Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

domingo, 15 de septiembre de 2013

SEÑOR, YO TAMBIÉN QUIERO INVITARTE A COMER



Sí, Señor, quiero estar en tu mesa y comer contigo, porque sé que Tú has venido a salvarme, y yo tengo necesidad de ser salvado. Quiero ser de tu rebaño y dejarme cuidar por Ti. Sé, Señor, que me cuidas, me proteges y te preocupas por mí. Hoy nos lo dice en este hermoso evangelio de este domingo.

Gracias Señor por tanta paciencia, por tanto amor hasta el punto de salir a buscarme por montes y cañadas. Gracias, Dios mío, por esperarme, sin merecerlo, después de dilapidar la fortuna que me diste en herencia. Y no solo esperarme, sino no regañarme. Al contrario, acogerme con gozo y alegría, vestirme y tratarme como un héroe. Darme la gloria de ser tu hijo.

No merezco nada Señor, y me avergüenzo de haberte ofendido. Sólo quiero que me trates como a un siervo, pues no me he portado como un hijo. Señor, me quedo perplejo, anonadado, bobo y con cara de idiota ante tanta Misericorida y Amor. Padre mío, solo puedo decirte desde lo más humilde de mi pobre corazón, gracias.

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