- Tengo que decirte que te necesito; que una vez que he podido disfrutar
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porque me doy cuenta que cada día soy mayor, que cada día tengo más limitaciones, que me hago viejo y que nada soy sin Ti.
Si cuando era joven te encontré, ahora que soy mayor te necesito. Todas mis esperanzas están en Ti. Sé que Tú lo sabes todo de mí, y sabes mis necesidades, mis pecados, mis fallos y errores, pero a mí me gusta decírtelos porque de esa manera hablo contigo.
También sabes que te digo la verdad, bueno mi verdad, lo que yo creo que me pasa y necesito. Pero también sé que la verdad sólo la tienes Tú, y eres solamente Tú quien sabe lo que verdaderamente me conviene y necesito.
Por eso, Señor, dejo todo en tus Manos, y acepto que lo que Tú dispongas en mi vida es lo mejor para mí, y me alegro porque sé que Tú quieres eso, y me lo darás.
Sólo me queda darte las gracias y aceptar tu Voluntad, como hizo tu Madre María. Vivir en la esperanza de que todo acabará un día y llegaré a tu Casa, Señor, es la dicha que me mantiene vivo y en paz. Amén.
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