- Sigue siendo una criatura pequeña, pero no deja de crecer: ¡Ya
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y ser cada día más grande, más pleno y estar más cerca de Ti. Ayúdame, Dios mío, a no perder esta nueva oportunidad que me das por los méritos de tu amado y predilecto Hijo Jesús. No quiero volver a rechazarte a pesar de mi condición caída.
Quiero aceptarte y dejarme amar por Ti, para a tu lado crecer hasta el punto de permanecer contigo hasta la eternidad y en plenitud de gozo y felicidad. Sé que amar implica primero morir. Jesús nos enseñó eso con su vida. Nos amó hasta el extremo de morir por cada uno de nosotros.
Quiero ser semilla que nunca deje de crecer, y masa que nunca deje de extenderse, que alcance toda su altura, la que Tú has querido para mí. Pero para eso necesito tu Gracia, todo el poder de tu Vida que me regalas y me ofreces. Dame la sabiduría de entenderlo, Señor, y que cuidar esa Vida que Tú me das gratuitamente sea para mí lo más importante de mi vida. Amén.
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