Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

viernes, 6 de julio de 2012

¿A MÍ TAMBIÉN ME HAS LLAMADO, SEÑOR?

me has llamado. y me he echado al camino sin...


Porque oigo que nos llamas a todos. ¡Pero, Señor, yo no soy capaz de seguirte, me cuesta mucho! Y además soy un desastre y muy poco organizado. Me vence la pereza, las desganas. Soy inconstante y todo lo que empiezo, lo dejo a medio terminar.

¡Si Tú supieras la cantidad de cosas que he empezado y he dejado a medio terminar! ¡Y los proyectos e ideas que me han ilusionado y ni han salido del huevo! He llegado a pensar que no sirvo para nada, o que solo sirvo para hacer lo que me apetece sin más responsabilidades. 

¡No, Señor, no soy de los tuyos! Seguramente te has equivocado. Yo me canso de todo, hasta de Ti. ¿Cómo puedes pensar en mí, Dios mío? ¿Si me parece que cada día soy peor, y hasta tengo menos fe? Yo no soy digno de Ti, mi Señor, así que déjame y olvídate de mí, porque seguramente te voy a defraudar.

Sin embargo, ¿sabes una cosa? ¡Me asombra tu constancia, tu perseverancia, tu interés por mí! ¿No comprendo cómo has llegado a morir por mí? ¡Si yo no valgo ni un real! Eso sí me hace pensar, y me cuestiona. Y me da confianza, hasta tal punto que, a veces, siento ganas de hacer lo mismo que el Mateo del Evangelio. Tuvo que ser un personaje importante, fuerte y seguro, ¡me gustaría ser también como él!

¿Tú crees, Señor, que puedo ser lo mismo que Mateo, ese apóstol que Tu elegiste? ¡Si Tú me llamas, supongo que será porque lo crees! Y aunque sea menos, ¿no te importa que te siga y haga lo que pueda? Supongo que Tú me ayudarás, y cuando me equivoque, Tú, corregirás mi error.

Creo que eres un amigo fiel, ¡mi mejor amigo!, y estarás dispuesto a comprenderme, a levantarme, a dar la cara por mí, a perdonarme, a aconsejarme, a darme fuerzas, a infundirme sabiduría, paciencia, generosidad, misericordia. ¿Te digo una cosa, Jesús? Creo que yo también estoy dispuesto a seguirte, sobre todo porque tengo la confianza que siempre puedo contar Contigo. Gracias mi Señor. Amén.


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