidamos al Señor la Gracia de serles fieles en las pequeñas cosas de cada día: nuestros pequeños compromisos familiares, profesionales, apostólicos y pastorales. Porque si en lo pequeño tratamos de responder fielmente, también lo haremos en lo grande. De lo contrario falseamos nuestra propia historia.

viernes, 6 de noviembre de 2015

ADMINISTRADORES INFIELES

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




Todos llevamos un administrador infiel dentro de nosotros. El pecado nos inclina a eso. Desobedecemos la Voluntad del Señor y tratamos de engañarle. Así que nadie se crea mejor que ese administrador con cara de astuto y de mirada perspicaz mal intencionada, que trata de aprovecharse de la oportunidad que le da su administrador para garantizar su futuro.

¿Cuántas veces hemos hecho lo mismo cada uno de nosotros? ¿Y cuántas veces seguimos haciéndolo? Por eso, la oración, es la gimnasia con la cual tratamos, por la Gracia de Dios, de evitarlo, y de ser fiel y buen administrador de los dones que Dios, nuestro Padre, nos ha dado.

Hoy nos vemos retratado en esa parábola del administrador injusto, y, consciente de esa tentación a la que estamos avocados, te pedimos, Señor, que nos llenes de tu fortaleza para no dejarnos arrastrar por la seducción de la ambición y de las riquezas. Ni tampoco por la infidelidad, tomando el camino más cómodo, injusto y fácil.

Danos la humildad de sabernos pecadores, y de dolernos con un corazón contrito de nuestras ofensas y pecados, y de aceptarnos confiados en tu Perdón y Misericordia. Y de despertar de nuestro letargo para poner en plena actividad nuestro interés por construir un mundo mejor. Construir desde nuestra propia construcción, es decir, edificando nuestra vida desde tu Palabra y con nuestra acción apoyada y confiada en Ti.

De tal forma que, la vida y su movimiento sustituya a la palabra hablando en su lugar. Sería el mejor golpe de astucia y perspicacia que descubre nuestra verdadera prioridad poniendo en su lugar las cosas de tu Reino, Señor. Hoy, confiados en tu Gracia, te pedimos esa Gracia. Amén.

jueves, 5 de noviembre de 2015

ME DA MIEDO, PERO TÚ, SEÑOR, ME ENVÍAS



A veces me paro, y pienso: ¿quién soy yo para hablar de tu Palabra, Señor? ¿Con qué autoridad puedo hablar cuando no soy ejemplo de nada? Me confundo y me paralizo, pero, por tu Gracia, Señor, no puedo alejarme de Ti. Me sería, ahora, imposible.

En cierta ocasión, hace ya bastantes años, y en una celebración carismática, exclame: ¡Qué grande eres, Señor! ¡Sin Ti no podría dar sentido a mi vida! Durante años he creído que fue un impulso contagiado por el ambiente de oración. Pero, poco a poco, he ido experimentado que aquel impulso fue movido por el Espíritu Santo.

Porque, ahora, experimento que mi vida sin Ti, Señor, sería un desastre, un sin sentido y una desesperanza. Es verdad que las dudas y tribulaciones están al día, y las caídas son constantes. Y la vida, mi vida, está por debajo de tu Palabra, Dios mío. Pero, cuando estoy en estos pensamientos, descubro que Tú me has elegido; me has acogido; mes has perdonados; sabes exactamente, mejor que yo, quien soy, y, así y todo, me dejas perplejo, porque me envías y confías en mí. Realmente no salgo de asombro.

Y, ¿cómo me voy a negar? ¿Cómo voy a decirte que no, que yo no valgo, que yo no estoy a la altura, que eso no es para mí? ¿Acaso sé yo más que Tú?

Claro que sí, mi Señor. Claro que sí que voy, porque lo hago en tu Nombre, y porque soy consciente de que en Ti iré mejorando. ¿Pues dónde está mi fe? Claro, contigo tendré que crecer, que mejorar e irme perfeccionando. Para eso se ha quedado el Espíritu Santo. ¿No para perder el tiempo y la guerra? 

Indudablemente que en esa última decisión, tú y yo, tenemos una importancia vital. Somos libres y tenemos voluntad para elegir y dar permiso al Espíritu para que actúe en nosotros  Esa es la única y gran dificultad, porque exige renuncias, esfuerzos, olvido de ti mismo, humildad y mucho amor. Pero de todo eso, con tu pequeña colaboración se encargará el Espíritu Santo.

Ven Espíritu Santo, llena el corazón de tus fieles y encienden en todos nosotros la llama de tu Amor. Envíanos, Señor, tu Espíritu, y nuestros corazones serán creados y transformados de hombres viejos en hombre nuevos. Amén.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

¿Y CUANDO TENGA EL CORAZÓN LLENO DE RIQUEZAS, QUÉ HAGO?



Es la pregunta que quizás no nos hacemos, ni, tampoco, tiene respuesta. Pero, a penas que nos paremos un poco y tratemos de reflexionar, despertaremos de la locura de atesorar sin saber para qué. Conozco a muchas personas, ya fallecidas, que han vivido atesorando, y han perdido la riqueza de vivir. Porque cuando el corazón se tiene en las cosas, piensas y vives como si de una cosa se tratara. 

La vida la reduces a cosas, a objetos, y terminas tratándote como un objeto. Depende de las cosas, y te valoras en función de las cosas. Eres según lo que tengas y el valor de lo que tengas. Pierdes el norte de lo que eres, y terminas perdido, hasta el punto que pierdes la vivencia de tu propia vida. 

