El Rey de reyes...
El Señor de señores...
El Dios con nosotros
No hay nadie como mi Amado
mi Amado es para mí y yo soy para mi Amado
¿Hay algo más hermoso? ¿Hay algo más elocuente?
¿Hay algo más gustoso… más exquisito?...
que mi Amado en la blancura y frescura del Sagrado Pan
y el dulce y suave Sagrado Vino…
Emborracharme quiero… perder el sentido… dejadme… dejadme por favor…
dejadme tomar a mi gusto del Vino Sagrado que enloquece de amor eterno… que
provoca dulce gusto… tan dulce al paladar como al corazón…
al punto de querrer morir de amor…
porque mi Amado es para mí y yo para mi amado,
Hambre y sed de mi Amado… hambre incontenible… sed insaciable… solo el Amor
eterno puede saciar mi alma incontenible
que suspira por Aquel que me ha amado primero… por Aquel que lo ha dado TODO
por mi…
por Aquel que me espera con los
brazos abiertos
en la cima del Calvario…
porque el Amor es probado y enriquecido
en el misterio de la cruz.
Cruz bendita… cruz liberadora…
cruz que adorna el alma con las hermosas alas de la eternidad…
cuando el alma se deja hacer en manos divinas…
cuando el alma sigue las huellas del Amado con la misma intensidad y deseo de
vivir la Voluntad del Padre
aunque todo el interior se rebele momentáneamente
porque la humanidad se levanta pero el espíritu se lanza
sin demora a dar el “Fiat” que brota como fuego del corazón… porque mi
Amado es para mí y yo soy para mi Amado…
A los pies del Sagrario quiero vivir… a los pies del Sagrario quiero morir…
Desde la Soledad del Sagrario
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