Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 5 de julio de 2013

DESCUBRIRME Y CONOCERME



Se hace necesario saber quien soy, pues mientras no me conozca poco puedo confesar de mí. Y en la medida que mi propio desconocimiento permanezca en mí, la ignorancia de mis pecados convivirán conmigo en una connivencia engañosa que me impedirán crecer y descubrir la necesidad de arrepentimiento de mis pecados.

Luego, si no me siento culpable, de poco o nada tendré que arrepentirme. Me sentiré bien, suficiente, fuerte, capaz de salvarme por mí mismo. Sin darme cuenta, independiente de ser rico o no materialmente, me sentiré como tal sin necesidad ninguna de ser perdonado. 

No necesitaré sentarme a la mesa con Jesús, ni tampoco responder a su llamada. Me basto por mí solo y, por supuesto, rechazo toda invitación a ser perdonado. Verdaderamente nos descubrimos así y estamos muy lejos de acogernos al Perdón y la Misericordia de nuestro Padre Dios.

De ahí la importancia de reflexionar y descubrirnos como personas pecadoras. Pecadoras por nuestra propia esencia natural. Nuestra naturaleza humana está tocada, vencida por el sometimiento de la carne, de los apegos, de los sentimientos y emociones, tanto materiales como espirituales. Necesitamos ser liberados por el Perdón y la Misericordia que Jesús, el Hijo de Dios vivo nos ofrece.

Mateo se sintió así, se dejó interpelar por la llamada de Jesús y le abrió su casa, su corazón de pecador para ser sanado por Él. ¿Estamos nosotros también en la misma predisposición y actitud? Sabemos que lo que le pidamos, Jesús nos lo dará si nos conviene. Y pedir lo que verdaderamente necesitamos es lo que Jesús viene precisamente a dárnoslo:  "El perdón de nuestros pecados".

Padre nuestro que estás en los cielos...

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