Porque tú eres un ser humano en relación. No puedes vivir solo, y necesitas relacionarte, es decir, querer y amar. Y si tu mundo lo reduces a cosas, quedas cosificado y en un mundo de cosas. Un mundo material y materializado. Luego, si tu corazón está lleno de riquezas caducas, que pertenecen a este mundo, qué haces cuando emprendas el viaje al otro. Porque tú, y yo, no somos de este mundo. Y mejor que así sea y lo entendamos, porque este mundo no tiene esperanza ni futuro.

Nosotros no somos de este mundo, porque seguimos al Señor, cuyo Reino no está en este mundo, sino en el del Padre. Un mundo de gozo, de felicidad, de paz y de amor. Un mundo lleno de Verdad y de Vida. Por eso, se impone hacer cálculos y medir bien nuestras posibilidades, para saber qué hacer y cómo hacerlas.

Hoy, Señor, te pedimos nos enseñes a discernir el bien y diferenciarlo del mal. A saber guardar cosas que huelan a amor y perfumen la vida de verdad y justicia. A encontrar el verdadero gozo, no en las cosas, que aunque aparentemente apetitosa, esconden la amargura de la mentira y del pecado. Danos la luz de encauzar nuestra voluntad según tu Palabra y posponer todo, incluso nuestra vida, a vivir en tu Palabra y Voluntad. Amén.

martes, 3 de noviembre de 2015

CADA DÍA SOMOS INVITADOS A TU BANQUETE, SEÑOR



Posiblemente, muchos días, rechace tu invitación, porque cada día me invitas a vivir el gozo y la alegría de tu Banquete espiritual. Y no sólo lo haya rechazado durante muchos días de mi vida, sino que cuando lo he aceptado, quizás no haya sabido gozar y aprovechar todo lo que en él se me ha ofrecido.

Es verdad, Señor, y me arrepiento y pido perdón, que las cosas del mundo me entretienen. Que, con los ojos fijados en ellas, las he preferidos antes que aceptar tu invitación. No vemos sino por los ojos mundanos y con los criterios materiales que nos esclavizan y encadenan en este mundo. Y no veo otra solución sino la de ponerme en tus Manos, Señor, para que me abras los ojos y, realmente, vea.

Experimento mi pobreza y mis pecados, y tomo conciencia de mi esclavitud. Sólo Tú, Señor, me puedes liberar, y darme la sabiduría de aceptar tu invitación, porque es la única valiosa y la que me da gozo y felicidad para toda la vida.

¿Cómo puedo rechazar tu invitación, Señor, para aceptar y tomar la que el mundo me ofrece? ¿Acaso estoy loco o perdido? ¿Cómo mis ojos pueden ver la basura de este mundo, y no percibir el Tesoro gozoso y feliz que Tú, Dios mío, me ofreces? ¿Se puede entender esto?

Sólo hay una respuesta, el pecado. La herencia de nuestra ceguera por el pecado, que nos somete y nos esclaviza hasta el punto de distorsionar la realidad y confundirnos tomando lo temporal y caduco, por lo bueno, gozoso y eterno.

Abre nuestros corazones, Señor, para que, iluminados por el Espíritu Santo, sepamos discernir, a pesar de nuestras limitaciones y tribulaciones, la verdadera invitación al único y gozoso Banquete de la Vida Eterna. Amén.

lunes, 2 de noviembre de 2015

ORAR PRIMERO, PARA LUEGO VIVIR LAS BIENAVENTURANZAS



Sería una locura querer vivir las bienaventuranzas sin llevar el corazón lleno de oración. Todo viaje exige un mochila, donde transportamos agua, alimentos y las cosas más necesarias para poder soportar el camino. Pues bien, la oración es toda la mochila que necesitamos para intentar vivir las bienaventuranzas. Mucha oración a todas las horas. Sin ni siquiera dejar un día para descanso.

Porque la oración es un descanso, un desahogo, un contacto, una vitamina, una compañera, una luz, un esfuerzo, una voluntad y un diálogo constante con el Espíritu de Dios que nos acompaña y que nos dirige, precisamente, a través de la oración.

Orar es levantar el corazón a Dios, entregárselo plenamente convencido, y vivir a sus impulsos. Sólo en esta actitud podemos caminar por el camino señalado y bienaventurado que Jesús nos propone. Y en el cual seremos dichosos y alegres. No solamente ahora, sino eternamente.

Por eso, Padre del Cielo, te pedimos todos juntos desde este rincón de oración, la luz y la sabiduría necesaria para no desfallecer y, poniendo toda nuestra voluntad, empeñarnos en vivir el espíritu de las bienaventuranzas, y con nuestro esfuerzo y transparencia, dejar pasar esa luz que caracteriza a todos los que te siguen, y que contagia a todos los hombres de buena voluntad.

Y que, confiando en nuestro Padre Dios, y en ti, Señor Jesús, seamos capaces de esperar tu llegada. Que será cuando nos hayas preparado esa hermosa estancias en la Casa de tu Padre, a donde has ido a preparárnosla. 

Padre, que no perdamos esa oportunidad de estar esperando esa maravilla gozosa que no podemos imaginar, y que nos llena de esperanza y de felicidad. Y sabemos que la manera de esperarla es viviendo nuestra vida en el espíritu de las bienaventuranzas. Amén.

domingo, 1 de noviembre de 2015

NUESTRA VITAMINA PARA EL CAMINO: LA ORACIÓN



Un buen vaso de oración al levantarnos; otro a media mañana como buen aperitivo, para soportar el ajetreo de la jornada matutina. Luego, el reconfortante almuerzo, y el respetuoso agradecimiento por tener alimentos que comer y compartir en familia. Sin olvidar lo que podamos hacer con los demás.

