Porque todos los que son movidos por el Espíritu Santo de Dios, ... |
Atrevernos a orar por nuestra cuenta es la mejor manera de no orar, porque todo aquello que no esté movido por obra y gracia del Espíritu Santo no tendrá ningún valor.
Los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo predijeron que nos fuésemos asentando sobre el nacimiento de nuestra santa fe y que orásemos movidos por el Espíritu Santo, para mantenernos así en el verdadero amor de Dios, aguardando a que la misericordia de nuestro Señor Jesucristo nos dé la vida eterna (Judas 17, 20 b- 25).
Toda expresión de amor que sale de nuestro corazón está movida por obra del Espíritu, que nos alienta y nos predispone a alabar y adorar al Señor. Él pone palabras en nuestros labios y mueve nuestro ser a obrar el bien que suscita el amor que nos embarga.
Por eso, nada fuera de su presencia, llega al Padre, sino toda palabra que es movida por su acción. Y así nos atrevemos a decir: Ven Espíritu Santo, llenas los corazones de tus fieles, enciende en ellos la llama de tu amor, envíanos Señor tu Espíritu y nuestros corazones serán creados de nuevo. Amén.
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