Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

LLÉNAME DE TU POBREZA



Sí, porque de que me vale tener y poseer si pierdo lo que más deseo. Ocurre que lo importante es saber qué deseo, porque mientras no lo sepa puedo estar entretenido en cosas aparentemente importantes, pero luego están vacías y huecas por dentro. La importancia de las cosas son directamente proporcional a su duración y gozo, y la experiencia que tenemos es que las cosas del mundo duran y dan poco gozo.

Por lo tanto quiero alcanzar esa dicha eterna de gozo y felicidad. Y lo inmediato es saber quien la vende, y la sorpresa es que no se vende sino se regala. Sorprende, pero no por ser regalada va a ser fácil comprarla. Me costará sudor, sangre y esfuerzo. Y el primer paso empieza por hacerme pobre, que no significa ser pobre materialmente hablando, sino vivir en la pobreza de la humildad y de la justicia.

Vivir desprendido y compartiendo mis riquezas, pero también mis sufrimientos, mis alegrías y dolores, en la esperanza de vivir un día en la eternidad del amor gozoso y feliz. El esfuerzo es tremendo, ¡y tanto!, que solo no podré conseguirlo. Por eso, Padre del Cielo, Tú que lo has propuesto, por amor, en tu Hijo Jesús, dame la Gracia de dejarme conducir en el Espíritu Santo para en sus asistencia y fortaleza poder alcanzarlo.

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