Más tarde, la merienda que nos aviva y despierta en la soñolienta tarde, para terminar con la agradecida oración de despedida por todo lo ocurrido durante el día. La oración es la vitamina que siempre debemos llevar en el bolsillo del corazón, pero no para tenerla guardada para los momentos de peligro o emergencia, sino para que cada instante de nuestra vida se vea reforzada con la presencia gozosa del Espíritu de Dio y su fuerza iluminadora para cada paso que damos.

Te damos gracias, Padre, por ese rosario de bienaventuranzas que nos señalas y que nos animas a vivir. Te damos gracias, Padre Bueno, por todas esas orientaciones que nos marcas como renuncias y luchas para liberarnos de nuestras esclavitudes. Te damos gracias. Padre, por tu eterna presencia en el camino, porque sin Ti no podríamos, ni pensar, ni intentar y menos cumplir ese camino de desapegos, de servicios, de renuncias y amor que Tú nos propones.

Te damos gracias, Señor, porque detrás de ese papel que envuelve todos esos esfuerzos y renuncias, no hay olor a muerte, sino se desprende un olor amoroso, tierno, gozoso, de alegría, de vida eterna y dicha de la que Tú hoy nos habla. 

Y con las gracias, Señor, quiero pedirte que me llenes de tu Espíritu, de tu sabiduría y fortaleza, para que, escondido en tu Humildad y Misericordia, pueda ir dándome y encontrando el único y verdadero camino que lleva a Ti. Amén.

sábado, 31 de octubre de 2015

EL SERVICIO VIENE DESDE ABAJO




Sería difícil servir desde arriba. Y entendemos desde arriba la actitud de considerarnos mejores, suficientes y jefes. Es difícil ser pastor, misión de proteger y cuidar las ovejas, y fácil convertirnos en capataces, jefes y directores a los que otros sirven.

Ocurre eso muchas veces que, en lugar de pastores somos capataces. Me gustó oír esa comparación del propio Papa Francisco.. Y es verdad, por muy poco dejamos el último puesto de pastor del rebaño, que vigila, cuida y alimenta espiritualmente a sus ovejas una a una, poniéndonos, cada cual en su misión o lugar, al servicio de ellas, a pasar a ser el capataz, que manda, dirige y organiza, siendo servido por las ovejas de su rebaño. 

Quizás, sin darnos cuenta, nos puede estar pasando eso. Por eso, postrados en su presencia, pidamos al Señor esa humildad que necesitamos; esa fortaleza necesaria; la sabiduría de discernir y situarnos en lo que necesariamente debemos hacer, la luz para encontrar el camino y la caridad para poder vivirlo con el verdadero amor y entender que, sólo dándonos, y para ello situarnos en el último lugar, podemos alcanzar los primeros puestos.

Primeros puestos que consisten en gozar eternamente en la presencia del Dios Padre, que nos abre la puerta de su Corazón para que vivamos en Él la dicha eterna de su Gloria. Amén.

viernes, 30 de octubre de 2015

LIMPIA MI HIPOCRESÍA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




Creo que muchas veces soy hipócrita, o, al menos, he tenido que luchar contra ella. Por la Gracia de Dios, creo, que no ha sido muchas veces, y que trato de no engañarme, pero, igual que las tentaciones de pensamientos no puedes evitarlas, aunque sí luchar, las hipocresías te asaltan ante la oportunidad de lucirte o de aparentar lo que no eres. Y creo que eso está a la orden del día en muchas personas.

Somos hipócritas cuando aparentamos ser mejor que lo que realmente somos. Y eso le ha pasado a todo el mundo, y a mí también. Somos hipócritas cuando no nos transparentamos como lo que somos, y tratamos de escondernos en nuestras apariencias y disimulos. Realmente no nos damos cuenta, o pensamos que no ha sido intencionado y que tratamos de rechazarlo, pero muchos momentos se nos pueden escapar.

Por eso, Señor, consciente de mis debilidades y mis fallos, te pido que me limpies de mis falsas apariencias, y de presentarme como lo que no soy. Incluso a través de mis reflexiones y escritos, porque otros pueden imaginarse a una persona modélica o ejemplar, y nada de eso. Soy, sinceramente, un pobre hombre que trata de ser mejor, y lo que escribe es lo que quiere ser, y por lo que lucha cada día.

No quiero transparentar nada de lo que no me esfuerce en ser, y cuando digo, esfuerce, quiero significar que trato de acercarme y de esforzarme a eso que brota de lo más profundo de mi corazón. Pero no vean sino lo que realmente hay y se es: "Una persona como ustedes, todos vamos en el mismo carro, que trata de vivir cada día, con más fracasos que éxitos, la Palabra de Dios".

Esa Gracia es la que pido, Señor, me sea concedida, para que mi corazón sea transformado y convertido a vivir, no sólo en la apariencia, sino en la verdadera realidad, la Vida de la Gracia que tanto anhelo y proclamo. Amén.

jueves, 29 de octubre de 2015

MOMENTOS DE PELIGRO Y DE TENSIÓN



La Iglesia, instituida por Jesucristo para continuar su misión apostólica, no camina por caminos diferentes a su Fundador. Sufres los mismos desplantes y amenazas; sufre los mismos insultos y blasfemias; es víctima del mismo ridículo, de la misma indiferencia y padece persecuciones y muertes.

Ayer, hoy y, posiblemente mañana, seguirá ocurriendo lo mismo. La Iglesia, y con ella todos los cristianos y discípulos del Señor, padecerán su misma pasión de sufrimientos y muertes a consecuencia de ser fieles a la fe en nuestro Señor Jesús.

Porque la Verdad molesta y denuncia a todos aquellos que quieren falsearla y adecuarla a sus intereses para su propio beneficio. Porque la Verdad descubre todos los abusos de los que quieren explotar, someter, esclavizar y utilizar a los demás para su propio enriquecimiento. Porque la Verdad defiende la igualdad de todos los hombres y una convivencia justa en derechos y libertades con armonía y en paz.

