Dame luz, Señor, porque en el camino hay muchos obstáculos que yo solo no puedo salvar. Porque no sé la manera, ni comprendo la forma de cómo he de salvarlos. Necesito la paciencia, la esperanza de María, tu Madre, para como Ella guardar las cosas en mi pobre corazón y esperar a que Tú, Señor, me abras mi mente y me reveles lo que he de comprender.
No permitas que por mi torpeza, mi soberbia, mi empecinados razonamientos deje de seguirte, me canse y me desespere. Hay muchos momentos que estoy al borde de eso, que me gustaría, hasta lo deseo, de tirar la toalla. Llego hasta desear que cualquier obstáculo me sirva para justificar mi huida, y dejarte en la estacada como lo hicieron nuestros primeros padres.
Dame la fortaleza de saber esperar, de no decidir rápidamente. De saber guardar las cosas en mi corazón al estilo de María, y de aguardar a qué Tú, Dios mío, me respondas y me ilumines. Porque únicamente en Ti, mi Señor, puedo encontrar la paz, la sabiduría y la respuestas a todos mi interrogantes. Amén.
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