Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 6 de junio de 2012

GRACIAS POR LA VIDA, DIOS MÍO

Grcias Dios por un año más de vida. - Gracias Dios mio porque me has...

Por la vida eterna, por la vida gozosa y feliz en tu presencia plena de amor. Gracias porque me has creado por amor, y para no dejarte jamás. Gracias, Padre mío, por tanta dicha y felicidad.

Pero, tengo miedo, Padre. Me preocupa mi fragilidad, mi humanidad débil y pecadora. Me reconozco débil y fácil de ser tentado. Siento temor de no responderte, de negarte, de tomar el camino más fácil y cómodo. 

Me da pánico pensar que a tus mismos apóstoles les pasó eso. Pedro lloró amargamente cuando te negó, y otros, como Tomás, le costó mucho creer en Ti. ¿Qué se puede esperar de mí, Dios mío? Tengo mucho miedo de caerme en el camino y no llegar a gozar de tus deseos enormes de llevarme contigo.

Dame fuerzas, dame amigos que me ayuden, que me acompañen, que no me dejen solo. Sabes que yo quiero seguirte y no morir. Quiero creer y creo en tu promesa de resurrección. Mi corazón me lo dice, no quiero morir nunca. Y aunque sé que un día tendré que acabar esta vida, confío plenamente en que Tú, Padre del Cielo, por los méritos de tu Hijo Jesús, no permitirás que muera.

Simplemente me transformarás en tu hijo, como tus ángeles, y permaneceré para la eternidad junto a Ti, alabándote y amándote junto a todos los coros celestiales que ahora lo hacen. Me llena de gozo experimentar este deseo que Tú mismo me prometes hoy.

Un fuerte abrazo, Jesús.

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