Por todo eso y mucho más, los opresores, los mentirosos, los egoístas y comodones quieren excluirlas para satisfacerse a sus anchas y convenir en hacer lo que les venga en gana en consonancia con sus egoísmos y apetitos. Por todo eso quieren quitarla del medio, y, para ello, utilizan toda la astucia de que son capaces tratando de enfrentar a la misma Iglesia desde dentro y fuera.

Hoy, Padre Bueno del Cielo, te pedimos que nos liberes de todo ese peligro que nos amenaza, y si ese cáliz hemos de beber, danos la fuerza suficiente para, por la Gracia de tu Hijo Predilecto, Jesús, podamos aceptar con valentía, paciencia, firmeza y valor todos los sufrimientos y padecimientos que la vida de este mundo nos depara hasta llegar a Ti.

Confiados en tu Gracia, y consciente de tu presencia entre nosotros en tu Santo Espíritu, caminamos en la esperanza de vernos asistidos y confortados para salvar todos los obstáculos que nos impiden llegar limpios hasta Ti. Amén.

miércoles, 28 de octubre de 2015

APROVECHA EL TIEMPO




No es cuestión de perder la oportunidad de la cual te vas a arrepentir, no ahora, sino toda la eternidad. El tiempo hay que aprovecharlo, porque sólo tenemos esta vida para hacerlo. Y la vida se va enseguida, casi sin darnos cuenta.

Seguir a Jesús exige oración. Sin oración se nos haría imposible descubrirle y seguirle. La oración es el vehículo que Él nos ha dejado para estar constantemente en contacto. Sin la oración nada bueno se haría, porque todo lo bueno procede y viene de Dios.

Oramos para discernir y reflexionar sobre nuestras acciones. Elegir el camino y caminar por él se nos hace difícil y oscuro. Sin la Luz del Espíritu nos sería imposible avanzar con rectitud. Necesitamos pedirle que nos acompañe, para, guiados por su Mano, evitar errores o soportarlos pacientemente, sacando provecho de su experiencia.

Te pedimos, Señor, sabiduría para tomar las oportunas decisiones con buenas intenciones y mirando el bien de todos. Te pedimos, Señor, que nuestro diario actuar sea un esfuerzo de amor en procurar siempre que el prójimo sea bien tratado como me gustaría que me trataran a mí. Porque ese es el sentido de la misión que Tú nos has mandado:  "Amar como Tú nos amas".

Danos paciencia, fortaleza y capacidad de discernimiento para soportar todo aquello que no sea capaz de entender, y de aguardar, confiado en la Sabiduría de tu Espíritu, que me sea revelado según su Voluntad y si es para mi bien. Porque sólo Tú sabes que es bueno y que nos conviene. Y protégenos, Señor, de todos los males que nos acechan y buscan nuestra perdición. Amén.

martes, 27 de octubre de 2015

DAME, SEÑOR, LA GRACIA DE SER LEVADURA PARA FERMENTAR EN LA MASA



Has escogido, Señor, la semilla más pequeña para demostrar tu poder. Lo pequeño lo haces grande, y así comparas tu Reino con la semilla de mostaza, la más pequeña y la que se hace más grande. 

También has escogido a los más pequeños, los pobres y excluidos , y a los que nos sentimos incapaces de hacer cosas grandes, salvo cuando estamos injertados en Ti, Señor. Porque Tú eres el Señor de todo lo Creado, y así te ha parecido bien hacer las cosas.

Te pedimos, Señor, la sabiduría y la fortaleza de proclamar tu Verdad con paciencia y perseverancia, sabiendo que, poco a poco, crecerá y llegará a todos los rincones del mundo. Porque la Verdad ha sido proclamada para extenderse por todos los lugares y para llegar a todos los hombres. Y llegará, a pesar de tantas dificultades y obstáculos que, los que quieren impedirlo, pongan en el camino.

Eso sí, Señor, que no abandonemos el cultivo de esa pequeña semillita, aunque no veamos resultados, y que sostengamos la confianza de que echará raíces y frutos que llegarán a todas partes del mundo. 

Tú, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna, y si comparas tu Reino con la lavadura que fermenta la masa y se hace grande hasta compartirse con y para muchos. Yo quiero pedirte, Señor, que transformes mi corazón en esa levadura que, introducida en la masa, la fermente y la llene de tu Gracia y tu Palabra.

Dame, Señor, esa capacidad para poder ser semilla y levadura, y donde quiera que vaya mi vida, sea una oportunidad de sembrar y fermentar tu Palabra de salvación. Amén.

lunes, 26 de octubre de 2015

ENDEREZA MI VIDA, SEÑOR



Quizás no veamos que nuestra vida está encorvada. Nadie piensa eso de sí mismo, y también le resulta difícil verse a sí mismo encorvado. Eso se deja para otros, y estamos ávidos a pensar así de los demás, pero nunca de nosotros. Esa es una de las razones por las que necesitamos alguien ajeno a nosotros para confesarnos.

Y si nos resulta difícil vernos así, más difícil será avenirnos a dejarnos curar cuando la ocasión se presente. La mujer encorvada acepto la compasión y el poder del Señor, y lo manifestaba glorificando al Señor. No es nada fácil dejarse tocar y curar por Jesús. Primero se necesita fe, y, confiado, aceptar el poder del Señor para curarte

Danos la fe, Señor, de dejarnos enderezar nuestra vida, torcida, desviada y encorvada por los caminos de este mundo, y de fortalecerla en tu Voluntad, para que nuestras propias cegueras no nos impidan dejarnos tocar en tu presencia, y enderezar el rumbo de nuestro camino.

Infunde en nosotros, Señor, la sabiduría de discernir lo importante, y dejar lo que sólo son tradiciones que, en muchos momentos, atentan y perjudican la vida del hombre. No es la ley lo que debe primar nuestra vida, sino la mediación de la ley al servicio del bien y del hombre. Está hecha la ley para servir al hombre.

Y, aparta, Señor, todas las normas que anteponen las leyes al bien de las personas, porque esas no nacen de corazones limpios ni misericordiosos que miran por y para el bien del hombre, sino de sus mezquinos intereses egoístas, que miran solamente para el mundo y sus egoísmos.

En Ti, Señor, nos abandonamos conscientes y confiados que la vida, don gratuito y hermoso, que nos has regalado, sea para servir y servirte en buscar el bien, la justicia, la paz para todos los hombres. Amén.

domingo, 25 de octubre de 2015

LAS SITUACIONES EXTREMAS NOS ILUMINAN



Esa frase tan oída: "No hay mal que por bien no venga", me ha saltado dentro de mi corazón al reflexionar sobre la vivencia de Bartimeo. Porque, él, sin ver, reconoce que Jesús es el Hijo de Dios. Al llamarlo "Hijo de David" está reconociendo que es el Mesías, pues estaba profetizado que tenía que ser descendiente de David.

Es curioso, un ciego que realmente ve lo que hay que ve, y muchos que vemos no nos enteramos de nada. Porque, de mucho no vale ver lo que el mundo ofrece, aunque es un fastidio y una gran pena, pero ver lo que dejarás de ver dentro de un periodo de tiempo, más o menos largo o corto, no tiene mucha gracias, si realmente pierdes lo verdaderamente importante, ver para siempre y plenitud de gozo y felicidad eterna.

Por eso, pidamos ver la verdadera luz. No la luz de este mundo, que aunque hermosa, no nos sirve para llenarnos plenamente de la felicidad y del gozo que buscamos, sino la Luz que vio Bartimeo, la Luz de la Vida de Gracia que está en Jesús. Luz que nos ilumina y nos alumbra el Camino de Vida Eterna.

Pero, también, estemos disponible para, como Bartimeo, escuchar la llamada del Señor, y prestos dar un brinco dejándolo todo para acudir a su llamada y presencia. Y despojados, desnudos de todo aquello que nos puede distraer, desviar y perder, dejarnos invadir por la verdadera Luz que nos abre el Camino, la Verdad y la Vida que nos lleva al gozo pleno y la eternidad. Amén.

sábado, 24 de octubre de 2015

RIEGA MI VIDA, SEÑOR, CON TU GRACIA



Aparta de mí, Señor, todo pensamiento que me tiente y me haga sentir higuera que da frutos. Porque en lo más profundo de mi carnalidad humana y pecadora, pienso así. Quiero, no creérmelo, pero la tentación siempre está ahí, y el demonio la aprovecha cuando la ocasión se le presenta.

Y son numerosas, porque son muy pobre, tanto moral como espiritual. Aunque las apariencias digan y den otra imagen. Sí, Señor, necesito el riego de tu Gracia, que haga fertilizar el estiércol de mi vida, sin la cual mi higuera quedará estéril y seca.

Sí, sé que tengo que cavar alrededor de mi vida, y enterrar todas mis miserias morales, mis tentaciones y ofertas de este mundo y mis pecados, para que regados, con y por tu Gracia, queden limpias para, bien cultivadas y fertilizadas, den frutos de Vida Eterna.

Gracias, Señor, por tu Misericordia, y por permitir que mi vida se sostenga un instante más. Gracias por darme la oportunidad de vivir cada instante de mi vida teniendo la posibilidad de cavar en mi higuera personal y, abonada con el estiércol y arena de mi vida, regarla con el Agua que Tú me regalas, por tu Amor y Misericordia, para que dé frutos.

Son tus frutos, Señor. Frutos que has puesto en mis manos pecadoras, y que, regalada la tierra de mi vida, esperas que cultivándola en tu Amor y Palabra, obtenga los frutos que Tú esperas recoger. 

Gracias, Señor, por tu confianza y por tu amor. Es un reto recibir ese regalo, y me siento muy agradecido, pero también temeroso y asustado. Dame la sabiduría, la fortaleza y voluntad de emplearme con todas mis fuerzas para cultivar la parcela de mi vida que Tú me has entregado, para no fallarte, y a la hora que vengas a ver mi higuera, encuentre los frutos que esperas de mí. Amén.

viernes, 23 de octubre de 2015

DISCERNIR LO BUENO DE LO MALO


HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS





Sin lugar a duda que sabemos distinguir lo bueno de lo malo; lo injusto de lo justo. No obstante, el hombre ha dictado leyes y derechos desde la antigüedad Sin embargo, a pesar de eso, el hombre comete injusticias sabiendo que hace mal. No es que ignore lo que hace, sino que, sabiéndolo, se hace injusto.

Cierra los ojos a la realidad, y sólo ve lo que le importa y su tiempo. La hora de ser más que el otro; la hora de vivir las satisfacciones que le apetece sin tener que esperar. Incapaz de reflexionar sobre el tiempo de Gracia que significa vivir la hora de salvación. Estamos en un tiempo de Gracia, que es nuestra vida, y se hace necesario aprovecharlo para ganar lo verdaderamente importante, la salvación eterna.

Señor, te pedimos que nos des la fuerzas necesarias para discernir lo bueno de lo malo, y, sabiéndolo, tengamos la voluntad de aplicar el criterio justo y verdadero. Que no dejemos de hacerlo aplicando el malo e injusto. Que sepamos, también, discernir sobre la reconciliación, y de saber entendernos poniendo de nuestra parte toda la bondad y caridad necesaria para arreglarnos y no llegar a confrontaciones  que no conducen a ningún sitio.

