Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

martes, 26 de junio de 2012

RAZÓN TENÍAN AQUELLOS...

 “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el ...


Que decían: "Cuanto más te acerque a Jesús, más nítido irás viendo la suciedad y vergüenza que llevas encima. ¡Y es verdad!, cada día siento más vergüenza de mis pecados, de mis defectos e imperfecciones.

Aquel tiempo, cuando todo mi ser era pura basura, la suciedad no se veía tan clara. Estaba acostumbrado a verme así que la limpieza la había confundido con la suciedad. Verme en la oscuridad llegó a ser algo tan natural como ver un amanecer o caer el agua del cielo.

Pero ahora, Dios mío, cuando trato de acercarme a Ti, y descubro que me abres los brazos y estabas esperándome, me da vergüenza correr hacia Ti. ¡Sí, me veo con vestidos más limpios!, pero aprecio con mayor claridad algunas manchas que, aunque pequeñas, son negras y profundas. Y me resultan pesadas, me delatan y me dan mucha vergüenza.

No me siento nada cómodo, pero empiezo a comprender que eso puede resultar bueno. Mira, al menos esa vergüenza me mantiene activo, en movimiento, tratando de ser mejor, de ver mis errores, mis pecados, mis equivocaciones, mi falta de caridad, de someter todo a mi juicios, de establecer una escala de perdón...

Y me doy cuenta que tengo que seguir lavándome en el agua de tu Costado, y purificándome en tu Sangre Redentora. Pues, ¡ahora resulta que lo que me ocurre es una bendición!, empujones de tu Gracia para meterme, así sea con calzador, por tu propuesta de puerta estrecha. Al final, Señor, como siempre tengo que darte gracias, y me sale de dentro dártelas, porque me siento bien y gozoso. ¡Cuánto me quieres, y cómo me lo demuestras!

Solo te pido paciencia, Dios mío, paciencia para dejarme llevar, paciencia para no desesperar, paciencia para seguirte y dejarme empujar en dirección a la puerta angosta, aquella por donde Tú quieres llevarme. Amén.

No hay comentarios: