Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 1 de julio de 2012

CUANDO PRESIENTO EL FINAL

Quizás el comienzo del finDios mío

Es cuando me acuerdo de Ti, y cuando te ofrezco todo lo que tengo y soy. Mientras, ¡sí, estoy cerca de Ti!, pero regateo mi entrega, te pongo condiciones y pienso que cuando llegué el momento tendré tiempo de ofrecerte todo mi ser.

¡Qué iluso soy, Dios mío! Perdona mi ignorancia, mi osadía y mi atrevimiento. No tengo palabras para calificarme, y se me cae la cara de vergüenza. Quisiera esconderme, ¡sí, lo recuerdo, como hizo Adán, el primero que pecó de soberbia y vanidad!

¿Por qué recurrir cuando nos vemos en el final de este mundo? ¿Por qué dejar pasar los mejores momentos de poderte dar gracias voluntariamente y libremente, cómo a Ti te gusta? ¿Por qué soy tan arrogante, tan suficiente y tan tonto? ¿Por qué, Señor, Dios mío, no me doy cuenta de que solo Tú eres lo importante?

No tengo justificación, ni palabras, ni señalamientos hacia otros y otras causas. No quiero cometer el mismo pecado de Adán. ¡No, Señor! ¡Ayúdame y dame sabiduría y fuerza para entenderte, para conocerte, y para tener las fuerzas suficientes de responderte! 

Solo con tu Gracia, Dios mío, podré acercarme a Ti, como Jairo, como la mujer hemorroísa, y seguir tus pasos de acuerdo con tu Voluntad. Amén.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bonita oración, la haré mía.