Señor, que nuestra mirada no se quede en las cosas del mundo, sino que, usándolas en beneficio y bien de todos, sepamos encauzarla con verdadera justicia y verdad. Pero, sobre todo, que levantemos esa mirada al Cielo para descubrir que estamos en tiempo de salvación. Que Tú, Señor, has pagado nuestro rescate y estamos salvados.

 Pero que eso pase porque sepamos discernir bien lo bueno de lo malo, e, injertados en el Espíritu Santo, encontremos caminos de verdad y justicia; fuerza y voluntad para vivirlo en vigilancia perseverante de acuerdo con tu santa Voluntad.

jueves, 22 de octubre de 2015

PRENDE VERDADERO FUEGO A MI CORAZÓN, SEÑOR



El compromiso nos asusta y nos obliga. Eso no nos gusta, porque en muchos momentos no nos apetece cumplir y nos invade el gandulismo y la pereza. Amén de que nos tiente el placer y el propio egoísmo. Eso enciende una lucha que nos obliga a esforzarnos y a poner todas nuestras fuerzas en ejercitar nuestra voluntad, incluso contra corriente.

Y, claro está, que eso molesta y se hace duro. Por eso, muchas veces miramos para otro lado, activamos nuestros mecanismos de defensa y justificamos nuestra actitud cómoda, indiferente y pasiva. Jesús viene hoy a espabilarnos, y a decirnos que, Él viene a salvarnos, pero no a liberarnos del esfuerzo y la lucha de cada día. Necesitamos poner nuestra total colaboración para, injertados, eso sí, en el Espíritu Santo, triunfar y ganar la guerra contra las fuerzas del mal.

Por eso, el Señor no advierte y nos dice: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división. En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra». 

Estamos avisados, y sabemos que cuando el camino se pone mal, son síntomas normales del camino. Es natural y lógico que esas cosas van a ocurrir, y que nuestro desierto personal lo tendremos que sufrir, pero sólo en él encontraremos al Señor. Dentro de esas luchas, de esas guerras y enfrentamientos podemos encontrar la verdadera paz, porque la paz del mundo no está en el mundo y sus ruidos, sino en el corazón de aquel que en el silencio de su vida es capaz de dejar todo y escuchar la voz del Señor.

Oh, Señor, danos la sabiduría de discernir y de ver la luz que nos alumbra el camino, a pesar de la lucha que cada día tendremos para avanzar firmes y seguros hacia Ti. Amén.

miércoles, 21 de octubre de 2015

DESCUBRIR TUS TALENTOS



Se ha hablado mucho de las vocaciones, y siempre ha sido un reto descubrirla. Muchas veces, por motivos desconocidos, circunstancias o mal dirigidos involuntariamente, las descubrimos tarde. Creo que una de las razones puede ser el inmovilismo. Si no participas en muchas actividades, visitas lugares y experimentas experiencias varias, ¿cómo vas a descubrir lo que te gusta o haces bien?

Se hace necesario viajar, moverse y probar diferentes actividades, deportes y experiencias que te vayan definiendo que es lo que mejor haces. También en las que te encuentras más a gusto y experimentas que llegan a otros y le hacen bien. Entonces vas conformando que tu vocación está en eso.

A veces, por ir mal orientado, o por no poner el esfuerzo necesario, te quedas estancado y despierta un poco tarde, cuando quizás ya todo se hace cuesta arriba y más difícil de alcanzar. Pero, como dice el refrán, nunca es tarde, si la dicha es buena. Aquí diríamos: "nunca es tarde, si se puede hacer el bien". Porque eso es lo verdaderamente importante. A veces, los caminos, que creemos hubiesen sido los acertados, no son los mejores. Y otras veces ocurre lo contrario. Lo importante es donde nos encontramos ahora en el presente, y qué podemos hacer.

Por todo ello, pidamos al Señor la luz necesaria para ver, para discernir dónde y cómo podemos trabajar por transmitir ese gozo y felicidad que llevamos dentro. Porque se trata de eso, de dar a conocer ese torrente de felicidad esperanzada que sentimos en lo más profundo de nuestro ser, y que nos hace, todavía más dichoso, el compartirla con todos los quieran hacerlo.

Evangelizar no es hablar de una noticia, o de una doctrina, o de un camino. Evangelizar es hablar de una vida que se está viviendo en ese mismo momento. Es hablar del presente y de la felicidad del instante, y de invitar a vivirla también a otros. Porque eso es lo que todos buscan y quieren.

Danos, Señor, esa virtud y capacidad de saber y poder transmitir lo que vivimos, y que esa vivencia sea la Vida de la Gracia vivida en Ti por tu Amor. Amén.

martes, 20 de octubre de 2015

SERVIR + SERVIR + SERVIR= AMAR



Nuestro Señor Jesús no vino a traer una solución, sino a traer la única y verdadera Solución para el mundo y para la convivencia justa y en paz para todos los hombres. El amor arreglaría todo, porque amar es servir, y servir es desear lo mejor y el bien y la verdad para todos los hombres. Y en esas coordenadas todo quedaría arreglado, porque todos pondríamos nuestras riquezas y nuestros talentos al servicio de todos los hombres.

Y estando todos en la misma actitud, amándonos, es decir, sirviéndonos, díganme, economistas, políticos y demás eruditos y profesionales del mundo, ¿qué problemas tendríamos? Sería simplemente cosas de dar cauce y forma a la vida laboral y social, que haciéndolo desde el amor, es equivalente a hacerlo desde la justicia y la verdad. ¡Claro!, eso molesta a los que piensan de otra forma, y buscan, no servir, sino servirse de los demás. Pare ello necesitan someterlos y esclavizarlos, e intentan vivir en un mundo de fuerzas de poder y riquezas.

