- QUERIDO DIOS, TENGO
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que me abrumo, me deprimo, me desespero. Quisiera ser sanado pero experimento que volveré a enfermar. Señor, ¿hay alguna posibilidad de ser sanado para siempre?
Y resulta que Tú tratas de despertar en mí ese deseo, esa inquietud: Me invitas a descubrir que tu misión es ofrecernos la salvación eterna de parte de tu Padre. Y me lo demuestras en aquellos que sanas sometiendo la sordera y la lengua a tu Poder.
¡Realmente, Señor, estoy ciego aun viendo tus prodigios y tus atenciones! No me doy cuenta de que Tú eres el Hijo de Dios que has venido a darme la Gloria de tu Padre. Me invitas a vivir la Vida de tu Padre Dios, a ser feliz y eterno como Él y a estar en su presencia viviendo eternamente en su Amor.
¡Qué ciego estoy, Jesús! Dame la sabiduría de ver, de oír y de poder hablarte con palabras de humildad, de esperanza, de confianza y de fe. Dame la paciencia de saber estar a tu lado, tanto en las alegrías, que es fácil, como en las tristezas, penas y sufrimientos que cuesta más.
¡Cúrame Hijo de David, Señor Jesús! Cúrame de mi ceguera, de mis pecados aunque mi cuerpo siga enfermo, porque lo verdaderamente importante es mi alma, esa que, por tu Gracia, estará contigo toda la Eternidad. Amén.
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