- San Lorenzo Diácono y Martir Patrono de los Diáconos Permanentes
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soy tan poca cosa que, leyendo la vida de San Lorenzo me quedo asombrado por tanto valor y tanta fuerza. Ni siquiera soy capaz de aguantar un segundo mi dedo en llama de una cerilla, ¿cómo ser capaz de estar dispuesto a morir quemado en las llamas por Ti?
Me doy cuenta entonces de mi pequeñez, de mi inutilidad, de mi poco de todo. Estoy muy lejos de poderte ofrecer mi vida, pues no soy capaz de sufrir ni un pequeño golpe por Ti. Sin embargo, quiero ofrecerme, sería lo más grande y valioso que podría hacer, pero tengo mucho miedo.
Supongo que todos aquellos que han sido capaces de hacerlo han tenido tus fuerzas, tu Gracia y tu poder. Yo no sé lo que quieres de mí, pero si un día tuviera que dar la vida por Ti, dame Señor tu Gracia para poder hacerlo.
Sin embargo, ahora te pido que me des el valor de, cada día, ser capaz de ofrecer mis egoísmos, mi pereza, mis comodidades, mi bienestar por aquellos que no lo tienen, y dejarme quemar en el fuego de tu caridad para, dándome y amando, compartir mi vida con ellos.
Sólo no puedo, pero con tu Gracia seré capaz, como San Lorenzo, de llevarlo a cabo. Amén.
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