Y aparecen las injusticias, las mentiras, las desigualdades, las explotaciones y esclavitudes. Y se empeñan en decir que el amor es mentira, y que la Palabra de Dios es también mentira. No es nada nuevo, porque eso ya lo decían también en tiempo de Jesús y a Jesús. Y siempre lo han dicho aquellos que buscan vivir en la mentira. Tratan de confundir y de hacer ver que la verdad es mentira. Así pueden confundir y conseguir sus objetivos.

Hoy, desde este humilde rincón de oración, pedimos luz y fuerzas, para no desfallecer y continuar en la lucha por mantener la actitud de servir, y de construir en el servicio un pueblo más justo y verdadero. Servir que es también aceptar. Aceptar tus limitaciones, tu pobreza, tu circunstancias y conformarte con lo que has recibido. Siempre deseando progresar, pero nunca más de lo necesario para vivir y alabar a Dios, ni para atesorar riquezas y bienes que le falten a otros.

¡Señor!, te pedimos esa Gracia, que nos ilumine, nos mentenga vigilantes y nos descubra que el verdadero camino por donde encontraremos la verdadera felicidad se esconde en el Amor.

lunes, 19 de octubre de 2015

LA MEJOR RIQUEZA: EL AMOR



Nuestra afición natural es almacenar riquezas. Somos propensos a coleccionar, y hacerlo con los bienes y riquezas nos encanta. Pensamos que somos más poderosos y felices teniendo riquezas y bienes, y, por supuesto, nos gusta coleccionarlos.

Pero, el problema no es ese, sino el fin y el motivo de esas colecciones. Porque en cuanto sus fines sean para compartirlas con los que no tienen nada y lo necesitan, el fin es buenísimo, pero en cuanto sean para guardarlas y atesorar de forma egoísta, no sirven para nada. Las riquezas y bienes encarcelados no sirven de nada ni para nada. Son como basuras echadas al fuego. Acaso, sólo dan calor por unas horas.

Son gozos temporales, caducos, que como espejismos se diluyen en el vacío sin apenas disfrutar su presencia. Quedan pronto en el olvido. El Evangelio de hoy, (Lc 12,13-21), nos habla de ese problema, pero el corazón del hombre sigue embotado, endurecido y ciego sus oídos. No reacciona, y entrega su corazón al esfuerzo de almacenar riquezas pensando en que en ellas se esconde la felicidad.

Grave error, porque una felicidad temporal y finita no es una felicidad plena. Y cuando se trata de alcanzar felicidades a medias y caducas, hacemos mal negocio. Porque pronto quedamos sumidos en la tristeza y la desdicha. Se hace necesario almacenar riquezas que realmente valgan para tener vida plena y eterna, y ese tipo de riqueza es el amor.

Pidamos al Espíritu Santo que nos ilumine, y nos dé la sabiduría de saber coleccionar tesoros que nos sirvan para la verdadera vida, la que dura para Siempre. Tesoros revestidos y adornados por el verdadero amor, que siempre está reluciente y brilla eternamente.

Danos, Padre del Cielo, la sabiduría de discernir el verdadero valor, del verdadero, valga la redundancia, tesoro que nunca muere y va con nosotros a la verdadera vida vivida en el gozo eterno en la unidad contigo. Amén.

domingo, 18 de octubre de 2015

CUANDO TE DISPONES A SERVIR TE OLVIDAS DE TI



La cuestión es que servir exige renuncias y olvido de ti mismo. Hablamos del servicio voluntario, del servicio sin gratificaciones, del servicio ofrecido simplemente por amor. Porque cuando trabajas por gusto, como decimos vulgarmente, lo haces por amor. No puedes encontrar otra razón, aunque no lo entiendas ni lo sepas.

Todo lo que haces, voluntariamente y gratuito, por tus hijos y familias, ¿por qué lo haces? ¿Por amor al arte? Lo haces por el compromiso que tienes con ellos. Pues bien, eso se llama amor. El amor es un compromiso. Es lo que nos dice Jesús hoy en el Evangelio. Él ha venido a darnos su vida para salvarnos, y lo hace de forma voluntaria y por amor, siguiendo la Voluntad del Padre.

También a nosotros se nos pide lo mismo. Servir por amor, no por ambición de poder y riquezas. Pero nuestra condición humana, y, por tanto, pecadora, nos lo pone muy difícil. Ya cayeron en la trampa los apóstoles. Sobre todo, Santiago y Juan, y también todos nosotros. Y eso puede resultar ser bueno, porque esa debilidad nos hace depender del Señor; nos hace necesitar al Señor; nos hace seguir al Señor y dejarnos invadir por la acción del Espíritu Santo, para que nos ayude, nos asesore y nos guíe por el camino de la renuncia y el servicio.

Pidamos al Señor las fuerzas necesarias para renunciar a todo interés y beneficio que obstaculice nuestra actitud despegada de servir a los demás, sobre todo a nuestros enemigos. Danos, Señor, la Gracia de poner todo nuestro entusiasmo en servir a tu estilo, renunciando a nuestros apegos y apetencias.

Es fácil decirlo y suena muy bien, pero somos conscientes de lo difícil de llevarlo y vivirlo en nuestra vida. Por eso, sabiendo nuestras debilidades y pecados, te pedimos, Señor, que nos ayudes a servir como a todos nosotros nos gustaría. Amén.

sábado, 17 de octubre de 2015

UNA VEZ MÁS Y TODAS LAS QUE HAGAN FALTA



No me cansaré de repetirlo, y malo sería que me cansara. Aumente mi fe, Señor. Y también mi confianza, porque experimento que me falta mucha fe y confianza.

