Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

sábado, 25 de agosto de 2012

PACIENCIA

 - La paciencia nos ayuda ha fortalecer nuestra comunión con Dios

 Hijo,
si emprendes en serio el camino de Dios, prepara tu alma para las pruebas que vendrán; sientate pacientemente ante el umbral de su puerta aceptando con paz los silencios, ausencias y tardanzas a las que Él quiera someterte, porque es en el crisol del fuego donde se purifica el oro.


Señor Jesús, desde que pasaste por este mundo teniendo la paciencia como vestidura y distintivo, es ella la reina de las virtudes y la perla más preciosa de tu corana.

Dame la gracia de aceptar con paz la sencial gratuidad de Dios, el camino desconcertante de la Gracia y las emergencia imprevisibles de la naturaleza. Acepto con paz la marcha lenta y zigzagueante de la oración y el hecho de que el camino para la santidad sea tan largo y difícil.

Acepto con paz las contrariedades de la vida y las incomprensiones de mis hermanos, las enfermedades y la misma muerte, y la ley de la insignificancia humana, es decir: que, despueés de mi muerte, todo seguirá igual como si nada hubiese sucedido.

Acepto con paz el hehco de querer tanto y poder tan poco, y que, con grandes esfuerzos he de conseguir pequeños resultados.

Acepto con paz la lye del pecado, esto es: hago lo que no quiero, y dejo de hacer aquello que me gustaría hacer. Dejo con paz en tus manos lo que debiera haber sido y no fui, lo que debiera haber hecho y no lo hice. Acepto con paz toda impotencia humana que me circunda y me limita.

Acepto con paz las leyes de la precaridad y de la transitoriedad, la ley de la mediocridad y del fracaso, la ley de la soledad y de la muerte. 

A cambio de toda esta entrega, dame la Paz, Señor.

Ignacio Larrañaga.

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