Cada uno de nosotros se encuentra en estos momentos en una situación concreta. Ella, puede deberse a nuestros propios actos, conscientes y consecuentes, elegidos libremente, pero también puede ser que hayamos seguidos los dictámenes de nuestro corazón, obedeciendo los rítmos de una voz que nos inclina y nos dirige a buscar nuestro propio bien, en el bien de los demás.
Quizás este hermoso Himno, correspondiente a Laudes de la oración de los apóstoles, página 1791 del diurnal, puede ayudarnos a discernir sobre mi propia llamada y encuentro con el Señor.
LAUDES
HIMNO
Vosotros que escuchasteis la llamada
de viva voz que Cristo os dirigía,
abrid nuestro vivir y nuestra alma
al mensaje de amor que Él nos envía.
Vosotros que invitados al banquete
gustasteis el sabor del nuevo vino,
llenad el vaso, del amor que ofrece,
al sediento de Dios en su camino.
Vosotros que tuvisteis tan gran suerte
de verle dar a muertos nueva vida,
no dejéis que el pecado y que la muerte
nos priven de la vida recibida.
Vosotros que lo visteis ya glorioso,
hecho Señor de gloria sempiterna,
haced que nuestro amor conozca el gozo
de vivir junto a él la vida eterna. Amén.
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