Imagino que mi vida sería totalmente diferente si tuviera una fe como un grano de mostaza. Recuerdo que Tú ya me lo dijiste en una ocasión, Mt 17,20. Pero necesito oírlo muchas veces. Oírlo y repetirlo sin parar ni cansarme. También, Tú me lo propones y me animas a no desfallecer cuando me hablas en la parábola de la aquella viuda y el juez injusto, (Lc 18, 1-8).

No me voy a callar, Padre Bueno, y continuaré pidiéndote que esa fe y confianza en Ti, me ilumine y me dé la Gracia de creer en Ti fuertemente con la confianza que tuvo Abraham y Jacob.

Dame, Señor, la fe que necesito para servirte y vivir toda mi vida en y según tu Palabra. Soy consciente de mis debilidades. Un día sí, y otro también, tropiezo con y en la misma piedra. Experimento que estoy parado y que apenas adelanto. Mientras, a mi derredor, muchos samaritanos pidiendo ayuda, y yo quieto, impasible, o mirando para otro lado. ¿Qué puedo y debo hacer, Señor?

Aclárame el camino y dame la fuerza para recorrerlo llevándolo a mi vida. A la que tengo y vivo ahora, en estos momentos. Sí, soy débil, y mi corazón está esclavizado, encadenado a las pasiones y apetitos que inundan mi corazón de muchas cosas., pero Tú, Señor, puedes liberarme.

Y yo quiero dejarme liberar por Ti. Sólo por Ti, porque eres el Único que puedes hacerlo de verdad. No quiero las promesas falsas de un mundo mentiroso que, ni puede y engaña. Quiero sólo tu Palabra y tu Promesa en y con la que me dices que has venido a liberarme y lo demuestra entregando la vida por mí.

Dame, Señor, tu Gracia. Amén.

viernes, 16 de octubre de 2015

CLARO, SIENTO TEMOR DE NO CORRESPONDERTE,SEÑOR

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS




Camino confiando por tu Bondad y Misericordia. Sé que eres un Padre Bueno porque Jesús, Tu único Hijo Verdadero, me ha revelado tu incondicional amor en la parábola del hijo prodigo. Y yo me identifico con ese hijo tuyo que, desobedeciéndote, ha dejado tu Casa y, no haciéndote caso, se ha marchado al mundo esperando encontrar el él la felicidad que negabas encontrar en Casa de tu Padre.

Me ha costado darme cuenta, como nos sucede a todos. Necesitamos una experiencia que nos descubra la realidad de nuestra vida, y el verdadero camino de la felicidad que tanto buscamos. Nos vendamos los ojos en la medida que nos alejamos de tu Casa, y nos dejamos deslumbrar por el espejismo de falsas realidades que el mundo nos ofrece. Todo es mentira apoyado en una hipocresía disfrazada de verdad.

Por eso, Señor, consciente de los peligros que nos acechan, y de nuestras debilidades, queremos pedirte hoy que no permitas que abandonemos tu Casa. En ella encontraremos lo que realmente anhelamos, aunque en muchos momentos sea duro comprenderlo y entenderlo. Nos basta solo la fe y la confianza que Tú nos das, Señor, porque todo lo que haces por nosotros es bueno y nos hace felices.

Protégenos, Señor, porque experimentamos miedo y temor de perdernos. Nos has regalado la vida, pero quizás nos sepamos conservarla hasta que Tú vuelvas a buscarnos. Tememos derrocharla y perderla para siempre, y vivir, eso es lo peor, alejados de Casa para siempre.

Por todo ello, te rogamos Señor que nos mantengas unidos a esa buena masa que son tus hijos, nuestros hermanos, y que apoyados unos en otros, sepamos amarnos, ayudarnos y vivir según tus mandatos. Amén.

jueves, 15 de octubre de 2015

EL PELIGRO EMPIEZA CUANDO QUIERO SER COMO DIOS



Parece un poco exagerado pensar que queremos ser como Dios, pero cuando le rechazamos estamos afirmando que Dios no nos interesa, porque no nos da lo que queremos, o porque no piensa como a nosotros nos gustaría, o, simplemente, porque no está a la altura de nuestras expectativas. Supongo que eso significa rechazar al Señor.

Cuando tú no quieres una cosa, la apartas de tu vida, la olvidas o la tiras a la basura. Eso no te sirve, y dar la espalda a Dios, es decirle que no te sirve. Quizás, peor, que tú necesitas otra cosa, que las cosas de las que Jesús, el Hijo de Dios, no son validas para ti y que con ellas no estás de acuerdo. ¿No es eso afirmar que tú eres superior? ¿No es eso afirmar que su doctrina está caduca o vieja? ¿Cuántos dicen que la Iglesia, que Él ha fundado, está desfasada, retrasada, en el siglo XV?

Yo, Señor, quiero mantener mi fe en Ti. Yo,Señor, no quiero razonar de esa forma; yo, Señor, quiero hacer oídos sordos a las cosas tan modernas y útiles que el mundo me ofrece; yo, Señor, quiero servirte y ser tu esclavo al ejemplo de María; yo, Señor, quiero ser como niño y dejarme guiar por tus enseñanzas, consejos y palabras que me invitan a vivir a tu estilo y desde tu Amor.

Yo, Señor, desde este humilde lugar, y junto con todos los que quieran sumarse, queremos pedirte que nos des la fuerza y la sabiduría de ser humildes, pequeños y limpios, para amar buscando siempre el servicio y lo mejor para nuestros semejantes.

Y, Señor, aceptar tu invitación para descansar en Ti cuando las fuerzas en el camino no sean las necesarias, venga el desfallecimiento o la oscuridad nos esconda el horizonte y la verdadera Luz. Porque, Señor, en Ti tendremos siempre un apoyo, un consejo, un descanso, un reponer fuerza, una palabra de ánimo, una esperanza y una promesa de Vida Eterna. Amén.